BY RICK WARREN — AUGUST 26, 2018
“Jesús puede salvar para siempre a los que, por medio de él, quieren ser amigos de Dios. Pues vive eternamente, y siempre está pidiendo a Dios por ellos” (Hebreos 7:25 TLA).
En Lucas 5, hay una gran historia de un grupo pequeño de hombres que llevaron a los pies de Jesús a un amigo que estaba paralítico y necesitaba sanación. En esta historia, encontramos siete características de un grupo pequeño que Dios usa para sanar. Hoy vamos a ver tres de esas características, y mañana veremos el resto.
Compasión: Este hombre fue sanado porque a sus amigos les importaba. Todo comienza cuando nos preocupamos por las personas que están sufriendo. Romanos 15:2 dice: “Debemos ayudar a otros a hacer lo correcto y edificarlos en el Señor” (NTV). Dios usó a estos hombres porque eran sensibles a la necesidad de un amigo. Y nos usará cuando no estemos preocupados por nuestras propias necesidades y comencemos a preocuparnos más por los demás que por nosotros mismos.
Fe: los hombres creían que Dios sanaría a su amigo. Echa un vistazo en Lucas 5:20: “ Al ver la fe de ellos, Jesús dijo: ―Amigo, tus pecados quedan perdonados'”. (NVI). No fue la fe del paralítico lo que lo hizo sanarse; fue la fe de sus amigos. ¿Cuántas personas conoces que están tan paralizadas que no pueden creer en Dios? Entonces es cuando tenemos que creer por ellos.
Intervención: Estos amigos no solo oraban por su amigo; ellos tomaron acción también. No es suficiente solo orar por alguien que está sufriendo y atrapado en el pecado. También tenemos que tomar medidas. Jesús dice en Lucas 14:23, “Entonces el señor le respondió: “Ve por los caminos y las veredas, y oblígalos a entrar para que se llene mi casa” (NVI). Hay una gran cantidad de ejemplos en la Biblia de personas que llevan a otros a Jesús.
No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos” (Gálatas 6:9 NVI).
¿Alguna vez has sentido que alguien era un caso sin esperanza? ¿Que él o ella nunca iría a Cristo? Tal vez fue un pariente alcohólico, un padre adicto a las drogas o un vecino codependiente, alguien con un dolor, un hábito o una obstrucción que impidió que esa persona conociera a Dios.
La verdad es que ¡nadie está fuera del alcance de Jesús!
Ayer hablé sobre la importancia de los grupos pequeños para ayudar a las personas “sin esperanza” a encontrar la sanidad. La historia en Lucas 5 de un grupo de hombres que llevan a su amigo paralítico a Jesús para ser sanado nos mostró tres características de un grupo pequeño que Dios usa para sanar a personas que otros podrían considerar sin esperanza. Hoy vamos a ver cuatro más:
Persistencia: Todos nos desanimamos al tratar de llegar a nuestra familia, amigos y conocidos con el Evangelio. ¡Pero no podemos darnos por vencidos! Los amigos en Lucas 5 no dejaron que las dificultades los desanimaran. No importaba que las multitudes estuvieran entre ellos y Jesús. Gálatas 6:9 dice: “No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos” (NVI).
Innovación: estos amigos se atrevieron a hacer algo diferente. Es bastante innovador pararse en un techo y destrozarlo para llevar a un hombre a Jesús. ¡Imagina el desastre que hicieron! El ministerio es complicado porque involucra a las personas. Los grupos pequeños que no salgan de la caja no estarán dispuestos a ser lo suficientemente desordenados para ser instrumentos de sanidad.
Cooperación: Obviamente, estos hombres trabajaron juntos para traer a su amigo a Jesús. Era un trabajo demasiado grande para un chico. Es lo mismo con los grupos pequeños. Las personas acuden a Cristo más rápido cuando lo hacen en el contexto de un grupo pequeño de apoyo. Una comunidad de apoyo es un poderoso testigo de Dios.
Sacrificio: ¿Alguna vez te has preguntado quién pagó por el techo después de esta historia? Creo que el grupo de amigos lo hizo. No solo lo romperían y lo dejarían para que alguien más lo arregle. Ya sea tiempo, dinero, esfuerzo u otra cosa, siempre hay un costo para llevar a alguien a Cristo. Lucas 16:9 dice: “Aquí está la lección: usen sus recursos mundanos para beneficiar a otros y para hacer amigos. Entonces, cuando esas posesiones terrenales se acaben, ellos les darán la bienvenida a un hogar eterno.” (NTV). Los grupos pequeños deben estar dispuestos a hacer sacrificios si van a ser agentes de sanidad en el mundo.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Cómo luce la falta de esperanza?
- ¿Crees que nadie está fuera del alcance de Jesús? Si es así, ¿qué estás dispuesto a hacer para traer personas “sin esperanza” a Jesús?
- ¿Por cuál amigo herido has estado orando? ¿Qué puedes hacer para tomar medidas y ayudar a esa persona a encontrar la curación?
- Describe un momento en que tu ministerio se desordenó y querías darte por vencido.· ¿Cuáles son algunas formas en que los miembros de un grupo pequeño pueden alentarse mutuamente cuando se sienten desanimados por las dificultades?·
- ¿De qué personas en tu vida has testificado u orado para que Dios salve? ¿Cómo puede ayudar a tu grupo pequeño el testimonio de estos amigos?
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