Por Andrés Pascual
Poducto de complicaciones cardiovasculares y enfisema pulmonar, murió en Miami el ex catcher de grandes ligas cubano Paulino Casanova.
Nativo del pueblo Colón en Matanzas, el ex-pelotero, de 6’5 de estatura, uno de los brazos más poderosos de la posición de la historia, tenía al morir 75 años.
Famosa la anécdota de Casanova con el Almendares en febrero de 1961, porque quedó esperando turno y no pudo debutar en la Liga Cubana como bateador emergente por un pitcher, ya que Enrique Izquierdo cedió en rolling por segunda el último out del juego, que cerró el capítulo de la disciplina en la Isla y bajó para siempre las cortinas del poderoso champion invernal; por aquel out 27 contra el Cienfuegos, quedó sin que su nombre conste como jugador de por lo menos una vez al bate en tan poderoso circuito.
El matancero jugó 10 años en grandes ligas (7 con los Senadores de Washington y 3 con los Bravos de Atlanta, club este último para el que recibió el no hitter de Phil Niekro el 15 de agosto de 1973); debutó en septiembre de 1965 y su mejor campaña fue 1966 por promedio de .254, 13 jonrones y 58 impulsadas .981 de promedio de fildeo y 46 % de atrapados tratando de robar (40 de por vida).
En 1967 fue seleccionado para jugar por el Joven Circuito en el Juego de Estrellas y quedó en el lugar 21 en la carrera por el JMV de aquella temporada.
Casanova jugó varios años en la pelota invernal caribeña, especialmente en los campeonatos de Venezuela (foto con los Tigres de Aragua).
El último cubano que jugó en ligas negras en 1960 para Indiannapolis cuando el circuito sepia se mantenía con mucho trabajo, tremendamente debilitado por la escasez de talento, absorbido por el Beisbol Organizado.
La familia decidió cremar sus restos, y ofrece las gracias a todos los que se han preocupado desde la enfermedad hasta su muerte, mismos que consideran una pérdida para el beisbol cubano y para la patria en destierro semejante fallecimiento, QEPD el buen amigo Paulino.
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