Un reciente estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (EE.UU.), demostró que las dietas ricas en frutas, verduras y cereales integrales parecen reducir los síntomas de la esclerosis múltiple y, por tanto, la discapacidad, asociada a los distintos tipos de esta enfermedad recurrente-remitente y progresiva, tanto primaria como secundaria.
Para llevar a cabo el estudio, los autores contaron con la participación de seis mil 989 pacientes que, diagnosticados con los distintos tipos de esclerosis múltiple, habían rellenado distintos cuestionarios sobre sus hábitos alimenticios con motivo de su inclusión en el registro del Comité de Investigación de Norteamérica (NARCOMS). Y de acuerdo con las respuestas aportadas, clasificaron a los pacientes en cinco grupos en función de que su dieta fuera más o menos "saludable", es decir, que contuviera un alto contenido en frutas, verduras, legumbres y cereales integrales y bajo en azúcares procedentes de postres y refrescos y, menos aún, en carne roja y procesada.
Concretamente, los participantes en el grupo de la dieta más saludable consumían de media 1,7 porciones diarias de cereales integrales, frente a solo 0,3 en el grupo "menos saludable" del total de cinco, y hasta 3,3 porciones al día de frutas, legumbres, entre las que, obviamente, no se incluyeron las patatas fritas y verduras, por únicamente 1,7 en el último de los grupos.
Y esta "calidad" de la dieta, ¿tuvo algún efecto sobre la sintomatología? Pues para saberlo, los autores preguntaron a los participantes si habían experimentado algún brote o un empeoramiento gradual de sus síntomas durante los últimos seis meses, así como su nivel de discapacidad y la gravedad de diferentes síntomas asociados a la enfermedad, entre otros, fatiga, dolor y depresión.
Los resultados mostraron que las personas con la alimentación más saludable tuvieron, frente a los de la dieta más rica en carnes rojas, dulces y refrescos, una probabilidad de hasta un 20% menor de sufrir una discapacidad física grave. Un beneficio, además, que resultó independiente de otros factores asociados a la discapacidad en la esclerosis múltiple, caso de la edad o del tiempo transcurrido desde la aparición de la enfermedad.
Los pacientes que seguían la dieta más saludable de las cinco, presentaron frente a los del grupo "menos saludable", un riesgo un 20% inferior de padecer depresión grave.
No hay comentarios:
Publicar un comentario