“Por lo tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, ahora deben seguir sus pasos”. Colosenses 2:6 (NTV)
La Biblia a menudo compara la vida con un andar, porque la vida es un viaje. No nos quedamos sentados. A través del Nuevo Testamento, se nos dice que caminemos en sabiduría, amor, luz y obediencia. Se nos dice que caminemos como Jesús caminó. También se nos dice que caminemos junto a otras personas. Aquí hay tres razones por las que necesitamos caminar con otros:
- Es más seguro. ¿Alguna vez has caminado solo en la oscuridad de la noche en un callejón o un camino solitario? Es un poco aterrador. Pero si tienes a otra persona contigo, te sientes más seguro.
- Es un apoyo. La vida no es una carrera de 100 metros. ¡Es un maratón! Caminar con otras personas te da la energía de mantenerte avanzando hasta el final.
- Es más inteligente. Aprendes más cuando caminas con otros que caminando solo. Si estás caminando solo en la dirección equivocada, tal vez nunca te des cuenta. Pero si tienes a un amigo a tu lado, uno de ustedes se dará cuenta de que se han desviado del camino y necesitan encontrar la dirección correcta.
Aprendemos algunas lecciones importantes cuando caminamos junto a otras personas. Aprendemos como llevarnos bien y cooperar con otros.
También aprendemos como amar. Génesis 2:18 nos dice, “No es bueno que el hombre esté solo”(NVI). A Dios no le gusta la soledad, y la comunidad es la respuesta de Dios para la soledad. Cuando caminamos junto a otras personas, encontramos una comunidad donde aprendemos como amar.
Y caminar junto a otras personas también nos enseña hospitalidad. La Biblia dice en 1 Pedro 4:9 “Practiquen la hospitalidad entre ustedes sin quejarse” (NVI). ¿Cuál es tu queja? ¿Cuál es tu excusa para no abrir tu casa a los amigos?
Tal vez has dicho: “¡Mi casa está sucia!”
Bien, ¡límpiala!
O tal vez tu excusa es, “Mi casa no es lo suficientemente grande”.
¿Caben tres personas en tu casa? Jesús dice, “Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:20 NVI).
Todos tienen un anhelo por pertenecer, porque Dios nos creó para relacionarnos. Cuando caminamos junto a otros cristianos en comunidad, encontramos satisfacción para ese anhelo.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Como ha sido enriquecida tu vida por las personas que fielmente han caminado o están caminando contigo?
- ¿Cuáles excusas has usado para evitar practicar la hospitalidad? ¿Cómo puedes cambiar tu perspectiva y actitud?
- ¿Con cuáles personas puedes caminar por la vida? ¿Con quién puedes aprender a caminar como Jesús?
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