CARTA DE UN HIJO A SUS PADRES SEPARADOS 😭
Querido papá y mamá:
Díganme con palabras y actitudes que puedo seguir amándolos a los dos y ayúdenme a mantener una relación estrecha con ambos. Después de todo, fueron ustedes quienes se escogieron mutuamente como mis padres.
No me pongan de testigo, de árbitro ni de mensajero en sus peleas y conflictos. Me siento utilizado y responsabilizado por arreglar un problema que no es mío. Tengan en cuenta que todo lo que hagan para perjudicarse mutuamente, quiéranlo o no, en primer lugar me lastimará personalmente a mí.
No se critiquen ni se menosprecien delante de mí, así todo lo que digan sea la verdad. Entiendan que por malos que hayan sido como esposos, son mis padres y por lo tanto yo necesito verlos a ambos como lo máximo. No peleen a ver cuál se queda conmigo, porque no soy de ninguno, pero los necesito a los dos. Recuerden que estar conmigo es un derecho, no un privilegio que tienen ambos y que tengo yo.
No me pongan en situaciones en que tenga que escoger con quién irme, ni de que lado estoy. Para mi es una tortura porque siento que si elijo a uno le estoy faltando al otro, y yo los quiero y los necesito a los dos. Díganme que no tengo la culpa de su separación, que ha sido su decisión y que yo nada tengo que ver.
Aunque para ustedes esto sea obvio, yo me culpo porque necesito conservar su imagen intacta, y por lo tanto, el único que puede haber fallado debo ser yo. Entiendan que cuando llego furioso después de estar con mi padre/madre, no es porque él/ella me envenene sino que estoy triste y tengo rabia con ambos porque ya no puedo vivir permanentemente con los dos.
Nunca me incumplan una cita o una visita que hayan prometido. No tienen idea de la ilusión con la que espero su llegada, ni el dolor tan grande que me causa ver nuevamente que han fallado. Denme permiso de querer a la nueva pareja de mi padre/madre. Aunque en el fondo del alma me duele aceptarla, yo quiero ganármela para no perder al padre/madre que pienso que me dejó por ella.
No me pidan que sirva de espía ni que les cuente cómo vive o qué hago con mi otro padre. Me siento desleal para con él, y no quiero ser un soplón. No me utilicen como instrumento de su venganza, contándome todo lo malo que fue mi padre/madre. Lo único que con seguridad lograrán es que me llene de resentimiento contra quien trata de deteriorarme una imagen que necesito mantener muy en alto.
Asegúrense que comprendo que aunque su relación matrimonial haya terminado, nuestra relación es diferente y siempre seguirá vigente.
Recuerden que aunque la separación pueda constituir para ustedes una oportunidad para terminar con un matrimonio desdichado o para establecer una nueva relación, para mí constituye la pérdida de la única oportunidad que tengo para criarme al lado de las personas que más amo y necesito: mi papá y mi mamá.
Recuerden que lo mejor que pueden hacer por mí ahora que ya no se aman, es respetarse mutuamente.
Atte
Tu hijo
CARTA DE UN HIJO A SUS PADRES SEPARADOS
Queridos mamá y papá:
Primero que nada, quiero que sepan que los amo con todo mi corazón. Más allá de lo que haya pasado entre ustedes, para mí siempre serán los dos pilares de mi vida, las personas que más admiro y necesito.
Por favor, díganme con palabras y gestos que está bien seguir queriéndolos a los dos por igual. Ayúdenme a mantener un lazo fuerte con cada uno, porque al final, fueron ustedes quienes se eligieron para darme la vida. No me hagan sentir que amar a uno es traicionar al otro.
No me usen como testigo, como juez o como mensajero en sus peleas. Cada palabra dura, cada reproche que me toca escuchar o repetir, me hace sentir que soy responsable de arreglar algo que nunca debió ser mi carga. Y aunque no lo crean, cada golpe que se dan, me lastima a mí primero.
No se critiquen ni se desvaloricen delante de mí. Necesito verlos enteros, fuertes y dignos, porque son mis padres. No compitan por mi amor, no me obliguen a elegir. No soy un trofeo, soy su hijo, y necesito de los dos por igual. Recuerden que estar conmigo no es un privilegio, es un derecho que tienen… y que yo también tengo.
No me pongan en la agonía de decidir entre uno y otro. Cada vez que tengo que hacerlo, siento que le estoy fallando a alguien que amo. Díganme una y otra vez que no es mi culpa, que lo que pasó entre ustedes es algo de adultos, algo que yo no provocé ni puedo arreglar. Porque, aunque ustedes lo den por hecho, en el fondo de mi corazón, a veces me pregunto si hice algo malo para que todo se rompiera.
Cuando vuelvo de estar con papá o mamá y llego enojado o triste, no es porque uno me haya hablado mal del otro. Es porque extraño la vida que teníamos juntos, porque duele no poder abrazarlos a los dos al mismo tiempo, porque mi corazón todavía no entiende por qué ya no somos una familia bajo el mismo techo.
No me fallen. No me hagan esperar ilusionado una visita que nunca llega, una llamada que no hacen, un cumpleaños que olvidan. Cada promesa rota es una herida que me lleva tiempo sanar.
Y si alguno de ustedes ha encontrado a alguien más, permítanme, poco a poco, abrirle un espacio en mi vida. No es fácil para mí aceptarlo, pero quiero aprender a quererlo, no por ellos, sino por no perder a ese padre o madre que tanto necesito.
No me pidan que les cuente secretos del otro, que sea su espía o su confidente. No quiero vivir con lealtades divididas. Y por favor, no usen mis palabras como armas. Cada vez que hablan mal uno del otro, no solo se lastiman entre sí… me lastiman a mí.
Asegúrenme, con hechos, que aunque su amor como pareja terminó, su amor por mí sigue intacto. Que esta separación no cambiará lo que somos: papá, mamá e hijo… para siempre.
Porque aunque para ustedes esto pueda ser un nuevo comienzo, para mí es el fin del mundo que conocía, el mundo en el que los tenía a los dos a mi lado. Y duele. Duele mucho.
Pero sé que, incluso en la distancia, pueden darme algo invaluable: su respeto mutuo. Porque al final, lo mejor que pueden hacer por mí, ahora que ya no están juntos, es cuidar el pedazo de corazón que cada uno lleva de ustedes: a mí.
Con todo mi amor,
Su hijo