La demanda por el icónico Boeing 747 sufrió un fuerte declive y otros factores que surgieron en los últimos años podrían poner fin al avión, conocido como 'La reina de los cielos'.
Este gigante de cuatro motores fue una auténtica revolución en la industria de la aviación civil en los años 60, al ser el primer avión de fuselaje ancho. Pero ahora Boeing está planeando finalizar su fabricación.
Boeing tampoco ha informado de ello a los empleados que trabajan en las líneas de ensamblaje Everett: el lugar de donde salieron todos los 747 desde que comenzó su fabricación hace unos 70 años. De hecho, el edificio de la planta sigue siendo el más grande del mundo.
Boeing comentó a Bloomberg que actualmente están ensamblando los 747 a razón de media aeronave por mes, así que harán falta unos dos años para cumplir con los compromisos ya asumido ante los compradores.
Las 16 unidades que ya están pedidas a fecha de hoy son la versión de transporte de la última generación de esta aeronave: los 747-8F. Por otro lado, en el marco del programa 747-8 Boeing no logró vender ni una sola unidad de la versión de pasajeros desde 2017.
Aquel año, la Fuerza Aérea de EEUU fue la última en adquirir dos 747-8i para convertirlos en las renovadas aeronaves presidenciales VC-25B Air Force One. Pero incluso estos dos aviones no fueron comprados a la propia Boeing, sino a una aerolínea rusa que quedó en bancarrota.Aparte de ello, desde hace años Boeing ya ha estado mostrando señales de que la fabricación de los 747 se está acercando a su fin. Así, la velocidad de ensamblaje se redujo a solo una unidad al mes y ahora se redujo a tan solo media unidad mensual.
Bloomberg también informó en noviembre de 2019 que Triumph Group —el mayor subcontratista de Boeing—, puso en subasta el equipamiento de fabricación en su planta de Hawthorne, en California. Es un dato de gran importancia, puesto que Triumph Group se encarga de fabricar los fuselajes del 747. De hecho, todos los fuselajes de esta aeronave salieron por las puertas de esta planta desde 1966.
De hecho, según lo comentó a Bloomberg Sheila Kahyaoglu, una analista de Jeffries Financial Group, Boeing perdió unos 40 millones de dólares con cada 747-8 vendido después de 2016.
La pandemia que está viviendo el mundo también tuvo su impacto, ya que redujo notablemente el tráfico aéreo por todo el mundo. Eso lo puso difícil para apoyar incluso la fabricación de los 747 de transporte, que últimamente eran las únicas en venderse. Todo ello se suma a una serie de problemas que no están directamente relacionados con el 747.
Entre ellos está el difícil lanzamiento del novedoso Boeing 787 Dreamliner a finales de los años 2000 y comienzo de los años 2010. La situación tampoco mejoró para la compañía con las catástrofes de los 737MAX, que llevó en 2019 a la suspensión de vuelos de este modelo de aeronaves por todo el mundo, prohibición que sigue vigente a día de hoy.
Todo ello es un reflejo de los cambios que está viviendo la industria de la aviación civil, donde las rutas directas entre los destinos de los pasajeros están prevaleciendo sobre las que se basan en los hubs. En estos trayectos los aviones bimotores de menores dimensiones son considerablemente más eficaces en términos económicos.
Esto no significa que dejaremos de ver estas aeronaves surcar los cielos, puesto que las unidades ya fabricadas seguirán volando durante muchos años e incluso décadas.
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