lunes, 10 de agosto de 2020

Un corredor visto por rayos X


Una mínima anormalidad estructural (una pierna un poquito más larga que la otra, por ejemplo) podría lesionarnos muy seriamente. Prevenir esa lesión corriendo con plantillas o realizando los ejercicios correctos es muy sencillo.
Un corredor visto por rayos X
Un corredor visto por rayos X
28/03/2017 - runners.es

Las anormalidades estructurales pueden hacer que una persona sea propensa a una lesión deportiva por el esfuerzo desigual de varias partes del cuerpo. Por ejemplo, cuando las piernas son desiguales en longitud, se ejerce una fuerza mayor sobre la cadera y la rodilla de la pierna más larga.
Habitualmente, correr por los lados de caminos con terraplenes tiene el mismo efecto; pisar repetidamente con un pie la superficie un poco más elevada aumenta el riesgo de dolor o lesión en ese costado. La persona que tiene una curva exagerada de la columna vertebral puede sentir dolor de espalda cuando hace girar un bate de béisbol. Por lo general, el dolor desaparece cuando se interrumpe la actividad, pero recurre cada vez que se alcanza la misma intensidad de ejercicio.
El factor biomecánico que causa la mayoría de lesiones del pie, de la pierna y de la cadera es la pronación excesiva (una rotación de los pies hacia dentro después de entrar en contacto con el suelo). Cierto grado de pronación es normal y evita las lesiones dado que ayuda a distribuir la fuerza en todo el pie.
Sin embargo, la pronación excesiva puede causar dolor del pie, la rodilla y la pierna. En personas que tienen una pronación excesiva, los tobillos son tan flexibles que el arco de los pies toca el suelo mientras caminan o corren, dando la apariencia de pies planos. Un corredor con pronación excesiva puede sufrir dolor de las rodillas cuando corre largas distancias.
El problema contrario, la pronación escasa, puede ocurrir en las personas que tienen tobillos rígidos. En estas personas, el pie parece tener un arco muy elevado y no absorbe bien el impacto, aumentando el riesgo de producir pequeñas grietas en los huesos de los pies y las piernas (fracturas por sobrecarga).
El pie con sus 28 huesos, 55 articulaciones y multitud de ligamentos y músculos es un órgano perfectamente adaptado para cumplir con las múltiples exigencias de apoyo y locomoción, así como para la realización de los movimientos más complejos.
- Función motora gracias a la cual nos permite el impulso necesario para andar, correr y saltar
- Función de equilibrio a expensas de la articulación del tobillo, los huesos metatarsianos en el antepié y los ligamentos laterales que actúan a modo de cinchas.
- Función amortiguadora de las presiones, al correr el pie permanece sobre el suelo 0,25 segundos a 12 km/h, soportando un individuo de 70 kg una media de 110 toneladas durante 1.500 m.

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