“Las montañas podrán cambiar de lugar, los cerros podrán venirse abajo, pero mi amor por ti no cambiará.” (Isaías 54:10 TLA).
Si no te sientes amado por Dios, seguro no vas a ofrecer amor a nadie. Es imposible mostrar amor a menos que entiendas y recuerdes la forma en que Dios te ama.
Necesitas recordarte a ti mismo cada día lo que Dios piensa sobre ti –no lo que el mundo piense o lo que tu pienses de ti mismo. Recordar el amor de Dios es lo que remueve tus temores.
Permíteme compartir cuatro cosas que Dios piensa sobre ti que te ayudarán a recordar por qué y cómo amar.
Eres aceptado completamente.
Gastamos mucho de nuestras vidas intentando ganar aceptación de nuestros padres, compañeros, aquellos a quienes respetamos, de los que envidiamos e incluso de los extraños. Pero necesitas darte cuenta de que Dios ya ha determinado este punto de la aceptación: “Por su gran amor [de Jesús], Dios nos aceptó” (Tito 3:7 TLA). Lo que Jesús hizo en la cruz te volvió completamente aceptable para Dios –no importa lo que hayas hecho o hagas.
Eres amado incondicionalmente.
Dios no dice, “Te amo si…” o “Te amo porque…” Él dice, “Te amo. –¡punto!” No puedes hacer que Dios deje de amarte, porque su amor no está basado en lo que haces sino en quién es él. Isaías 54:10 dice “Las montañas podrán cambiar de lugar, los cerros podrán venirse abajo, pero mi amor por ti no cambiará” (TLA).
Eres perdonado completamente.
Porque Jesús murió en la cruz y dio su vida como pago por tus pecados, has sido completamente perdonado cuando aceptaste el regalo del perdón de parte de Dios. Romanos 8:1 dice “Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús;” (NTV). Dios no va a enumerar tus pecados, los va a tirar.
Eres considerado extremadamente valioso.
Hay dos cosas que crean valor: Quién es el propietario y lo que alguien está dispuesto a pagar por ello.
Eres un hijo de Dios y “Cuando Dios nos hizo libres por medio de la muerte de Cristo, pagó un precio muy alto” (1 Corintios 7:23 TLA). Jesucristo pagó por ti con su vida. Así de valioso eres.
Cuando recuerdas que eres aceptado, amado, perdonado y valorado por el creador del universo, estás mejor equipado para demostrar ese amor a otros y construir relaciones más profundas.
Reflexiona sobre esto:
- El saber cómo piensa Dios de ti. ¿Cómo cambia tu forma de pensar de ti mismo?
- ¿Qué evita que ames, aceptes y perdones completamente a las personas con quienes tienes una relación?
- ¿Cómo demuestras a otros que son valiosos para ti?
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