lunes, 9 de abril de 2018

El colombiano que es artífice de las grandes animaciones en la Liga Mayor de Béisbol de EE. UU.

Andrés Mauricio, director de arte MLB EE. UU
Andrés Mauricio Payán Rodríguez dice que en su trabajo lo más importante es estar aprendiendo todos los días e innovando porque es un campo en el que lo que sabía ayer, es posible que hoy se vuelva obsoleto o poco práctico.


No sabía mucho de béisbol, pero ya ha aprendido bastante. Y ya ha bateado, ha corrido bases y ha hecho jonrón en la MLB de los Estados Unidos. Es Andrés Mauricio Payán Rodríguez, un joven bogotano que ya juega en las grandes ligas del deporte de la pelota caliente, pero no en las canchas, sino detrás de ellas.

No fue fácil para este diseñador industrial, egresado de la Universidad de Los Andes, ser el director de arte de la Major League Baseball (MLB, Liga Mayor de Béisbol), que agrupa unos 30 equipos del deporte número uno entre los aficionados norteamericanos.

Andrés Mauricio, vía telefónica desde Manhattan, en Nueva York, se devuelve en el tiempo y recuerda que cuando ya estaba en 9° semestre de diseño industrial, no se sentía muy a gusto con la carrera. “Me di cuenta que eso no era lo mío”, reconoce, “pero ya estaba más al otro lado”, así que le pareció mejor terminar y graduarse.

Tampoco era tan malo. De alguna manera, si no se veía ejerciendo como diseñador industrial, la carrera le abrió las puertas a los programas digitales que hoy lo tienen en primera base, una buena posición para encargarse de la publicidad de la MLB. Es decir, de que más espectadores asistan y vean los juegos de béisbol en Estados Unidos.

Cuando descubrió su inclinación por lo creativo, lo artístico, lo manual, buscó hacer una Maestría en Design and Technology (Diseño y Tecnología) en la Universidad de Parsons The New School for Design. Pero era muy cara. Entonces, aplicó a una beca, con sus notas en Los Andes y una carta de intención en la que sustentaba porqué quería –y merecía– estudiar allí.


Allí contó su historia de colombiano que deseaba ir a Parsons, pero que era una universidad costosa y no sabía si la iba a poder pagar. A los dos meses recibió una carta diciéndole que tenía una beca del 70 %. El resto lo financió con Colfuturo. 

Estudiar en esa meca mundial del diseño le permitió orientarse más hacia el universo digital, la animación publicitaria, el diseño gráfico y las app para móviles, campos que sí le llamaban totalmente la atención.

Al año empezó a hacer sus prácticas en Spike TV, uno de los 16 canales americanos del pulpo mediático estadounidense Viacom. Allí aprendió ‘Motion Graphics’ (animación gráfica), un campo del diseño muy específico, pero de alta demanda en las grandes capitales de la industria del entretenimiento como Nueva York, Atlanta y Los Ángeles por las grandes cadenas de televisión que allí operan.

Andrés Mauricio desarrolló habilidades para elaborar todo tipo de animaciones para noticieros, comerciales y publicidad, pero el año de práctica acabó y quedó desempleado.
Valla digital creada por Andrés M. Payán
Valla digital creada por Andrés M. Payán para VH1 y exhibida en Times Square.
Pasó tres meses que él recuerda como si fueran un año. El reloj corría en contra, porque ninguna empresa se quiere encartar contratando un empleado al que hay que tramitarle la visa de trabajo. Solo tenía cuatro meses de gracia de la visa de estudiante.

Ya pensaba en regresar a Colombia, cuando una agencia de publicidad le ofreció ayudar con su documentación y pagándole por proyecto. Cuando le ofrecieron US$ 400 por proyecto, le pareció muchísima plata y aceptó. “Lo que no sabía era que el proyecto podía demorar un mes”, recuerda ahora.

Es decir, le tocaba vivir en una de las ciudades más caras del mundo con el equivalente a $1.200.000 colombianos durante 30 días. Para él, fueron seis meses en los que trabajó casi gratis, a cambio de la visa de trabajo. 

Y de una experiencia que le permitió elaborar su portafolio. Así logró construir su ‘Reel’ (video de un minuto que compila su trabajo), el equivalente, en ‘Motion Graphics’, a la hoja de vida. Aplicó a una vacante en el canal de música VH1 como ‘Motion Designer’ (Diseñador de Animación Gráfica) y fue aceptado. Allí profundizó sus conocimientos, su trabajo comenzó a tener exhibición y se dio a conocer.

Llevaba dos años haciendo animaciones para Tv., vallas, aplicaciones móviles, redes sociales, y viendo sus campañas en esa vitrina mundial como es Times Square y Penn Station (la más populosa del metro de Nueva York), cuando lo sorprendió un correo de la MLB: le decían que les gustaba su portafolio y lo citaban a entrevista.

Andrés fue y hasta sintió miedo porque había mucha gente. Fueron tres entrevistas, le preguntaron de todo, pero no lo poncharon. Es más, les gustó su honestidad cuando confesó que no entendía de béisbol, pero que lo asumía como parte del reto de lograr que más audiencias disfruten del arte de la pelota caliente.

Le propusieron hacer una semana de prueba, remunerada, que al final se convirtieron en dos. Pensaba que no lo contratarían, cuando le dijeron que calificaba. Ahí quedó en primera base. Desde hace tres años es uno de los dos latinos –el otro es mexicano– en la MLB donde todos son americanos y asiáticos americanos. 

Andrés Mauricio descubrió que sí le gusta crear contenidos y piezas publicitarias de deportes, porque todo es muy rápido, ágil. Una de las campañas que dirigió y con la que más se siente a gusto es la del World Beisbol Classic 2017, una especie de mundial entre los países donde se juega ese deporte.

“Es la primera campaña que dirigí solo, con un gran presupuesto –unos 8 millones de dólares–, gente y todo lo gráfico y de video a mi cargo”, dice con orgullo. Su propuesta fue un video de cada equipo participante, en las que se habla primero del país como tal y luego de los referentes que tiene en béisbol.

La campaña fue difundida en Facebook, Instagram y otras redes sociales; en los estadios al inicio e intermedios de los partidos, y tuvo gran aceptación. Además, su jonrón fue lograr que los productores aceptaran que la campaña fuera doblada al español porque hasta entonces había sido siempre en idioma anglo.

“Los persuadí hablándoles de plata, les mostré la estadística de población que le podría gustar el béisbol, pero quizás no hablaba inglés y a la que sería muy provechoso llegarle, y aceptaron”, revela con la satisfacción del bateador que la saca del estadio. Esos videos con doblaje se emitían en los juegos de Cuba, República Dominicana, Venezuela, Puerto Rico y obviamente, Colombia, por ejemplo.
Andrés Mauricio, director de arte MLB EE. UU
El trabajo creativo de Andrés Mauricio Payán Rodríguez en la MLB de EE.UU se ve en todas las plataformas e incluye la promoción con los ‘sponsors’ de los eventos.
Sin embargo, el video más difícil de realizar, fue el de Canadá, un país que tiene equipo de béisbol, pero no tiene historia en ese deporte. En cambio de Colombia pudo exhibir las habilidades de José Quintana, lanzador de los Cachorros de Chicago, y Julio Teherán, y de los reconocidos Joaquín Gutiérrez, Orlando Cabrera y Édgar Rentería. 

Otro trabajo muy importante fue la campaña para la Copa Mundo de Béisbol que enfrenta equipos de Estados Unidos. Atrás quedan sus primeros días cuando recién llegó en 2010 a Nueva York e intentó abrir una cuenta en el banco y el dependiente lo llamó:

–Sr. El 70% de sus dólares son falsos.
La cara de pánico que puso fue tal, que el funcionario del banco le hizo preguntas de rigor, pero no le quedó duda de que era inocente. Le devolvió los pocos dólares buenos y le dejó ir. 

Andrés Mauricio se sentía terrible, lo peor y solo deseaba devolverse a Colombia, pero su familia desde Bogotá lo apoyó. A la vez le tranquilizaba que no le hubiese vinculado judicialmente por tan bochornoso incidente.

Hasta dos meses después cuando se le aparecieron en la residencia universitaria, donde vivía, dos tipos grandísimos, que le mostraron sus placas de identificación de agentes secretos, como en las películas. Él creyó que era una broma, hasta que empezaron a presionarle para que dijera de dónde había traído los dólares falsos.

Él les daba explicaciones, pero ellos insistían y la única forma de convencerlos fue cuando les dijo:

–Si yo quisiera traer dólares falsos, a la última parte del mundo donde los llevaría sería a un banco.

A los agentes les pareció razonable su explicación y hasta se disculparon y nunca más volvieron a molestarlo, cuenta hoy riéndose de esa pesadilla.

Viajar, con su esposa, la abogada María Camila Ianini, es su pasatiempo. Si se quedan en Manhattan, van a Jackson Heights, esa zona donde se siente como en su tierra y halla desde el ChocoRamo, hasta la típica comida criolla, lo que más extraña de su país. 

O va a jugar con su equipo, que no es de béisbol, sino de basquetbol, uno de sus deportes predilectos, a falta de un equipo de fútbol, que también le apasiona. Lo dice este bogotano que tuvo que aprender de batear y a correr bases, sin salir a la cancha, y logra anotar cada que lidera una campaña para la MLB.

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