"¿Saldrá mañana el sol, se anega el astro en su luz, se ahoga en su cólera fija? ¿Cómo decir buenos días a la vida? No preguntes más, no hay nada que decir, nada tampoco que callar. El pensamiento brilla, se apaga, vuelve, idéntico a sí mismo se devora y engendra, se repite, ni vivo ni muerto, en torno siempre al ojo frío que lo piensa. Volvió a su cuerpo, se metió en sí mismo. Y el sol tocó la frente del insomne, brusca victoria de un espejo que no refleja ya ninguna imagen".
-Octavio Paz, El fuego de cada día
Premio Nobel de Literatura 1990
Octavio Irineo Paz Lozano (Ciudad de México, 31 de marzo de 1914-Ciudad de México, 19 de abril de 1998) fue un poeta, ensayista y diplomático mexicano, conocido por ganar el Premio Nobel de Literatura en 1990 y el Premio Cervantes en 1981. Se le considera uno de los más influyentes autores del siglo XX y uno de los más grandes poetas de todos los tiempos.
Experimentación e inconformismo pueden ser dos de las palabras que mejor definen su labor poética. Con todo, Paz es un poeta difícil de encasillar. Ninguna de las etiquetas adjudicadas por los críticos encaja con su poesía: poeta neomodernista en sus comienzos; más tarde, poeta existencial; y, en ocasiones, poeta con tintes de surrealismo.
Paz se educó en una escuela católica y en la Universidad de México. Publicó su primer libro de poesía, Luna silvestre, en 1933, a los 19 años. En 1937, el joven poeta visitó España, donde se identificó profundamente con la causa republicana en la Guerra Civil Española. Antes de regresar a casa, Paz visitó París, donde el surrealismo y sus seguidores ejercieron una profunda influencia en él.
De regreso en México, Paz fundó y editó varias revistas literarias importantes, entre ellas Taller (1938-1941) y El hijo pródigo (1943). Entre sus principales publicaciones poéticas se incluyen ¡No pasarán! (1937), Libertad bajo palabra (1949), ¿ Águila o sol ? (1951 ) y Piedra de sol ( 1957 ). En el mismo período, produjo volúmenes en prosa de ensayos y crítica literaria, entre ellos El laberinto de la soledad (1950), El arco y la lira (1956; The Bow and the Lyre ) y Las peras del olmo (1957; "The Pears of the Elm").
Paz ingresó al cuerpo diplomático mexicano en 1945, tras vivir dos años en San Francisco y Nueva York, y desempeñó diversos cargos, incluyendo el de embajador de México en la India de 1962 a 1968; en este último año renunció en protesta por el trato brutal que México dio a los estudiantes radicales ese año. De 1971 a 1976, Paz editó Plural y en 1976 fundó Vuelta, que continuó publicándose hasta su fallecimiento en 1998; ambas revistas eran reseñas de literatura y política.
Su poesía posterior a 1962 incluye Blanco (1967; trad. inglesa. Blanco ), Ladera este (1971; "East Slope"), Hijos del aire (1979; Airborn ), secuencias de sonetos creadas por Paz y el poeta Charles Tomlinson y Árbol adentro (1987; A Tree Within ). Una selección en inglés, The Collected Poems of Octavio Paz, 1957–1987 , se publicó en 1987.
Sus últimas obras en prosa, algunas originalmente en inglés, incluyen Conjunciones y disyunciones (1969; Conjunctions and Disjunctions ), El mono gramático (1974; The Monkey Grammarian ), y Tiempo nublado (1983; "Cloudy Weather", traducido como Una Tierra, cuatro o cinco mundos: Reflexiones sobre la historia contemporánea).
Además del Premio Nobel, Paz recibió numerosos otros premios, incluido el Premio Cervantes , el galardón más prestigioso en español. Las Obras completas de Octavio Paz, en 15 volúmenes, se publicaron entre 1994 y 2004. Los poemas de Octavio Paz (2012) fue una colección de poemas de toda su carrera traducidos al inglés.
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Una vida sencilla
Octavio Paz
Llamar al pan y que aparezca
sobre el mantel el pan de cada día;
darle al sudor lo suyo y darle al sueño
y al breve paraíso y al infierno
y al cuerpo y al minuto lo que piden;
reír como el mar ríe, el viento ríe,
sin que la risa suene a vidrios rotos;
beber y en la embriaguez asir la vida,
bailar el baile sin perder el paso,
tocar la mano de un desconocido
en un día de piedra y agonía
y que esa mano tenga la firmeza
que no tuvo la mano del amigo;
probar la soledad sin que el vinagre
haga torcer mi boca, ni repita
mis muecas el espejo, ni el silencio
se erice con los dientes que rechinan:
estas cuatro paredes? papel, yeso,
alfombra rala y foco amarillento?
no son aún el prometido infierno;
que no me duela más aquel deseo,
helado por el miedo, llaga fría,
quemadura de labios no besados:
el agua clara nunca se detiene
y hay frutas que se caen de maduras;
saber partir el pan y repartirlo,
el pan de una verdad común a todos,
verdad de pan que a todos nos sustenta,
por cuya levadura soy un hombre,
un semejante entre mis semejantes;
pelear por la vida de los vivos,
dar la vida a los vivos, a la vida,
y enterrar a los muertos y olvidarlos
como la tierra los olvida: en frutos...
Y que a la hora de mi muerte logre
morir como los hombres y me alcance
el perdón y la vida perdurable
del polvo, de los frutos y del polvo.
-Octavio Paz
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Octavio Paz (1914-1998)🇲🇽
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