Anuncios históricos prometió el presidente Nicolás Maduro para este 1º de Mayo, pero los trabajadores no ven con mucho optimismo un nuevo aumento salarial porque saben que, cualquiera que sea, se volverá sal y agua ante los incrementos de precios de bienes y servicios por venir.
Atrás quedaron los tiempos en los que losbásicamente los dependientes de un salario mínimo, aguardaban con ansias el anuncio de un ajuste en su trabajadores, ingreso mensual el 1º de Mayo. Hoy en día, en un contexto económico de enormes distorsiones, conocen que el efecto de la medida no tendrá incidencia en una mejora en la calidad de vida.
La capacidad de compra del venezolano ha sido erosionada por una voraz inflación provocada por controles de precios y de cambio, la destrucción del aparato productivo y el financiamiento monetario del déficit fiscal que han llevado al dólar paralelo -cuyo precio se forma en la ciudad colombiana de Cúcuta- a ser el marcador de los precios de la economía. Para el cierre de abril esta tasa se ubica en Bs 4.200.
Desde que el jefe de Estado dijo que daría conocer “anuncios históricos”, muchos han sido los rumores que han corrido entre empresarios y trabajadores. Pero lo único cierto es que la decisión ya no se recibe de manera expectante por la clase trabajadora, mientras que los empleadores esperan que la decisión no los lleve al cierre.
Clientes del mercado municipal de Quinta Crespo que hacían sus compras el fin de semana del 22 de abril, fueron notificados por algunos comerciantes del alza que habrá en los precios una vez el gobierno dé a conocer la medida.
Poco entusiasmo y escepticismo se nota entre los trabajadores. Marta tiene a cargo dos hijos pequeños y con un sueldo como recepcionista que supera apenas el salario mínimo, no puede vivir. Confiesa que se endeuda con frecuencia para poder cubrir los gastos básicos y nunca es suficiente.
“Por mí el gobierno puede no aumentar el salario, ya no puedo con el alza semanal de los precios y una mejor remuneración no significa que yo pueda comprar más. Con algo de suerte podré adquirir lo mismo que ahora. Eso dependerá del porcentaje que anuncie Maduro”, dijo a El Estímulo.
Claudia, quien trabaja como administradora de una empresa de servicios, necesita un par de cauchos rin 13 para su Corsa 2002. Desde que comenzó 2017 ha intentado comprarlo pero le ha sido imposible por el constante alza. Los cauchos también escasean en la Venezuela de Maduro.
En enero, los neumáticos chinos que importa el gobierno y que son los que pueden conseguirse eventualmente, costaban Bs 70.000 cada uno, pero la última semana de abril y ante lo apremiante de la situación, preguntó decidida a adquirirlos.
Pero la respuesta lleva a Claudia a la frustración y a considerar la idea de parar el carro. “El rin 13 cuesta Bs 190.000, deberías llevártelos hoy porque el martes (2 de mayo) ya tendrá otro precio”, dijo el vendedor de un negocio ubicado en una zona popular del oeste de Caracas.
Una buena parte de la población gana salario mínimo (Bs 40.638,15), más el bono alimentación (Bs 108.000), lo que ha hecho que la gente se “rebusque” (desarrolle otra actividad para obtener ingresos) y pueda subsistir.
Pero para quienes viven de una pensión, equivalente a un salario mínimo y sin el bono para la comida, la situación es muy diferente.
Gregorio Martínez, vive en Carapita, tiene 75 años y debe costear los medicamentos para la hipertensión. Hasta hace poco permanecían regulados a precios irrisorios, por lo que se encontraban muy esporádicamente.
Ahora que el gobierno dio luz verde a los laboratorios para que importen los insumos o los productos terminados, fácilmente una caja de cualquier marca indicado para esa patología puede costar más de un salario mínimo.
El adulto de la tercera edad se queja de su precaria situación y de que el gobierno no haya promulgado la Ley de Bono de Alimentación y Medicamentos para Pensionados y Jubilados que la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, aprobó hace poco más de un año.
En el carrito por puesto en la vía que conduce de San Martín a Antímano (suroeste), un par de jóvenes conversaban sobre el esperado aumento salarial. “Ya van a aumentar otra vez, quien sabe con cuánto saldrá (Maduro) ahora. ¡Qué vaina, los precios se van a disparar!”, le dijo uno al otro convencido del panorama que tiene enfrente.
Luciana compra un botellón de agua una vez a la semana. Cuando lo dejó en su casa el jueves, el despachador del camión le cobró Bs 1.200 como en las últimas cuatro semanas, pero le advirtió que la próxima subirá a Bs 1.500. Esto es un aumento de 25%, pero lo esperado por los agentes económicos es mucho más que eso.
El propio Maduro creó gran expectativa al señalar que se trata de “anuncios históricos”. De acuerdo con reuniones preliminares que el gobierno ha sostenido con los sectores involucrados, todo apunta a que el “histórico” será un 100% de incremento en el salario mínimo, lo que sin duda sería la primera vez que esto ocurriera.
Aunque nominalmente resulte el doble (alcanzaría poco más de Bs 80.000) -y dejando intacto el bono de alimentación- en la práctica y con una inflación acumulada a marzo de 65,5% estimada por la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (el Banco Central dejó de publicar) , el efecto un alza de 100% a hacerse efectivo el 15 de mayo (primera quincena de cobro), se habría diluido a finales del quinto mes del año.
Fuente: Ligia Perdomo/El Estímulo
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