viernes, 30 de junio de 2017

“El miedo no es una estrategia contra VIH”



Salubrista destaca que este virus es tratable, que el paciente puede tener una vida plena.



El estigma social por un diagnóstico de VIH (Virus de Inmunodeficiencia Adquirida) por identidad sexual sigue siendo el principal escollo que enfrentan los trabajadores en salud, quienes abogan por mayor educación -de parte del gobierno- y no apelar al miedo en las  campañas.
Precisamente  hoy, de 1:00 a 8:00 p.m., se harán pruebas gratuitas de VIH en el segundo nivel de Plaza las Américas, en el pasillo del atrio principal de JCPenney, informó el secretario de Salud, Rafael Rodríguez.
Hasta el miércoles -comenzaron el lunes- se habían realizado 581. La meta era de 100 por día.
Rodríguez alertó que en la Isla "se diagnostican alrededor de dos casos diarios con infección de VIH y una de cada 8 personas vive con la infección y lo desconoce", por eso la importancia de la prueba.
José Díaz, paciente de Sida (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) pero que no lo tiene detectable en sangre, aceptó en entrevista con Primera Hora que "el freno mayor por el cual las personas no se realizan la prueba es el estigma y el discriminen”.
El salubrista Ricardo Vargas, quien labora en SexTEAM, unidad de investigación adscrita al Centro de Investigación y Evaluación Sociomédica de la Escuela de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas, sostuvo, por su parte, que cuando se lleva un discurso público “basado en el miedo, lo que trae como consecuencia es generar desconfianza hacia los sistemas de salud”.
La infectóloga del Centro Latinoamericano de Enfermedades Transmisibles (CLET),  Ángeles Rodríguez, informó esta semana que hay un  incremento en nuevos  casos de Sida entre hombres que tienen sexo sin protección. De 21% en el 2006, aumentó  a 49% en el 2015.
También, dijo,  representa el modo de transmisión mayormente reportado de la población diagnosticada con VIH entre los 13 y 34 años.
Pero para Vargas, que reconoció el aumento en  casos, “representar la sexualidad de hombres que tienen sexo con hombres” en un contexto de “perversión… lo que hace es crear una expectativa de juicio hacia sus identidades y prácticas… y sabemos -por nuestros estudios-  que esto lo que produce es que las personas se alejen de los escenarios de salud, que no recurran a cernimiento y que los positivos desconozcan sus diagnósticos. También, que si conocen su diagnósticos evadan recibir servicios”.  
La infectóloga reveló que en los últimos años, prácticas que habían quedado en el olvido han regresado, como sostener relaciones con desconocidos (entre hombres), y visitar los llamados 'baños' donde se tiene una relación con el primero que se tenga a la mano.
Vargas, que recordó que el VIH es tratable y que se puede vivir una vida plena, reitero que  el miedo como estrategia provoca en la persona una respuesta "de juicio y de rechazo a su identidad, aunque sea a nivel imaginario, porque es una representación estigmatizante de su identidad”.
Le hizo un llamado a Salud y a quienes ofrecen servicios  a “que se documenten para que sus prácticas estén basadas en la mejor evidencia disponible. Hay que proveer información, proveer acceso, medios y recursos para que esta población se mantenga saludable;  que la prueba este siempre disponible, no una vez al año”.
Aunque reconoció el esfuerzo que hace Salud, mencionó que hay que promocionar que “la gente conozca su estatus, que quien conozca su estatus esté en  tratamiento, y crear condiciones para que estas personas se sientan cómodas revelando sus diagnósticos a sus potenciales parejas y familiares y así contar con apoyo social, que es fundamental para mantenerse saludable”.
“Si una persona conoce su diagnóstico y está en tratamiento, fácilmente puede llegar a niveles indetectables del virus”, indicó.
En cuanto  a los hombres para los que el uso del condón “no necesariamente es su primera alternativa”, el coordinador de proyectos de investigación recordó que existe “la alternativa de profilaxis pre-exposición, que es un medicamento que se puede tomar una vez al día y que previene la infección”.
El salubrista indicó que quien quiera usar la pastilla, que tiene que incluir el condón porque se previenen otras enfermedad de transmisión sexual, debería evaluar su pérfil sexual. Por ejemplo, si tiene una  o múltiples parejas.
“Nuestra responsabilidad como profesionales de la salud es atender las condiciones estructurales que obstaculizan que las personas se mantengan saludables. Por eso, una mirada individualista no nos ayuda a mejorar la salud de estas poblaciones”, mencionó.
Insistió en que “hay que generar política a nivel de las instituciones, desde el Departamento de Educación hasta el Departamento de Salud. Que establezca o posibiliten acceso a información, a recursos y a medios para mantenerse saludables y crear una atmósfera y una cultura donde se mire de manera positiva la sexualidad como parte integral de la vida de todos los seres humanos, irrespectivamente de cuáles sean las elecciones de cómo se vive esa sexualidad”.
En cuanto a que los padres a veces desconozcan las prácticas sexuales en la que incurren sus hijos, Vargas  dijo que es importante que de la sexualidad se converse “en los contextos de familia. Si la sexualidad es tema de discusión en los espacios académicos, si están accesibles los recursos para la protección, entiéndase condones, si se le permite y se le reconoce la posibilidad de elegir a los jóvenes, cuándo y cómo activarse sexualmente, proveyéndoles todas las alternativas, toda la educación, todos los recursos a la mano, ese tipo de preocupación no debe existir”, agregó.

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