martes, 30 de marzo de 2021

Católicos en Nigeria se reúnen en secreto para rezar debido a ataques a iglesias

Sacerdote católico camina en frente de la iglesia de St. Leo, el templo católico más grande del Estado de Enugu (Nigeria)


 Una portavoz de Cáritas Nigeria informó que los católicos en Nigeria se están reuniendo para rezar en secreto, pues tienen miedo de visitar las iglesias que quedaron abandonadas en sus localidades tras ser profanadas y destruidas por el grupo terrorista Boko Haram.

Boko Haram es un grupo radical afiliado al Estado Islámico (ISIS) que surgió cerca de 2009, cuyo nombre más o menos se traduce como “la educación occidental está prohibida”. Desde entonces, cometen ataques terroristas contra los cristianos en Nigeria, obligándolos a huir de sus hogares. A la fecha hay más de 2.4  millones de desplazados en todo el país.

Doris Mbaezue, portavoz de Cáritas Nigeria, relató el 23 de marzo a ACI África, agencia del Grupo ACI, que durante la insurgencia del grupo radical y otros militantes armados, varias localidades, sobretodo del noreste y norte del país fueron destruidas, incluidas sus iglesias y centros parroquiales, cuyos restos dan testimonio de la historia del sufrimiento que vivieron los cristianos.

Una de ellas es la Diócesis de Yola, en el estado de Adamawa, la región más poblada del país y donde es común ver iglesias y edificios eclesiásticos abandonados, algunos incluso profanados e incendiados. Lo mismo ocurre en la Diócesis de Maiduguri, en el estado de Borno.

“Las iglesias están abandonadas. Los católicos en Nigeria han sido conocidos por ser una comunidad llena de energía y entusiasmo en la Iglesia, pero este ya no es el caso, especialmente en los estados de Adamawa y Borno”, señaló.

Mbaezue explicó que por temor a sufrir ataques terroristas, los católicos ya no visitan las iglesias y centros parroquiales; en cambio, se reúnen de forma secreta en “lugares indefinidos” para rezar juntos.

“Hoy, se organizan y se encuentran en lugares totalmente indefinidos para saciar su sed de oraciones comunitarias. Ya no van a sus lugares de culto, porque saben que los matarán si lo hacen”, agregó

Dijo que los que permanecen en las aldeas enfrentan el peligro de sufrir ataques todos los días y se les restringe la circulación, incluida la prohibición de ir a sus granjas. Por ello, muchos han huido en busca de seguridad y ahora viven en áreas del gobierno local donde dependen de las agencias de desarrollo para su sustento.

Mbaezue señaló que pese a todos los desafíos, la fe de los habitantes continúa creciendo día a día. “La gente profesa su fe con orgullo. Uno podría imaginar que los ataques que tienen como blanco a los religiosos los espantarían, pero no”, dijo.

“Los sacerdotes y seminaristas que están dando su vida por su fe” son “la motivación más fuerte para la gente aquí. Cada vez más personas están dispuestas a morir para defender su fe”, subrayó.

El apoyo de la Iglesia Católica

Frente a ello, informó que Cáritas Nigeria está trabajando con otras entidades locales e internacionales para aliviar el sufrimiento de los desplazados internos de las 58 diócesis que hay en el país.

“Los jóvenes nigerianos corren riesgos todos los días al tratar de salir del país en busca de mejores oportunidades, especialmente en Europa. Pasan por Libia y muchos de ellos mueren en el desierto”, explicó, y dijo que Cáritas ayuda a los migrantes a reconstruir sus vidas.

Otras organizaciones de caridad que trabajan junto a Cáritas son Catholic Relief Services (CRS), Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ), la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) y otras agencias de desarrollo que trabajan en la región sur de Nigeria.

La portavoz de Cáritas señaló que la ayuda se brinda especialmente en los estados de Adamawa y Borno, donde viven la mayor cantidad de víctimas de Boko Haram.

“Los niños en estos lugares están gravemente desnutridos debido a lo que los insurgentes han hecho, causando la pérdida de sus medios de vida y el hambre”, dijo y señaló que a los padres les enseñan cómo preparar alimentos para sus bebés, niños pequeños y más grandes.

En el proyecto financiado por la FAO en el estado de Borno, las víctimas de Boko Haram reciben insumos agrícolas como semillas y fertilizantes para dedicarse a la agricultura.

En cuanto al proyecto financiado por ACNUR en el estado de Adamawa, las víctimas son inscritas en centros de formación profesional donde aprenden carpintería, sastrería o fabricación de abalorios.

Cáritas Nigeria también está trabajando en colaboración con el Gobierno de Nigeria para brindar comidas tres veces al día a los desplazados internos del estado de Borno, que llegan a vivir a los refugios.

La portavoz de Cáritas Nigeria afirmó que en “Nigeria no se trata solo de insurgencia. Hay alrededor de seis zonas geopolíticas en Nigeria donde la vida sigue como de costumbre. Pero, los medios tienen esta forma de moldear una mentalidad y ahora la gente solo piensa en Boko Haram cuando oye hablar de Nigeria”.

“Nigeria está llena de vegetación. Tenemos aceite de palma, tenemos mandioca, preparamos más de 250 platos que son manjares en todas partes. Contamos con personas altamente capacitadas que hacen artesanías que se venden internacionalmente, y tenemos una cultura de vestir única”, concluyó.

Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en ACI África.

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Dios en el cine: La única historia bien contada

 



José Luis Panero - publicado el 30/03/21

Una selección de historias fílmicas que no deben faltar de vuestras estanterías, precisamente ahora, en el prólogo de la Semana Santa

La presencia de Cristo en el séptimo arte tiene muchas más aristas de las que a primera vista nos imaginamos. Otras veces he querido puntualizar por qué no se podía hablar de Jesús en el cine, hasta que se descubrió que daba dinero.

En este artículo vamos a realizar una selección de historias fílmicas que no deben faltar de vuestras estanterías, precisamente ahora, en el prólogo de la Semana Santa.

En 1923 Robert Wiene filmó I.N.R.I y en 1926 Cecil B. de Mille rodó su Rey de Reyes, como una gran superproducción, con la finalidad de hacer espectáculo, incluso a costa de forzar la verdad histórica con tal de conseguir el resultado buscado. Años después, en 1936 se hicieron dos películas: La vie de Jesus, de Marcel Gibaud y Ecce Homo, de Walter Rilla.

En 1935, Robert Le Vignan interpretó a Jesús en Gólgota, con Jean Gabin como Poncio Pilatos, dirigida por Julien Duvivier, muy meticulosa en su adaptación a la interpretación del momento y siguiendo escrupulosamente el texto del evangelio según San Mateo.

Dos directores españoles realizaron en México con poca calidad Jesús de Nazaret (1942), a cargo de José Díaz Morales, y El Mártir del Calvario (1952), de Miguel Morayta.

En España se rodaron varias películas sobre el tema, entre ellas algunos documentales que reconstruían la vida a partir de pinturas y obras de arte. Como películas se hicieron El Judas (1952), de Ignacio F. Iquino, y El beso de Judas (1953), de Rafael Gil, bastante mediocres, por cierto. Sin embargo, hubo dos filmes que se hicieron muy famosos en todo el mundo y que se rodaron en España, aunque de producción norteamericana: Los misterios del rosario (1957), del Padre Peyton, y Rey de Reyes (1961), de Nicholas Ray.

La hermosa Rey de Reyes, a todo color y gran pantalla, es una película firme y consistente, que presenta una figura de Jesús (a pesar de que Jeffrey Hunter, el protagonista, es demasiado blando de facciones) poderosa y combativa que se debate entre la acción y la contemplación, un Mesías esencialmente humano, no tanto Hijo de Dios como posible libertador del pueblo de Israel de la esclavitud romana.

El argumento fue asunto de Ray Bradbury y Orson Welles, y del guión respondió Philip Yordan. La magnífica banda sonora es obra de Miklos Rozsa. Candidato al Oscar en 16 ocasiones, lo ganó por Recuerda (1945), Doble vida (1947) y Ben-Hur (1959).

Producida por Samuel Bronston, fue rodada en España. Nunca hasta entonces se habían desplegado tal cantidad de medios para contar la vida y la muerte de Cristo. Está inspirada en los textos del historiador romano Tácito y en los Evangelios. Aún así, la Legión de la Decencia, encargada de aprobar las películas que se proyectaban, calificó la película con esta explicación: «Aunque reconociendo el intento edificante de esta película, las licencias poéticas que se toman en el desarrollo de la vida de Cristo, hacen el filme inexacto teológica e históricamente y desde el punto de vista bíblico».

En otras películas, como Intolerancia (Intolerance, 1916), de Griffith; Ben-Hur (Ben Hur-Tale of the Christ, 1926), de Fred Niblo, Ben Hur (1959), de William Wyler y Ben-Hur (2016), de Timur Nuruajítovich Bekmambétov, en Barrabás (1962), de Richard Fleischer y en La túnica sagrada (The Robe, 1953), de Henry Koster, la figura de Cristo o la pasión suelen tener un papel predominante en la trama.

La Historia más grande jamás contada (The greatest story ever told, 1964), dirigida con estilo grandilocuente por George Stevens fue una de las grandes superproducciones de Hollywood sobre la vida de Jesús aunque para muchos no dejó de ser una más «de romanos». El relato manipula con libertad los Evangelios, con la única finalidad de proporcionar el máximo de belleza estética y de espectacularidad posible. Estaba filmada para Cinerama. Contó con un interesante intérprete, el sueco Max von Sidow.

El rodaje se llevó a cabo en Estados Unidos, en el desierto de Utah, y como curiosidad podemos destacar que John Wayne actuó como centurión romano. Aunque realizada con honestidad narrativa, con rigor cinematográfico y siguiendo con fidelidad el Evangelio, la película está más cerca del espectáculo que de la reflexión. No obstante, es un buen filme para iniciarse en el conocimiento de la vida de Jesús.

Fue Pier Paolo Pasolini, ateo y marxista, quien realizó la película sobre la vida de Jesús más cercana a la austeridad del evangelio. El evangelio según San Mateo (Il Vangelo secondo Matteo, 1964) se basó totalmente en el texto de Mateo y se rodó cámara en mano, en el mejor estilo del «cinema verité». La ambientación, entre medieval, bizantina y renacentista, es totalmente simbólica.

El personaje de Jesús lo interpretó un actor español sin experiencia, Enrique Irazoqui, estudiante en aquellos años. El Jesús de Pasolini es un Cristo «auténtico, cercano, austero, con fuerza en la mirada y palabra de fuego impulsiva e interpelante para explicar a los hombres el mensaje del Reino que no tiene dilación… ». La cita corresponde al crítico de cine Eduardo Gil de Muro, que reflejó en el volumen De los valores del cine al cine de los valores).

Para entender a Pasolini tal vez sea interesante tener en cuenta estas manifestaciones, realizadas en 1961, antes de hacer la película: «Yo soy anticlerical (¡no temo decirlo!), pero sé que dentro de mí hay dos mil años de cristianismo: con mis antepasados edifiqué las iglesias románicas, luego las iglesias góticas, y luego las iglesias barrocas; su contenido y su estilo forman parte de mi patrimonio. Estaría loco si negase esta fuerza potente que está dentro de mí, si les dejase a los curas el monopolio del Bien».

Una película que obtuvo el aplauso del público y el rechazo del integrismo cristiano, aunque las autoridades eclesiásticas le dieron su aprobación en 1973, fue Jesucristo Superstar, de Norman Jewison, musical a ritmo de rock, basado en la homónima obra teatral de Andrew Lloyd Webber, que provenía de Broadway.

Se hizo con carácter recreativo y con interpretación libre de textos, lugares y situaciones, pero en países de represión religiosa cristiana se convirtió en un canto de liberación. Versa sobre los últimos momentos de la vida de Jesús, y lo muestra joven, poderoso y atractivo, en un intento de llegar a la juventud de la época. En España, Camilo Sesto recuperó aquella opera-rock y la estrenó con gran éxito en 1975.

Otra obra importada al cine desde el musical fue Godspell, poco lograda cinematográficamente.

En 1972, en Polonia, desde una postura laica, Andrej Wajda (Katyn, 2007), filmó Pilatos y los demás (Pilatus und andere), por encargo de la televisión alemana. En 1973, José Luis Sáenz de Heredia hizo Proceso a Jesús. Una interesante reflexión, en una película menor, en la que un grupo de sefarditas, que no se resigna a aceptar el hecho de que la historia considere al pueblo judío, como causante de la muerte de Jesús, decide representar el Proceso a Jesús de cara al público. El objetivo que persiguen es aclarar si estuvo justificado condenar a Jesucristo.

Por otro lado, recordamos que con actores no profesionales, Roberto Rosellini filmó en 1975 El Mesías (Il Messia), que en razón de sus anteriores trabajos con escaso éxito económico y por hacer productos más didácticos realizó en televisión. «Un Cristo maestro, mago de la palabra, del mensaje alentador y persuasivo, perfectamente imbuido de su misión humana y sobrenatural». Son palabras del historiador Eduardo Gil de Muro en su estudio De los valores del cine al cine de los valores.

En 1976, promocionada por la Iglesia Católica, se estrenó en París, en una iglesia, El Mesías, del agnóstico Rossellini. La película fue muy poco valorada en Italia, ya que el neorrealismo de Rosellini le lleva a tratar a Jesús sin acentuar lo milagroso ni lo extremo.

Otra gran superproducción sobre la vida de Jesús fue Jesús de Nazareth (Il Gesu, 1977), de Zeffirelli, católico. El rodaje, entre Marruecos y Túnez, se alargó durante dos años, y en su producción colaboraron varias multinacionales. Fue muy alabada por la iglesia católica italiana que la recomendaba a sus fieles, mientras era rechazada por puritanos norteamericanos, que la acusaban por mostrar un Jesús demasiado humano, y denostada por la izquierda y gran parte de la crítica que la tachó de kitsch (obra de arte de mal gusto) y almibarada.

El diario socialista «La Republica» la calificaba de «una larga y coloreada lección de catecismo, de aquéllas que se daba a los muchachos en las parroquias de hace treinta años, y nos habrá costado a los contribuyentes italianos millares de liras». «La vie», semanario católico, definió la película como «la historia sagrada vista en kodachrome».

En 1979, los Monty Pyton estrenan una versión irónica e irreverente, La vida de Brian (Monty Python’s The Life of Brian), de indiscutible éxito de público y crítica, que aporta una cierta crítica humorística de las actitudes del cristianismo riguroso.

Por otro lado, quiero referirme también a la película La última tentación de Cristo (The Last Temptation of Christ, 1988), realizada por un director profundamente religioso, Scorsese, que intenta alejarse de las visiones perfectas de la figura del Mesías para introducir al espectador en el conflicto de Jesús, un hombre que sufre. La película escandalizó al orbe católico, manteniéndose aún ahora la prohibición de exhibición en algunos países.

Es un filme que no está basado directamente en los textos sagrados, sino en una novela del escritor griego Nikos Kazantzakis. Jesucristo (interpretado por Willem Dafoe), ya en la Cruz, antes de exhalar su último suspiro, es tentado por última vez por el diablo, que le hace ver lo que hubiera sido su vida en caso de haber seguido sus anteriores tentaciones y renunciar a la cruz.

En 1989, Jesús de Montreal (Jesus of Montreal), de Denys Arcand, versa sobre un grupo de actores canadienses que quiere representar la vida de Jesús de Nazaret. El protagonista, por causas que tienen que ver con las diferencias entre el grupo de teatro, y sobre todo de su director, Daniel, que ejerce de protagonista, muere en la cruz, y es visto por los espectadores como un nuevo profeta. Es una película que muestra la radicalidad del mensaje evangélico. Recibió una candidatura a los Oscar como mejor película extranjera en 1989.

Por su parte, y en dibujos animados, Stanislav Sokolov realizó la muy recomendable El hombre que hacía milagros (The miracle maker), en 1999, concretamente con muñecos de plastilina.

Por último, la película The Passion (2002), dirigida por Mel Gibson, continúa en los tiempos actuales sembrando el debate encarnizado entre los que la defienden a ultranza y los que la atacan de antisemita, integrista, violenta y sensacionalista. «La pasión es una profunda historia de coraje y sacrificio que describe las últimas doce horas de la vida de Jesucristo», dijo Mel Gibson. Muestra la crudeza de la pasión, lejos de la que han presentado otras versiones edulcoradas de Hollywood, que recomiendo ver de nuevo para que todos los espectadores tomen conciencia de lo que supone dar la vida por el prójimo.

Ya en esta década, en concreto en 2010, el español Juan Manuel Cotelo estrenó La última cima, la primera historia conocida sobre la vida actual de los curas, alejada de prejuicios y estereotipos al uso. Una película fresca llena de autenticidad y aplaudida en todo el mundo. Nada más y nada menos.

HOY CELEBRAMOS A... HISTORIAS DE SANTOS San Leonardo Murialdo

 


Sacerdote fundador de la Pía Sociedad de san José, dedicada a la enseñanza de niños y jóvenes

Nació en Italia en el seno de una familia cristiana. Era el penúltimo de 8 hermanos y quedó huérfano de padre a los 5 años.

Estudió Teología y fue ordenado sacerdote en 1851; ese mismo año falleció su madre. Colaboró con los oratorios de los salesianos.

Dirigió el colegio Los Artesanitos (Artigianelli) de Turín y más tarde fundó la Pía Sociedad de San José de Turín, conocida como Josefinos de Murialdo, dedicada a la educación de niños y jóvenes.

Murió de una pulmonía fulminante el 30 de marzo de 1900 en Turín.

Oración por intercesión de san Leonardo Murialdo

Señor, Dios bueno y misericordioso, te damos gracias por el testimonio evangélico de san Leonardo Murialdo; te pedimos nos ayudes a imitar su ejemplo y a superar las dificultades de la vida.

Tú, que se lo entregaste a los jóvenes como amigo, hermano y padre, concédenos la gracia de continuar su misión en la Iglesia con caridad humilde y valiente confianza, para que el mundo te conozca y crea en tu amor. Amén.

domingo, 28 de marzo de 2021

“El tiempo y la salud son los bienes más valiosos que tenemos”. Nacho Dean, aventurero y divulgador

 

Nacho Dean, el hombre que dio la vuelta al mundo a pie

 Cumplió un sueño: 33.000 kilómetros andando, 31 países, 4 continentes. Tres años que vivió acompañado de ‘Jimmy Águila Libre’, el carrito en el que transportaba sus enseres. Ha sufrido atracos, ha sido testigo de un atentado, sobrevivió a la fiebre chikungunya. Ahora escribe un libro para contarlo.

CUENTA NACHO Dean que no hay nada más bello en este mundo que una noche estrellada en el desierto de Atacama. Lo dice después de atravesar cuatro continentes, tras tres años dedicados a sentir el planeta bajo sus pies. Es en esa árida tierra chilena enclavada entre el océano Pacífico y la cordillera de los Andes donde quedó absorto mirando al cielo, embrujado ante lo maravillosa que puede llegar a ser la naturaleza, esa naturaleza que le estaba llamando, la que le invitó a emprender el viaje de su vida.

El cielo pesa cuando cae la noche en Atacama. Es tal la cantidad de estrellas que se ven, tal la densidad de la Vía Láctea, que a uno le cuesta creer que lo que está viendo es posible. “Cuando miras ese cielo piensas que no estamos solos en este mundo”.

Desprenderse de todo. Quedarse con lo que cabe en una mochila. Lanzarse a recorrer el mundo. Un sueño. Cumplido.

Hace ya tres meses que regresó. Ha aprovechado el mes de julio para encerrarse en un hórreo rehabilitado de Cuitu de Siero, un pequeño pueblo de Asturias, para escribir el libro que narrará su periplo por el mundo. Lo publicará en 2017 con la editorial Planeta.

Nacho Dean ha gastado doce pares de zapatillas y ha perdido ocho kilos de peso dando la vuelta al mundo a pie.

Emprendió su ambiciosa aventura, en la que se ha pulido doce pares de zapatillas y ha perdido ocho kilos de peso, para cumplir un sueño. Un sueño de naturaleza, de vida, de experiencias. Le gusta viajar, le gusta escribir, le gustan los deportes de riesgo, la fotografía. Una de las últimas imágenes que colgó en earthwidewalk.org, la web en la que ha ido narrando sus peripecias, fue la de la improvisada rueda de prensa que ofreció en el kilómetro cero de la madrileña Puerta del Sol el pasado 20 de marzo, el día de la llegada, de los abrazos, del “enhorabuena Nacho”, del “la que has liado”, del “no lo has pasado muy mal con lo guapo que vienes” que le espetaban entre vítores los transeúntes que acudían a recibirle. El caminante malagueño respondió en cuclillas a las preguntas de los periodistas, en el suelo. Como si no quisiera perder el pulso del planeta.

Su viaje contiene un mensaje; una llamada de atención ante la degradación del medioambiente que está generando nuestro modo de vida. Por eso bautizó su aventura como Earthwidewalk, marcha mundial por la naturaleza y el planeta Tierra.

“Necesitaba ir sin prisas, con otro tiempo, conectar con la naturaleza, sentir la libertad de dormir donde toque, donde sea”. A sus 35 años, Nacho Dean sabe que su impulso fue una pequeña locura, “una pedrada”, como le gusta decir a él.

La semilla de esa pedrada se presentó, cómo no, entre las piedras del camino, andando. Fue en febrero de 2011, cuando recorría la variante francesa del Camino de Santiago. Llevaba dos semanas de pateo en solitario y empezó a acariciar la idea de dejarlo todo atrás. En el retrovisor quedaría el trabajo de socorrista en la comunidad de vecinos de Villaverde, el sueldo de 1.600 euros, la casa en el barrio de Legazpi, todo.

Al fin y al cabo, estaba más que vacunado contra el desarraigo. Hijo de marino mercante, estaba acostumbrado a itinerar de un sitio para otro. Vivió en más de 40 localidades a lo largo de los 20 años que convivió con sus padres y su hermana. “Soy propenso a viajar, tengo facilidad para vivir con poco. No me apego demasiado a las cosas”.

Un año y tres meses después de aquella pedrada en el Camino de Santiago, en el verano de 2012, tomó la decisión. “Se abrió una semilla en mi cabeza que fue creciendo”. Una vez decidido, el periodo de gestación del viaje fue de lo más natural, nueves meses de preparativos.

El recibimiento en la Puerta del Sol.

¿Qué llevarse para semejante viaje? Lo que cupiese dentro de Jimmy, que recibió bautizo en la soledad de la travesía del desierto de Australia, un carro de 12 kilos de peso para bebés en el que llevaba una carga de 25 kilos: tienda de campaña, saco de dormir de invierno, esterilla hinchable, tres calzoncillos, tres pares de calcetines, tres pantalones, navaja multiusos, antídoto para las mordeduras de serpientes, kit de camping gas… Y una armónica. Además, por supuesto, los instrumentos que le permitirían contar su viaje: el ordenador portátil y la cámara de fotos.

A la hora de apostar por un teléfono móvil, no quiso uno inteligente, la batería aguanta poco, es una golosina que te pueden querer robar. El 21 de marzo de 2013 salió con una blackberry en el bolsillo. El 20 de marzo de 2016 regresaba a la Puerta del Sol de Madrid con un teléfono peruano marca Azumi que le costó 10 euros. Fue el que se compró después del atraco en Perú, uno de los episodios más duros del viaje.

Ocurrió en las calles del Callao, cerca de Lima, en una zona en la que a la policía le cuesta adentrarse, en diciembre de 2014. Una noche, caminando por una zona peligrosa, tres tipos lo agarraron por la espalda, metiéndole las manos en los bolsillos. Le robaron la cámara de fotos, el móvil y un caleidoscopio que le había regalado una amiga. Salió vivo del forcejeo, pero con el pantalón rajado. “Hasta que te sucede, te crees invulnerable. Hasta ese momento, viajé tocado por una varita mágica”. Llevaba un año y nueve meses de viaje a sus espaldas.

Su periplo ha estado marcado por el número 21. El 21 de marzo de 2013 salió de Madrid. El aspecto que ofrecía aquella mañana, pelo corto, cara despejada, acompañado de una de las personas que más le han apoyado en su aventura, su amiga Paz Sufrategui, poco tiene que ver con su actual poblada barba y su melena, recogida en una coleta.

Dean viajaba con una tienda de campaña.

Cuatro meses más tarde, el 21 de julio, cerraba el tramo europeo (España, Francia, Italia, Eslovenia, Croacia, Serbia, Bulgaria) e iniciaba desde Turquía el asalto al continente asiático (Georgia, Armenia, Irán, India, Nepal, Bangladesh, Tailandia, Malasia, Singapur, Indonesia), la prueba de fuego del viaje, la fase en la que comprobaría si aquello era una locura o era posible.

Superado el trance, el 21 de abril de 2014 daba el salto a Australia –en avión, ha tomado siete en tres años-, donde encontró la aventura libre y salvaje que iba buscando. Allí, mientras atravesaba el desierto, estuvo doce días totalmente desconectado del mundo, para disgusto de su madre, Maite Mouliaá, con la que solía hablar todas las semanas y que aún recuerda aquellos doce largos días en que no supo nada de él. En las antípodas registró la mayor caminata en una sola jornada: 86 kilómetros del tirón, su récord.

El 21 de febrero de 2016 cerraba la etapa más larga, la americana: tardó año y medio en atravesar el continente de sur a norte (Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, México, Estados Unidos). Tan dura resultó la fase americana que incluso le llevó a desistir de abordar el quinto continente que tenía previsto en su hoja de ruta inicial.

Dean renunció a cruzar África, fundamentalmente, por dos razones: porque en la etapa americana se dio cuenta de lo vulnerable que puede llegar a ser una persona arrastrando un carrito en según qué lugares del mundo; y porque ya andaba pelado de presupuesto –salió con los 3.000 euros de sus ahorros y, aunque a lo largo del viaje fue recaudando fondos de amigos hasta contar con unos 24.000, el presupuesto de 20 euros al día, en ausencia de patrocinadores, tampoco dio para mucho–.

“He puesto la vida en juego varias veces”, dice serio, recordando los días duros. “Cruzar determinados países en el medio de transporte más lento, donde no hay una puerta que cerrar si te persiguen, es querer morir; y además de la delincuencia, hay otros peligros: la fauna, los rayos”.

Imagen del cartel de un pueblo italiano llamado Loco.

Hubo tres países que renunció a cruzar por motivos de seguridad: Pakistán, Colombia y Guatemala.

Solo, sin coches de asistencia, sin seguro médico internacional, sin GPS. Sin red. Nacho Dean ha dado la vuelta al mundo, lo que se dice, a pelo. Le mordieron tres perros. Suerte que solo enfermó gravemente en Chiapas, donde contrajo la fiebre chicungunya, que le dejó postrado seis días en Oaxaca con 41 grados de fiebre.

El asalto en la calles del Callao, en Perú, fue un primer aviso. El segundo llegó en El Salvador. Se cruzó en su camino un grupo de chicos pertenecientes a las temibles maras –probablemente, los Salvatrucha, dice-, machete en mano en una carretera perdida en la zona de Zacatecoluca.

-“Hijo puta, para allí y dame todo lo que lleves”, le dijo uno de ellos

-“No te voy a dar nada”, les respondió, echándose a un lado.

La jugada le salió bien, consiguió zafarse. Llamó a la embajada española en El Salvador y durante dos días, caminó escoltado por la policía.

El episodio de los hombres armados con machetes volvió a repetirse, como una pesadilla, en México, entre Veracruz y Tabasco. Pero esta vez, los tipos echaron a correr, persiguiéndole carretera abajo. “¡No corras, te vamos a seguir!”, le gritaban, blandiendo sus machetes en el aire. Hubo un momento en que estuvo a punto de soltar a Jimmy – “que le den al pasaporte, al dinero y al ordenador”, pensó-, pero al final, uno a uno, sus tres perseguidores se fueron quedando sin fuelle.

“Esa fue la gota que colmó el vaso”, recuerda. “¡Qué necesidad tengo yo de acabar con mi vida!”, se dijo. La idea de saltarse la etapa africana venía tomando fuerza desde hacía unos meses. El susto de México fue el detonante que la refrendó.

Entre los momentos difíciles de su vuelta al mundo está también el atentado de Daca, Bangladesh, en diciembre de 2013. Escuchó una explosión al final de una avenida en la que estaban estacionados unos tanques de la ONU. Se agachó, vio gente corriendo en todas las direcciones, y se produjeron otras cuatro explosiones más, que cada vez sonaban más cerca – “te acuerdas de tu madre, te pasa la vida por delante”-. Pero su viaje también está plagado de momentos maravillosos y de personajes de contorno imborrable. Como aquel director general de la policía en la India, Udayan Parmar, un hombre con bigotito fino, repeinado, como un actor de los años veinte, que no solo le acogió una noche en su casa, donde le sirvieron la cena en bandeja, sino que hizo posible que cruzara el país alojándose en fortalezas en medio de la selva o en cuarteles generales de la policía con tan solo marcar su número de teléfono –de las 1.100 noches de viaje, ha dormido unas 800 en tienda de campaña, a la intemperie-. Como Avelino, el indígena de 70 años, hombre bajito y curtido que construía balsas Kon-Tiki cerca del lago Titicaca, en Bolivia. Como Simón, el refugiado sirio con el que se encontró en Armenia, quien viajaba con sus dos hijos y su mujer, huyendo del horror de Alepo.

En su paseo por el planeta se encontró con cuatro grandes caminantes -un rumano, un francés, un japones y un inglés-, pero ninguno de ellos daba la vuelta al mundo, cada uno había elegido patearse un continente. Cuenta que no existe un registro exhaustivo de personas que han dado la vuelta al mundo, pero se sabe de más de media docena de personas que han hecho algo similar –entre ellos, el canadiense Jean Béliveau, que caminó durante once años -.

El carro que ha acompañado a Dean en su aventura en una carretera de Australia.

Para entrar en el libro de los récords Guiness, explica, hay que haber tocado dos puntos de las antípodas, cosa que él no ha hecho, y que tampoco le preocupa. El suyo ha sido un viaje concebido como un reto personal y como una forma de llamar la atención sobre la necesidad de cuidar el planeta, no como una marca a batir. “El calentamiento global es absolutamente cierto. Recorriendo el mundo a pie he podido ver cómo son los ecosisitemas de cada país. En Malasia no llueve en la época de los monzones, en Nepal la gente vive en vertederos, la selva peruana está vendida al capital extranjero. Estamos destrozando el planeta. Hay que cuidar la casa en la que vivimos”.

Experiencias sensoriales, tampoco le faltaron. Uno de los momentos intensos fue el día en que, en Lima, junto a una amiga y dos chamanes, probó la ayahuasca, bebida alucinógena con sabor a tierra con la que uno, se supone, realiza un viaje al interior de sí mismo que puede resultar tan revelador como peligroso. A Nacho Dean no le causó ninguno de estos efectos: “Yo ya llevaba dos años dando la vuelta al mundo, ya había ordenado todas las piezas en mi cabeza”.

Su viaje no nació de la necesidad de superar ningún trauma, explica. Nació de su disconformidad con el modo en que funciona el mundo, con las trampas del sistema capitalista, con la codicia que arrasa montañas. Él decidió canalizar esa energía en un viaje que le permitiese difundir un mensaje, el de la necesidad de cuidar el planeta.

Su madre, Maite Mouliaá, dice que Nacho Dean siempre destacó por ser una persona con las ideas claras. “Ya de pequeño era muy coherente, algo que no era normal en chicos de su edad; era muy responsable y muy buen estudiante”. Su prima, la actriz Elisa Muliáa, conocida por su personaje de Irene en la serie Águila Roja, admira la valentía de su primo y confiesa que le ha encontrado muy cambiado a su regreso: “Se fue como un niño y ha vuelto como un hombre”.

Dice que era muy feliz al partir y que también lo ha sido al llegar. Ha aprendido que uno tiene el poder de crear su propia realidad, de trazar su camino: “Cuando lo ves, te das cuenta de que en realidad tenemos superpoderes”.

Las horas se le escurren entre los dedos desde que volvió. De pronto ya no hay tiempo para nada, los días vuelan. Ya está con ganas de volver a embarcarse en una nueva aventura. Tiene varias en la cabeza.

"Estamos corriendo por la vida, en vez de vivirla". Carl Honoré, escritor y periodista

 

El aumento del consumo de carne se asocia a los síntomas del asma infantil

 

Jing Gennie Wang, autora.

Los productos finales de glicación avanzada son ejemplo de riesgo dietético que puede tener implicaciones clínicas


Las sustancias presentes en las carnes cocinadas están asociadas con el aumento de la sibilancia en los niños, según investigadores del Hospital Monte Sinaí (Estados Unidos). Su estudio, publicado en la revista científica Thorax, destaca los compuestos pro-inflamatorios llamados productos finales de glicación avanzada (AGE) como un ejemplo de los factores de riesgo dietéticos que pueden tener amplias implicaciones clínicas y de salud pública para la prevención de la enfermedad inflamatoria de las vías respiratorias.

Los investigadores examinaron a 4.388 niños de entre 2 y 17 años de edad de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de Estados Unidos (Nhanes, por sus siglas en inglés) de 2003 a 2006, un programa que está diseñado para evaluar el estado de salud y nutrición de adultos y niños en Estados Unidos a través de entrevistas y exámenes físicos.

Los investigadores utilizaron los datos de la encuesta Nhanes para evaluar las asociaciones entre la edad de la dieta y las frecuencias de consumo de carne y los síntomas respiratorios. Descubrieron que un mayor consumo de AGE se asociaba significativamente con un aumento de las probabilidades de sibilancias, entre las que destacan las sibilancias que interrumpen el sueño y el ejercicio, y que requieren medicación con receta. Del mismo modo, el mayor consumo de carnes no alimentarias se asociaba con un sueño interrumpido por las sibilancias y con sibilancias que requerían medicación con receta.

"Descubrimos que el mayor consumo de alimentos para adultos mayores, que se derivan en gran medida de la ingesta de carnes no alimentarias, se asociaba con un mayor riesgo de sibilancias en los niños, independientemente de la calidad general de la dieta o de un diagnóstico establecido de asma", explica la autora principal del estudio, Jing Gennie Wang.

¿Qué podemos aprender de una nueva Semana Santa en medio de pandemia?

Pintura "Ecce Homo", que muestra a Jesús con Poncio Pilato. Autor: Antonio Ciseri.


POR DAVID RAMOS | ACI Prensa

 Frente a una nueva Semana Santa que el mundo vivirá en medio de la crisis por la pandemia de coronavirus COVID-19, el sacerdote mexicano Hugo Valdemar destacó qué es lo que podemos aprender y lo que Dios nos quiere decir en este tiempo.

En diálogo con ACI Prensa, el P. Valdemar, canónigo penitenciario de la Arquidiócesis Primada de México, señaló que vivir estos días santos por un año más con la pandemia nos enseña que “no somos invencibles, que estamos necesitados de salvación y redención”.

Además, indicó, la crisis que vive el mundo nos muestra “que solo unidos a Dios, a Cristo el Señor, es posible vencer el pecado y la muerte”.

“Que hoy, más que nunca, estamos necesitados de reconocer que sin Dios, sin su inmenso amor manifestado a través de Jesús, estamos destinados a la ruina y la muerte. Que solo Jesús puede salvarnos y que está dispuesto a hacerlo para quien clama a Él y pide su auxilio y misericordia”, expresó.

La Semana Santa, que comienza este 2021 con el Domingo de Ramos, este 28 de marzo, y culmina en Domingo de Resurrección, el 4 de abril.

De acuerdo a la universidad estadounidense especializada en medicina Johns Hopkins, al 26 de marzo de este año se han confirmado en todo el mundo cerca de 126 millones de casos de COVID-19 desde que inició la pandemia.

Además, se han registrado más de 2,7 millones de muertos a nivel mundial.

El P. Valdemar animó a que los católicos no olvidemos que los que vienen “son días santos, como antiguamente se decía. Son días de ‘guardar’, es decir son espacio para reservar nuestro tiempo a Dios”.

“Es verdad que se vivirá una Semana Santa llena de restricciones, las más de ellas absurdas y ridículas a las que se han plegado muchos pastores de manera acrítica”, lamentó.

“Pero independientemente de la asistencia a los templos, se debe buscar el espacio para participar, ya sea con los medios de comunicación o a través de las diversas transmisiones. O, todavía mejor, de manera personal y familiar”.

Estos días, alentó, se deben vivir “reflexionado , orando, contemplando a través de las Sagradas Escrituras la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo”.

El P. Valdemar alentó además a asistir a Misa donde sea posible, y siguiendo las medidas de cuidado de la salud para prevenir contagios.

“Por supuesto, nada suple a la participación activa en las celebraciones santas de estos días. En realidad, la participación virtual no suple nunca la presencia física”, explicó.

Esta participación virtual, precisó, “funciona solo a manera de paliativo litúrgico, pero no tiene validez. Pero como solemos decir, peor es nada”.

“Sin embargo, ahí donde es posible participar, los fieles cristianos no se deben privar de recibir todas las gracias que nos da participar de estas grandes celebraciones”, expresó.

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