Los edulcorantes aparecieron en el mercado con la finalidad de contrarrestar el aumento de la obesidad y las enfermedades relacionadas como la diabetes, dislipidemia e hipertensión arterial que, según Muriel Delgado, especialista en endocrinología y enfermedades metabólicas, “permite a la persona seguir disfrutando del sabor dulce de algunos alimentos o suavizar la amargura de otros proporcionando más adhesión a las dietas, reducir el peso, mermar el riesgo de otras enfermedades o controlar metabólicamente las ya existentes”.
Cuando se habla de edulcorantes se hace referencia a los productos químicos elaborados como sustitutos de azúcar llamados de “alta intensidad”, porque pueden superar el sabor dulce del azúcar y pueden ser utilizados como aditivos en las comidas.
Existen dos tipos de edulcorantes: Los nutritivos, que añaden valor calórico a los alimentos, y los no nutritivos, que no aportan calorías.
En líneas generales los edulcorantes de alta intensidad se consideran inocuos, algunas personas pueden ser especialmente sensibles o presentar reacciones adversas a cualquier sustancia alimenticia”, expresó la especialista Muriel Delgado.
Asimismo, explicó que los edulcorantes como el asparatame y el advantame tienen un componente que se llama fenilalanina que no puede ser metabolizado por personas que padecen fenilcetonuria (alteración congénita del metabolismo), por lo cual estos pacientes tienen contraindicado su consumo.
Del mismo modo, según Delgado, existen muchas suposiciones en cuanto al consumo de edulcorantes, por ello, detalló que aún no ha sido comprobado que produzcan obesidad o extiendan el riesgo de aumento de peso, mientras reflexionó en que “realmente es un tema muy controvertido pues en un inicio su uso precisamente estuvo enfocado a la pérdida de peso, ya que no tienen calorías. Lo que sucede es que a pesar de esto, la incidencia de obesidad y enfermedades asociadas ha seguido incrementándose de una forma tan alarmante que esto ha sido motivo de interrogantes que han llevado a estudios”.
No obstante la especialista en endocrinología, opinó que existen infinidades de estudios publicados al respecto que plantean que la ausencia de calorías y azúcar de los edulcorantes evita la activación de mecanismos que implican saciedad y por el contrario significaría un estímulo para seguir comiendo o que estimulan receptores del gusto que crean adicción al dulce, pero según la endocrinólogo existen otros estudios que han demostrado que la ganancia de peso de personas que consumen edulcorantes comparado con personas que no lo consumen es absolutamente despreciable, por lo que puede suponerse que es probable que los pacientes excedan las recomendaciones de uso diario de los edulcorantes y así el aporte calórico esté dado por el consumo excesivo de otros alimentos.
Del mismo modo, manifestó que hace tres años fue publicado un estudio realizado en roedores y humanos donde se demostró que el consumo de edulcorantes provocaba intolerancia a los carbohidratos, lo cual representa el paso previo a una diabetes tipo 2.
“Pero a pesar de los resultados la muestra humana no fue estadísticamente significativa por lo cual difícilmente se puede concluir que estos productos son desencadenantes de alguna alteración metabólica, pues los resultados no son lo suficientemente sólidos para cambiar las recomendaciones actuales de su uso pero la duda está latente. Es necesario realizar estudios prospectivos a largo plazo para obtener resultados más confiables”, resaltó la doctora.
Por estas y otras razones más la endocrinólogo recomendó que los pacientes deben: Preguntar a su médico la dosis permitida de edulcorantes, ya que varía dependiendo de cada tipo y tanto la Asociación Americana de Diabetes, Asociación Europea de Diabetes, OMS, Asociación Americana de Cardiólogos y otras han estimado restricciones en la cantidad a consumir; chequear la información nutricional en la etiqueta, ya que muchos alimentos que contienen edulcorantes de bajas calorías siguen teniendo calorías y carbohidratos; tener presente que existen edulcorantes que no pertenecen a la clase de alta intensidad, es decir tienen menos calorías que el azúcar, pero su uso también es controvertido pues al aportar calorías pueden provocar alteraciones metabólicas
Tipos de edulcorantes
Sacarina. Su uso está aprobado en bebidas, jugos de frutas, para cocinar o como ingrediente de alimentos procesados y también se usa en la elaboración de medicamentos.
Sucralosa. 600 veces más dulce que el azúcar. Se considera de uso general y se puede encontrar en bebidas, gelatinas, dulces, postres lácteos. Es estable al calor, por eso puede ser utilizada para cocinar.
Acesulfamo de Potasio Ace-K. 200 veces más dulce que el azúcar. Se usa en postres congelados, bebidas, productos horneados, dulces y como potenciador general de alimentos excepto en carnes y aves de corral.
Neotame. 13 mil veces más dulce que el azúcar. También se usa para mejorar el sabor de los alimentos (excepto carnes y aves de corral) y es estable al calor.
Advantame. 20 mil veces más dulce que el azúcar. Se usa para mejorar el sabor de los alimentos excepto carnes y aves de corral. También se usa en productos horneados, bebidas sin alcohol, jaleas, mermeladas, conservas de frutas y aderezos.
Stevia. Se obtiene de la planta Stevia Rebaudiana. Es 200 – 400 veces más dulce que el azúcar.
(Foto Cortesía Steviae.com)
Extracto de frutas Luo Han Guo. Siraitia grosvenorii es una planta típica de China que da una fruta llamada Luo Han Guo conocida como Fruta del Monje cuyo extracto se usa como edulcorante. Es considerada GRAS.
Aspartame. Es un edulcorante no nutritivo aprobado por la FDA. Se usa como endulzante de mesa, cereales, goma de mascar, café y té instantáneos, gelatinas, rellenos, bebidas carbonatadas. No es estable al calor por lo cual no se usa para cocinar. Se considera un edulcorante de uso general. Hace años fue relacionado con un aumento de la incidencia de cáncer pero los estudios al respecto demostraron lo contrario y es aprobado por la FDA.
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