Según los sindicatos, la empresa lo justifica por la caída de las ventas, una circunstancia que obligaría a reducir la producción
«Nada puede afirmarse con certeza de cara al futuro», afirmaba el pasado mes de enero el presidente de Ford Europa, Stuart Rowley, en su visita al Palau de la Generalitat. Junto al presidente Ximo Puig, el directivo de Ford respondía así a la pregunta de si los empleos en la planta de Almussafes estaban garantizados, tras haber anunciado una inversión de 42 millones de euros en el marco de la «electrificación» de la compañía. Mientras Puig destacaba que el anuncio permitía confiar «en la estabilidad del empleo y la continuidad de la empresa», lo cierto es que Rowley dejaba la duda en el aire. Una más tras el mazazo que supuso conocer el traslado a Norteamérica de la fabricación de los motores Ecoboost a partir de 2022. Y, efectivamente, Ford Almussafes no se librará ahora de los despidos.
Así lo comunicó ayer la dirección de la compañía a los sindicatos, a los que puso sobre la mesa un ERE que podría afectar a 400 personas después de una época de expedientes de regulación temporal de empleo. Sin embargo, la empresa justica la medida drástica en que el desplome de las ventas ha dejado de ser una cuestión coyuntural. Consecuencia: Almussafes debe bajar la producción en 100 vehículos diarios.
Según la nota interna que remitió la dirección a la plantilla, «pese a que la demanda del Kuga sigue siendo fuerte, la realidad del mercado con su continuo descenso de ventas en otras líneas de vehículos nos obliga a realizar un nuevo ajuste de producción». Y «dado que esta bajada no responde a una situación coyuntural, es necesario reducir el número de vehículos diarios que fabricamos en 100 unidades adicionales».
Es decir, Ford plantea pasar de los 1.740 coches actuales a 1.640, lo que conllevará un «exceso de personal en las operaciones de vehículos estimada en 400 personas», según transmitió la empresa del óvalo a su plantilla, que ronda las 7.300 personas.
Ford recuerda que en septiembre del año pasado ya se acometió la eliminación de una parte del turno de noche de la planta de montaje de vehículos como consecuencia de la necesidad de recortar la producción, «por la disminución generalizada de las ventas de automóviles». «En aquel momento se pudo recolocar el exceso de personal en actividades relacionadas con el lanzamiento del nuevo Kuga y acortando días de ERTE con la mayoría del comité de empresa, evitando tener que tomar medidas de ajuste estructurales a la espera de la evolución de la demanda en 2020», señalaba Ford, que ahora abrirá un periodo de consultas para negociar con los sindicatos las condiciones del ERE.
El portavoz de UGT en Ford Almussafes y presidente del Comité de Empresa, Carlos Faubel, lamentó, en declaraciones a Europa Press, que la «elevada cifra» que plantea la compañía «complica» la negociación. En este sentido, aseguró que, aunque este periodo de conversaciones «no será fácil», intentarán buscar soluciones.
Desde CCOO se calificó el anuncio como de «jarro de agua fría para la plantilla». «Esperamos que si al final hay salidas, que estas no sean traumáticas», señalaron las mismas fuentes sindicales.
En la misma línea, desde el Secretariado del STM en Ford se advirtió «alto y claro» de que «bajo ningún concepto» aceptarán «medida traumática alguna» y se mostraron convencidos de que todos los sindicatos se mantendrán en las mismas posiciones.
«No nos esperábamos este anuncio tan pronto y es excesivo», subrayaron. No hay que olvidar que, con la reestructuración del negocio de Ford en Europa, en la planta de Almussafes la sombra del miedo planeaba desde hacía tiempo.
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