Y muchos lo reprendían para que callara, pero él clamaba mucho más: – ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! (Marcos 10:48)
La Biblia narra que, una noche, en la soledad de su campamento, Jacob se preparaba para reencontrarse con su hermano Esaú, y luchó con un hombre incansablemente hasta el amanecer. Cuando éste vio que no ganaría el combate, tocó la cadera de Jacob, la dislocó y entonces le dijo:
¡Déjame ir, pues ya amanece! Pero Jacob le respondió: – “No te dejaré ir a menos que me bendigas” (Génesis 32:26)
Jacob nos da un ejemplo de lo que significa tener una actitud de conquista, la que todos debiéramos tener cada vez que deseamos que nuestros sueños se hagan realidad.
A pesar de las circunstancias que puedes estar atravesando, no renuncies a ellos, no te des por vencido(a), sino todo lo contrario: lucha, insiste y no dejes de clamar hasta que Dios responda y haga tu sueño realidad. Al igual que lo hizo Bartimeo, que no oyó a los que querían hacerlo callar, sino que continuó gritando, hasta llamar la atención de Jesús y así conquistar su milagro.
¿Acaso hay algo que te impide acercarte a Dios para recibir tu milagro? Tal vez tu fe ha decaído y te encuentras desanimado(a), con dudas y sin fuerzas. Recuerda, nadie te conoce mejor que Dios y posiblemente hoy te dice: “Clama un poco más”, antes que te conceda el anhelo de tu corazón, sé que puedes hacerlo, porque quiero saber hasta dónde llega tu confianza en mí y en cada una de mis promesas.
Dios no hará oídos sordos a tu clamor, Él te responderá en el momento exacto y conforme a su voluntad, de modo que puedes vivir seguro(a) y en paz porque siempre te dará lo mejor. Deja que tus sueños vuelen muy alto, Dios te ayudará a lograrlos!!
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