Todo lo que sucedió y todo lo que va a suceder no existe, pero es, en tu mente. Existe lo que está ocurriendo en este segundo, que deja de ser en cuanto pasa. Tú te convenciste de que eres una historia, un cúmulo de ellas pero eres mil veces más grande que eso.
Con cada paso que das, abres caminos, cierras caminos, invocas energía, despides energía. Tu cuerpo mismo es la varita mágica que has pasado la vida buscando: el santo grial, el báculo que esperas que te guíe. Un día vas a notar que eres un invento de tu cabeza, pequeñito, lleno de mentiras que usaste como verdad toda tu vida. Cuando notes eso, verás que no existe ni tu principio ni tu fin y que eres tan inmenso como el mismo universo, porque eres el universo, eres todo.
¿Acaso es tan difícil ver que no hay nada malo en ti? ¿Qué tal que lo que crees que está mal en ti y lo que crees que te duele es solo un distractor fabricado para mantenerte alejado de lo que realmente eres tú?
Tú no eres la historia que crees que es tuya
Tú no eres eso que aseguras que te destrozó
Tú no eres lo que te duele
Tú no eres los que consideras tus errores
Tú no eres eso que te devora y que te oprime
Tú no eres tú situación financiera
No eres lo que crees que perdiste
No eres el daño que crees que te hicieron ni el crees que hiciste
No eres lo que crees que te hizo falta ni lo que estas seguro que no tienes ahora.
Eres solamente la vida siendo de manera salvaje, mostrándose a borbotones imparables.
Eres la sutileza del viento que corre para crear y para destruir y el agua que todo lo llena de posibilidades y la tierra en donde todo nace.
No te olvides, existes pero no como lo creíste hasta ahora.
¿Qué sé requiere aquí de mi para tener más de mi, ahora?
¿Qué regalo soy para el mundo siendo yo sin historias?
¿Cuánta mas posibilidad puedo recibir de todos los universos en los que habito?
Paulina Rodríguez
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