CUANDO USTED QUIERA AVERIGUAR LA DEFINICIÓN QUE EN EL BASEBALL TIENE LA PALABRA CABALLO, VAYA Y REVISE LA ACTUACIÓN DE JUSTIN VERLANDER.
El derecho de los Astros de Houston es la esencia del As, del Número 1, es decir un caballo. Novato del Año en la temporada de 2006, ganador del Cy Young y del MVP en la campaña 2011, 7 veces miembro del Juego de Estrellas, campeón de la Serie Mundial de 2017, autor de un par de encuentros sin hit ni carrera, sin duda tiene construido el resumé para ingresar al Salón de la Fama de Cooperstown en su primer año de elegibilidad.
Lo que más me impresiona es la segunda juventud que está viviendo, pues desde los 35 años y en coincidencia con su llegada a los Astros su efectividad de 3.49 que tuvo en sus 13 temporadas con los Tigres de Detroit, se ha colocado en su etapa con Houston en 2.30.
A propósito de sus primeras 50 aperturas con los Astros, en el Twitter de Baseball Reference @baseball_ref, apareció un interesante dato en el que compararon al diestro de 36 años y esas 50 primeras salidas, con las primeras 50 de Pedro Martínez con los Medias Rojas de Boston y de Roger Clemens con los Azulejos de Toronto.
El tema es así: Verlander lanzó 320.1 entradas, con efectividad de 2.30, 422 ponches por 59 bases por bolas; Martínez tuvo 358.1 innings, efectividad de 2.59, 421 ponches y 89 boletos y Clemens 366.2 IL, efe de 2.53, 394 K y 119 BB. Me tomo la libertad de agregarle yo al magnífico y revelador dato de BR, el récord de ganados y perdidos de cada uno en dicha etapa: Verlander 29-10, Martínez 34-9 y Clemens 29-13.
Magnífico sin lugar a dudas. Como magnífica fue la actuación del pasado martes ante los Medias Blancas de Chicago, cuando llegó al séptimo inning con un juego sin hit ni carrera, cuando con un out, José Dariel Abreu destruyó lo que parecía iba a ser el tercer encuentro de esa naturaleza de Verlander. Por cierto, ese fue el sexto cuadrangular que el cubano le conecta y es uno de los pocos bateadores que puede presumir de haber tenido éxito contra él, pues además le batea para 364 (de 44-16).
Igual el as de los Astros, completó 8 entradas admitiendo ese solitario imparable, lo que fue su noveno partido en el cual trabajó al menos 8 innings permitiendo un hit o menos, afianzándose en una selecta lista de abridores que han conseguido la mayor cantidad de trabajos con esas características. Con 8 encuentros hay 4 serpentineros, entre ellos Pedro Martínez y Randy Johnson y ya en otro nivel, Nolan Ryan consiguió 23 partidos así y Bob Feller 15.
Otras de las manifestaciones de lo caballo que es Verlander, es que en 11 de sus 15 temporadas ha lanzado más de 200 innings y en 8 de esas zafras ha superado los 200 abanicados. Incluso, el año pasado estableció una marca personal de 290 bateadores eliminados por la vía de los 3 strikes. Este año no está muy retrasado respecto a esa cifra, pues en sus primeras 11 salidas tiene 89 ponches, de manera que si hace 34 aperturas como en 2018, culminaría con 275. Eso lo dejaría al culminar la temporada a las puertas de convertirse en el lanzador número 18 con 3000 ponches, con 2981. Si apura un poco el paso, podría unirse a CC Sabathia y hacerlo este mismo año. Pensar que antes de conseguir la histórica cifra el zurdo de los Yankees de Nueva York el 30 de abril, transcurrió un largo período pues John Smoltz había sido el último durante la campaña 2008.
Seguramente en el transcurso de la lectura de la columna, se habrán fijado de la cantidad de nombres sobresalientes, relevantes e históricos con los cuales se ha entrecruzado el nombre de Justin Verlander. No queda ninguna duda, es un caballo.
Hasta nuestro próximo encuentro…
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