En un día de afiliaciones complejas. De filas de personas en supermercados y no de automóviles en avenidas. En un día de presencias y ausencias igual de confusas. En el día atípico que transcurrió ayer. Una cosa estuvo clara: el arte debía continuar. Con el tiempo (y la situación del país) en contra (o, acaso, a favor) inició la temporada de la obra teatral Escrito y sellado, original del dramaturgo venezolano Isaac Chocrón (Maracay, 1930 - Caracas, 2011), en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural, en Las Mercedes.
Este drama, considerado el de mayor carga biográfica de los que fueron escritos por el fundador de la Compañía Nacional de Teatro, tiene por personaje principal al propio Chocrón y desarrolla una historia que reconforta con la misma fuerza con que inquieta. En Escrito y sellado, un profesor universitario viaja a Estados Unidos para una conferencia , y se debate en reflexiones sobre la vida, la muerte y la trascendencia. Sobre la eterna compañía de quien vive en la memoria.
Presentado por primera vez en Caracas en 1993, este nuevo montaje llega a las tablas 23 años después bajo la dirección de Javier Vidal y con las actuaciones protagónicas de Juan Carlos Ogando, como Isaac; y de Gonzalo Velutini, único del elenco original en repetir y que encarna por segunda vez el rol del Padre Miguel. Ambos personajes, unidos por la amistad, comparten y exorcizan sus dolores: Isaac, su duelo por la muerte prematura por VIH de su joven amado, el fotógrafo Luis Salmerón; Miguel, su temor por el final de la vida, su búsqueda de una paz inalcanzable.
De acuerdo con Vidal, esta propuesta teatral "respeta en su totalidad" el texto escrito por Chocrón, y sólo varía en la aplicación de un guiño propuesto por el dramaturgo, quien sólo daba el nombre real en sus obras a los personajes cuyos seres inspiradores ya habían fallecido. Así, para esta ocasión, y por primera vez, el rol de Isaac es por completo develado.
Vidal describe a esta obra como "una de las más lúdicas y lúcidas de Chocrón", y apunta que, en términos técnicos, se distingue por desarrollarse con el espacio y tiempo abolidos. Es decir, el personaje de Luis, por ejemplo, entra y sale de escena a pesar de su muerte inminente, a veces como un recuerdo convertido en presencia, y en otras por los viajes de la historia hacia el pasado. "No se trata de una obra tradicional, pero sentimos el deber social de traer un montaje como este".
Ogando resaltó en el encuentro con la prensa lo retador y valioso que resulta desarrollar un texto de Chocrón "en estos tiempos". "No se puede pedir tolerancia por decreto, sólo a través de la cultura se puede entender ese concepto". Gladys Seco, quien interpreta a Sarita, la compañera de vida de Chocrón, también declaró: "hablando de un tema tan delicado como puede ser la enfermedad y la muerte, estamos al mismo tiempo hablando sobre un país, pero también hablamos de la esperanza".
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