martes, 31 de octubre de 2023

Las decisiones que agradan a Dios

 


Somos sabios si nos tomamos el tiempo para orar y considerar las consecuencias.

31 de octubre de 2023

Hebreos 12.15-17

Ayer leímos que Esaú renunció a su futuro por la gratificación del presente. Si no tenemos cuidado, podríamos hacer lo mismo. Incluso las decisiones triviales pueden repercutir en nuestra vida. Veamos tres actitudes que pueden hacernos sacrificar lo que vale la pena por algo que no lo vale:

1. PERMITIR QUE LOS APETITOS NOS GOBIERNEN. Todos necesitamos alimentos, compañía y descanso. Aunque nuestros deseos por ellos son naturales y dados por Dios, pueden convertirse en el motor de nuestra vida si no tenemos cuidado.

2. ESTAR CIEGOS A LO QUE ES VERDADERAMENTE VALIOSO. Las prioridades del Señor son contrarias a lo que el mundo considera importante. A menos que guardemos nuestro corazón (Pr 4.23), podemos ser fácilmente atraídos por cosas sin valor duradero.

3. NO PENSAR EN LAS CONSECUENCIAS. Eva no contempló lo que podría suceder si comía el fruto prohibido; se centró en el beneficio a corto plazo (Gn 3.1-19). Sansón tampoco pensó en las repercusiones de sus relaciones con Dalila (Jue 16.16-23). Qué fácil es tomar una decisión precipitada porque el beneficio inmediato parece bueno. El Señor quiere que hagamos una pausa y oremos sobre los posibles resultados de nuestras acciones.

¿Qué decisiones necesita tomar? Considere en oración lo que le motiva y, antes de decidir lo que hará, piense en los posibles alcances de sus acciones.

Biblia en un año: Juan 1-3

¿Cómo la Gracia te Ayuda a Seguir Adelante?



 POR RICK WARREN — OCTUBRE 31, 2023

“Mi propósito al escribirles es alentarlos y asegurarles que lo que están atravesando es en verdad parte de la gracia de Dios para ustedes. Manténganse firmes en esta gracia”. 1 Pedro 5:12b (NTV)

Hay muchas trampas en la maratón de la vida. Pero independientemente de lo que atravieses puedes contar con la gracia sustentadora de Dios.

La Biblia dice en 1 Pedro 5:12b, “Mi propósito al escribirles es alentarlos y asegurarles que lo que están atravesando es en verdad parte de la gracia de Dios para ustedes. Manténganse firmes en esta gracia” (NTV).

Hay tres cosas en la vida que pueden causar que tropieces, que seas desviado a un lado del camino, y no terminar bien tu vida. Y en cada una de estas situaciones, la gracia sustentadora de Dios te llevará a través de cada etapa de tu vida.

  1. La Gracia sustentadora de Dios te ayuda a mantenerte firme cuando eres tentado.

La tentación es la primera cosa que nos hace tropezar. La Biblia dice, “…Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir” 1 Corintios 10:13b (NTV).

Dios dice, “Voy a proveerte la gracia sustentadora para darte una salida de escape”. Esto puede significar un cambio de canal. Significa correr hacia la puerta. Significa cambiar la manera en como piensas. Pero Él te proveerá una salida para escapar de la tentación.

  1. La Gracia sustentadora de Dios te ayuda a mantenerte cuando estás cansado.

Algunas veces no eres tentado. ¡Solamente estás cansado! La vida suele ser agotadora. Requiere mucha energía, especialmente cuando estás tratando de hacer lo correcto en lugar de hacer lo que es fácil.

Pero, ¿De dónde obtienes el poder para hacer lo correcto cuando estás exhausto? “Es Dios quien nos capacita, junto con ustedes, para estar firmes por Cristo. Él nos comisionó y nos identificó como suyos al poner al Espíritu Santo en nuestro corazón como un anticipo que garantiza todo lo que él nos prometió” 2 Corintios 1:21-22 (NTV).

La clave es tener al Espíritu Santo en tu corazón, para tener la energía y hacer las cosas que no puedes hacer en tus propias fuerzas. 

  1. La Gracia sustentadora de Dios te da el poder para seguir adelante cuando estás en problemas.

Hay heridas que ni todos los deseos del mundo harán desaparecer. Hay cosas en la vida que son imprevistas, implacables e inmerecidas, y son las que más duelen.

¿Qué haces en esas situaciones? Primero dejas de jugar al “si tan solo” y en su lugar te enfocas en Cristo y su poder sustentador. Isaías 41:10 dice “No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa” (NTV).

Así es como obtienes la gracia sustentadora.

Reflexiona Sobre Esto

  • ¿Cómo has visto la gracia sustentadora de Dios cuidándote a través de los momentos difíciles?
  • ¿Cómo puedes extender la gracia sustentadora de Dios a los demás?
  • ¿Qué crees que significa jugar al “si tan sólo”? ¿Cuándo has usado esta excusa?
Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo; haz esta oración.
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lunes, 30 de octubre de 2023

¡NO DEJO ENTRAR AL VIEJO!



 ¡NO DEJO ENTRAR AL VIEJO!


Esta es la respuesta que le dio el admirado y nonagenario actor Clint Eastwood al cantante de country Toby Keith, cuando este le preguntó que cual era su secreto para seguir activo y brillante a su edad. 

Cuando me levanto todos los días no dejo entrar al viejo. Mi secreto es el mismo desde 1959: mantenerme ocupado. Nunca dejo que el viejo entre en casa. He tenido que sacarlo a rastras porque el tipo ya estaba cómodamente instalado, dándome el coñazo a todas horas, sin dejarme espacio para otra cosa que no sea la nostalgia. Hay que mantenerse activo, vivo, feliz, fuerte, capaz. 
Está en nosotros, en nuestra inteligencia, actitud y mentalidad. Somos jóvenes con independencia. Hay que aprender a luchar por no dejar "entrar al viejo".  
Ese viejo que nos aguarda apostado y cansado a la orilla del camino para desanimarnos. 
No dejo entrar al espíritu viejo, al criticón, hostil, envidioso, a ese ser que escudriña en nuestro pasado para anudarnos de quejas y remotas angustias, y de traumas revividos o de olas de dolor. 
Hay que darle la espalda al viejo murmurador, lleno de rabia y quejas, de falta de valor, que se niega a si mismo que la vejez puede ser creativa, decidida, llena de luz y de protección.  
Envejecer puede ser agradable, e incluso divertido, si sabes como emplear el tiempo, si estas satisfecho de lo que has logrado y si sigues conservando la ilusión, añade Clint Eastwood, una leyenda que lleva diez candidaturas al Oscar, de las que ha ganado cuatro estatuillas. Todas ellas después de haber cruzado el umbral de los sesenta. A eso se le llama "no dejar entrar al viejo a casa". 

Estas palabras calaron tan hondo en el cantante de country Toby Keith, que lo inspiraron a componer la canción "Don't leth the old main in". (No dejes entrar al viejo), dedicada al legendario actor.

Me senté por ahí y lloré



 «Me senté por ahí y lloré. El agua sucia, abajo, me tentaba constantemente. ¿Para qué sufrir? El s*ui*ci*d*io seduce por su facilidad de aniquilación: en un segundo, todo este absurdo universo se derrumba como un gigantesco simulacro, como si la solidez de sus rascacielos, de sus acorazados, de sus tanques, de sus prisiones no fuera más que una fantasmagoría, sin más solidez que los rascacielos, acorazados, tanques y prisiones de una pesadilla.


La vida aparece a la luz de este razonamiento como una larga pesadilla, de la que sin embargo uno puede liberarse con la muerte, que sería así, una especie de despertar. ¿Pero despertar a qué? Esa irresolución de arrojarse a la nada absoluta y eterna me ha detenido en todos los proyectos de su*i*ci*dio. A pesar de todo, el hombre tiene tanto apego a lo que existe, que prefiere finalmente soportar su imperfección y el dolor que causa su fealdad, antes que aniquilar la fantasmagoría con un acto de propia voluntad. Y suele resultar, también, que cuando hemos llegado hasta ese borde de la desesperación que precede al su*ici*dio, por haber agotado el inventario de todo lo que es malo y haber llegado al punto en que el mal es insuperable, cualquier elemento bueno, por pequeño que sea, adquiere un desproporcionado valor, termina por hacerse decisivo y nos aferramos a él como nos agarraríamos desesperadamente de cualquier hierba ante el peligro de rodar en un abismo».

 Ernesto Sábato

Felipa Mora, sus telares y sus mercados // Notas de historia empresarial venezolana

 POR Tomás Straka

Con el presente texto se inicia una pequeña serie de artículos sobre historia empresarial venezolana.  En su conjunto forman parte de un trabajo mayor en preparación, pensado inicialmente para alumnos que siguen cursos de esta materia en la Universidad Católica Andrés Bello, aunque adaptados al espíritu divulgativo de un medio.

Vista de la ciudad de El Tocuyo. 1886. Ramón Bolet Peraza

Es una lástima que sepamos tan poco de Felipa Mora. Su nombre es apenas un dato: en 1653 empleaba 250 indígenas en sus obrajes de algodón en El Tocuyo. Esto la hace, probablemente, la primera empresaria –o lo que hoy llamaríamos empresaria– de la que tengamos noticia en nuestra historia. Tenemos noticias de encomenderas, incluso tuvimos dos gobernadoras (aunque administraron a través de hombres encargados), pero un complejo de obrajes, es decir, talleres relativamente grandes y tecnificados, que empleen a 250 personas, es algo de otro nivel. A lo mejor heredó aquel conglomerado de un padre o esposo, o a los mejor fue ella la que lo levantó a pulso. En todo caso, los dirigía lo que debió ser uno de los centros de producción que empleaba a más gente en la entonces Provincia de Caracas. Y además uno que estaba en el núcleo de un proceso de protoindustrialización que hubo en Venezuela, que no logró despegar cuando las mercancías producidas por la Revolución Industrial les ganaron la competencia a sus productos, pero que dejó una honda huella en la cultura latinoamericana y, en un caso, incluso global. Hablamos de la tela tocuyo y, tal vez económicamente menos importante en su momento, pero a la larga de mayor impacto, la buraca.

Ambas denominaban productos salidos de las manos de un artesanado muy talentoso[1] y de unos comerciantes que con sus recuas tramontaban los Andes hasta llegar muy adentro en el Nuevo Reino de Granada. En las siguientes páginas veremos brevemente su itinerario e impacto.

La butaca

Después de arepabutaca es la segunda palabra cumanagota más famosa. El cumanagoto fue un idioma de filiación caribe hoy desaparecido, que se hablaba en el oriente de lo que actualmente es Venezuela, en la región donde se encuentra la ciudad de Cumaná. A un tipo de silla en forma de tijera, recubierta de cuero, se le llamaba en la zona butacaputaca ture. Fue adoptado por los conquistadores y poco a poco se combinó con diseños europeos, agregándose espaldar y apoya-brazos. La saga de la butaca merece ser contada con detemiento –algunos ya lo han hecho- porque es una verdadera aventura del diseño[2].

En algún momento del siglo XVIII las butacas llegaron a Nueva España, seguramente como parte del intenso comercio de cacao que tuvo con Venezuela, y la silla se popularizó, al punto de que ya en el siglo XX se volvió un elemento de identidad local y de que comenzó a llamársela también silla campeche. De Nueva España, o tal vez por la vía del Caribe, la butaca llegó a Nueva Orleáns, donde se afrancesó como butaque (aunque hay documentos venezolanos del siglo XVII que ya la nombran así). Finalmente, cuando Luisiana fue comprada por Estados Unidos, pasó al resto del nuevo país. Nada menos que Thomas Jefferson se hizo un gran amante de las butacas, lo que tal vez ayudó a su enorme popularización, volviéndose los Estados Unidos, con México, uno de los principales productores de esta silla. En Venezuela, por el contrario, el colapso de la independencia, la muerte y emigración de muchos de los mejores artesanos, hizo que cada vez se hicieran menos.

Por eso, aunque no deja de ser llamativo, tiene sentido el que nada menos que haya sido un norteamericano uno de los últimos ebanistas en hacer butacas en Caracas, Joseph P. Whiting, a finales de la década de 1820. ¿Serían una especie de retorno a los orígenes estas butacas de Whiting, que hicieron el camino inverso desde EEUU? Es muy posible. En cualquier caso, Whiting se regresó a su país a inicios de la década de 1830, por lo que es muy probable que el viaje de las butaques haya sido de ida y vuelta. Cuando las sillas reclinables comenzaron a instalarse en los teatros a finales del siglo XIX, el modelo de las butacas fue empleado, por lo que en el mundo hispano pasaron a ser llamadas de ese modo.

Si las butacas iniciaron su viaje desde Cumaná hacia el Caribe y México, las telas de El Tocuyo lo hicieron por el camino de los Andes, hasta convertirse en un tejido tradicional en Argentina, Perú y Bolivia. Esto, en primer lugar, nos demuestra la condición de encrucijada que adquiriría la Venezuela que se forma en 1777, con su vertiente andina y caribeña; y en términos económicos, nos habla del desarrollo de algo que pudo aproximarse a un proceso de protoindustrialización: los obrajes establecidos en El Tocuyo, que el historiador Pedro Cunill Grau definió como una “protoindustria colonial algodonera”[3].

La tela tocuyo

Con las telas tocuyo no sólo se exportó un objeto de valor cultural, que hasta hoy se sigue reproduciendo de Perú a Argentina, sino que se tuvo una industria que las produjo a gran escala hasta el siglo XVIII (y de forma muy limitada, hasta inicios del siglo XX). Hay evidencia documental de las telas tocuyanas desde finales del siglo XVI, y de su presencia en Nueva Granada, Quito y Perú para la tercera década del siglo siguiente. Esto generó un verdadero fenómeno económico. Felipa Mora fue una de las tantas personas que se dedicaron a esta industria[4]. Y no se trataba de los únicos. En toda la región había telares de distintos tamaños, cultivos de algodón y toda red dedicada al transporte con recuas de mulas, que recorrían los caminos de los Andes hasta muy adentro de Nueva Granada.

Aunque en Venezuela nadie se acuerda de la tela tocuyo, de aquel tráfico comercial queda la el tipo de paz como tunja a un tipo de pan típico de la zona, así como lo que hoy es una especie de heroína pop tunjana: Inés Hinojasa, que en realidad era barquisimetana y que en su huida siguió el camino que debieron recorrer las recuas, primero a Pamplona y después a Tunja[5]. En sus Noticias historiales de la conquista de Tierra Firme en las Indias Occidentales (1628), Fray Pedro Simón habla de las telas que se usaban en Perú y Quito, que “nombran a este lienzo y tela Tocuyo por haber tenido su principio en la ciudad del Tocuyo”[6].  Como pasó con los obrajes mexicanos, y en general con la industria española, a mediados del siglo XVIII, no lograron competir con los productos importados, ni crecer debido a los grandes controles, impuestos y restricciones comerciales.

En 1765 había aún cinco telares en Sarare[7] y para finales del siglo XIX aún había un barrio con telares en El Tocuyo, llamado Los Hornos, el que destacaba la familia Fernández dedicada a esta industria[8]. Pero ya era un trabajo artesanal para consumo muy local. España se convirtió en un país rentista, que empleaba el oro y la plata de América para importar cada vez más mercancías, muchas de las cuales a su vez revendían a los reinos y provincias de las Indias, desincentivando las industrias locales. Era un buen negocio para los comerciantes españoles, para los de las Indias, incluso para el Estado, y hasta lo fue para los enemigos de España, que producían muchas de esas mercancías, como los holandeses; pero sacó al mundo español del camino de la Revolución Industrial. Venezuela, como veremos en las siguientes entregas, no se sustrajo de este proceso, centrándose en por casi dos siglos más en la agricultura para la exportación. Tendríamos que esperar mucho tiempo para volver a tener establecimientos y empresarias como Felipa Mora, pero lo hecho por hombres y mujeres como ella tres cuatro atrás marcan un antecedente que sirven de guía e inspiración.

***

[1] Véase: Carlos Federico Duarte, Muebles venezolanos, siglos XVI, XVII y XVII, Caracas, Grupo Editor 4, 1967; e Historia del Traje durante la Época Colonial Venezolana, Caracas, Ernesto Armitano Editor, Fundación Pampero, 1984.

[2] Véase: Carlos Federico Duarte, Un asiento venezolano llamado butaca, Caracas, Centro de Arte La Estancia, 1999; Cybèle Trione Gontar, “The Campeche Chair in the Metropolitan Art Museum”, Metropolitan Art Museum Journal, No. 38, 2003, pp. 183-212; y Mercedes Josefina Hernández Padilla, “El butaque. De asiento popular a arquetipo del mueble mexicano del siglo XIX”, Res mobilis. Revista internacional de investigación en mobiliario y objetos decorativos, No. 13, Vol. 10, 2021, pp. 244-258

[3] Pedro Cunill Grau, Geohistoria de la sensibilidad en Venezuela, Caracas, Fundación Empresas Polar, 2007, Tomo I, p. 119

[4] Ibídem, p. 118

[5] Inés Hinojosa o Inojosa (c. 1540-1570), asesinó en Carora a su esposo Pedro de Ávila, quien, según se alega, era muy dado a la bebida y le daba malos tratos. No obstante, para el momento del homicidio Inojosa tenía un amante, el sevillano (y además cantante y bailador) Jorge Voto, lo que permite matizar bastante sus reales motivos (del mismo modo que lo hacen sus futuras acciones). Con Voto huye a Pamplona y después a Tunja. La fuga parecía perfecta, ya que no son descubiertos y Voto consigue fama cantando, bailando y dando clases de danza en Santa Fe. No obstante, Inojosa comienza un nuevo romance, esta vez con Pedro Bravo de Rivera, encomendero de Chivatá. Así, decide hacer con Voto lo que ya había hecho con Ávila, y en complicidad con el nuevo amante lo asesina. Pero en esta ocasión es descubierta y tanto ella como el amante son ejecutados. Su leyenda dio pie a una muy famosa telenovela en 1988 (“Los pecados de Inés Inojosa”) que la ubicaron en la cultura pop, cosa que la localidad de Chivatá, el sitio del que Bravo de Rivera era encomendero, han empleado con fines turísticos, levantando un monumento a la pareja de amantes homicidas, para el que hay tours y donde guías explican la historia.

[6] Citado por Cunill Grau, Op. Cit., p. 118

[7] Ibídem, p. 121

[8] Antonio J. Saldivia Landaeta, “El algodón y el lienzo de El Tocuyo”,

Las buenas decisiones

 



Para poder ver nuestra mejor opción, a veces necesitamos esperar.

30 de octubre de 2023

Génesis 25.29-34

Todos conocemos la frase “Se cosecha lo que se siembra”, pero ¿sabía usted que en realidad ese es un principio bíblico? (Véanse Job 4.8 y Pr 11.18). En el pasaje de hoy, Esaú aprendió esta verdad de la manera más dolorosa. Al tener hambre, regresó de la caza y pidió un rico plato de comida que había preparado su hermano. Aprovechando la oportunidad, Jacob accedió a cambio de la primogenitura de su gemelo.

En tiempos del Antiguo Testamento, el primogénito gozaba de privilegios especiales, que incluían la autoridad sobre los hermanos menores, doble parte de la herencia y ser el líder espiritual de la familia. Sin embargo, Esaú, al decidir que la comida era más necesaria, cambió su primogenitura por una cena. Más tarde se afligió cuando se dio cuenta de lo que había perdido, pero en ese momento ya era demasiado tarde.

Como Esaú, todos tomamos malas decisiones. Y aunque Dios nos perdona, las consecuencias permanecen. Así que debemos aprender a elegir con sabiduría. Debemos tomar en serio dos advertencias de esta historia. Primero, debemos estar física, emocional y espiritualmente estables antes de tomar una decisión.

Segundo, a menudo es importante retrasar la gratificación. Aunque nuestros deseos se sientan a veces abrumadores, debemos esperar en oración el tiempo de Dios.

Biblia en un año: Lucas 23-24

¿Quién es el Favorito de Dios?



POR RICK WARREN — OCTUBRE 30, 2023

 “La promesa de Dios se recibe por la fe para que la promesa sea un regalo de Dios. Así todos los descendientes de Abraham tienen la seguridad de recibirla”. Romanos 4:16 (PDT)

 Dios no tiene favoritos, independientemente de tus antecedentes, tu estatus o tu pecado. No importa si has sido una persona religiosa o no religiosa, o si tienes algún trasfondo religioso.

Romanos 4:16 dice: “La promesa de Dios se recibe por la fe para que la promesa sea un regalo de Dios. Así todos los descendientes de Abraham tienen la seguridad de recibirla” Romanos 4:16 (PDT). ¿Quiénes son estas personas que viven bajo la ley de Moisés? Los judíos. El pueblo judío recibió los caminos de Dios antes que todos los demás.

¿Has pensado alguna vez por qué los judíos fueron llamados el pueblo elegido de Dios? ¿Los ama Dios más que al resto de nosotros? No. Fueron elegidos con un propósito: difundir el mensaje de que hay un Dios verdadero para todos los demás. Eran algo así como los misioneros para el resto de nosotros.

Ahora Dios ha tomado esa tarea y se la ha dado a la Iglesia, que incluye a judíos, gentiles y a todos los que ponen su fe en Cristo. Dios dice que su salvación está disponible para cualquiera que abra su corazón con fe: “«Todos los que invoquen el nombre del Señor, alcanzarán la salvación»” Romanos 10:13 (DHH).

No hay cupos en el Cielo. No dice que sólo las personas realmente buenas se salvarán si invocan el nombre del Señor o las personas realmente religiosas o realmente inteligentes. Dice todos los que invoquen el nombre del Señor se salvarán.

Lo triste es que a pesar de que muchas personas saben que Dios ofrece su don de la gracia, todavía tratan de trabajar su camino al Cielo. Piensan que algo en sus vidas los hace lo suficientemente buenos para que no necesiten recibir el regalo de Dios de la salvación a través de Cristo.

Puedes haber hecho algunas cosas realmente buenas en la vida, pero si piensas que eso te va a llevar al Cielo, olvídalo. La única manera en que cualquiera de nosotros va a entrar al Cielo es recibiendo el don de la gracia de Dios, que está disponible para cada persona.

Reflexiona sobre esto

  • ¿Cuáles son los esfuerzos que has hecho o los rasgos de carácter que has cultivado que crees que ayudarán a tu salvación?
  • ¿Cuál crees que es tu parte en la tarea de la Iglesia de difundir el mensaje de salvación a los que no han oído?
  • ¿Qué significa “invocar el nombre del Señor”?
Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo; haz esta oración.
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sábado, 28 de octubre de 2023

Un reino escondido

 


En su tiempo, Dios nos revelará todo lo que necesitamos saber.

28 de octubre de 2023

Mateo 13.10-13

Las enseñanzas de Cristo acerca de su reino algunas veces eran directas, y el Sermón del monte sirve como un excelente ejemplo. En las Bienaventuranzas y otras enseñanzas de ese sermón, el Señor explicó cómo vivir como ciudadano del reino. “Cuando ayunen...”, dijo. “Cuando oren...”.

En otras ocasiones, el Señor revelaba su reino por medio de parábolas. Estas historias sencillas, que utilizan personajes o escenas familiares para transmitir ricas verdades, son fáciles de entender. “El sembrador salió a sembrar”, comienza diciendo una parábola. La historia cuenta lo que ocurre cuando la semilla cae en diferentes tipos de suelo. Pero las parábolas también tienen un significado más profundo.

Cristo nos sigue hablando hoy, por medio de la Biblia, del Espíritu Santo y del Cuerpo de creyentes. En diferentes épocas de la vida, podemos experimentar claridad en cuestiones espirituales con las que luchamos en el pasado. O asuntos que antes parecían sencillos, de repente nos parecen complejos.

Parte de nuestro crecimiento consiste en aprender a aceptar el tiempo de Dios, incluso cuando se trata de comprender las Sagradas Escrituras. Sea cual sea el período en que nos encontremos, de claridad o de confusión, es esencial que nos acerquemos al Señor con humildad. Podemos confiar en que Él nos revelará todo lo que necesitamos saber.

Biblia en un año: Lucas 17-19

Envejecer, no significa volverse invisible

  Envejecer, no significa volverse invisible, envejecer es cuando nos cerramos a ideas nuevas y nos aferramos a nuestras viejas creencias, e...