Sin duda alguna los fuegos artificiales son sinónimo de fiesta y celebración es por ello que son tan esperados y recordados en la noche vieja para recibir por todo lo alto la llegada de un nuevo año.
Origen
Como muchos acontecimientos que marcan un antes y un después en la humanidad, algunas personas sostienen la hipótesis que los fuegos artificiales fueron producto de un accidente hace unos 2000 años, cuando un cocinero chino que trabajaba al aire libre mezcló carbón, ácido sulfúrico y nitro, quemó la mezcla y al comprimirla en un tubo de bambú explotó.
Otra versión de los hechos indica que fue en el siglo IX durante la dinastía “Son”, aunque suele confundirse con el descubrimiento de la pólvora. Y algunos, para no caer en desconciertos, sugieren que las llamativas luces de colores pudieron haberse originado en la India.
Esta fórmula inflamable fue llevada a Europa por los árabes durante su gran expansión por el norte de África y España. Los árabes irrumpieron en las defensas de ciudades amuralladas con las primeras armas de fuego. En su ocupación en la Península Ibérica, los árabes sentaron las bases y la tradición polvorista también con fines lúdicos con énfasis en algunas regiones de España.
Los fuegos artificiales, que engloba lo que conocemos como cohetes, explosivos o juegos pirotécnicos, son muy utilizados en todo el mundo. En el caso puntual de Latinoamérica tienen una importante demanda principalmente para la celebración de fiestas de final de año (Nochebuena, Navidad, Nochevieja o Año Nuevo), aunque se utilizan también en ciertas festividades familiares o públicas.
La pirotecnia puede ser disfrutada en muchos colores, presentaciones, dimensiones y hasta colores, que es una de las características más llamativas que atrapa a todo espectador. Esos colores son causados por sales que son producto de la combustión de la pólvora, en esa reacción se libera la energía visible (luz), gracias al espectro electromagnético, por longitudes de onda específicas que llegan a nuestros ojos dando un color singular a cada catión de la sal.
¡Feliz año nuevo!
Año tras año el mundo se prepara para dar la bienvenida al nuevo año. El color, la música y la diversión se convierten en los protagonistas de una noche en la que ni las heladas temperaturas de Moscú ni el calor sofocante de Río de Janeiro consiguen retener en casa a sus habitantes.
Diversas ciudades de todo el planeta se suman a la fiesta liderada por los esperados espectáculos pirotécnicos que dan la vuelta al mundo, los cuales se convierten automáticamente en irreverentes cartas de presentación. Ejemplo de ello es el puerto de Sidney, las Torres Petronas de Kuala Lumpur, la Torre Eiffel de París o la bahía de Hong Kong que se iluminan con impresionantes fuegos artificiales.
Aunque estos shows pueden ser disfrutados en todo el mundo, a continuación ofrecemos algunos lugares que por tradición son los predilectos por miradas curiosas y cámaras listas para captar los mejores recuerdos del año que se va y el nuevo que llega:
Londres (Reno Unido): Tras las 12 campanadas del Big Ben, miles de personas son espectadores de los incomparables fuegos artificiales sobre el Támesis y el cielo de la capital británica, en una fiesta que se prolongará hasta altas horas de la madrugada. Y es que el célebre desfile de año nuevo de Londres reúne a músicos, acróbatas y bailarines que recorren algunas de las principales calles de la ciudad.
Nueva York (EE.UU.): Times Square es, sin lugar a dudas, el epicentro de la Nochevieja neoyorquina. La caída del Ball Drop, la bola gigante recubierta de cristales de colores, marca el principio del nuevo año y con él, llega una gran explosión de confeti y fuegos artificiales.
Taipei (Taiwán): La capital de Taiwán acostumbra despedir el año con su particular espectáculo pirotécnico que tiene como protagonista el Taipei 101, el rascacielos de 508 metros de altura y 106 pisos que corona la ciudad.
La iluminación piso a piso del emblemático edificio inicia la cuenta atrás hacia el año nuevo con el estallido del festival de fuegos artificiales.
Auckland (Nueva Zelanda): Nueva Zelanda tiene el privilegio de ser uno de los primeros países del mundo en recibir el año nuevo y, además, hacerlo en pleno verano. La gente de Auckland sale a la calle para presenciar de cerca el espectáculo de los fuegos artificiales junto a la Sky Tower, la torre más alta del hemisferio sur que, con sus 328 metros, se ha convertido también en el emblema de la ciudad.
@TitaBeltran
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