La exfiscal venezolana Luisa Ortega, quien dejó su país alegando ser víctima de una persecución política, retornó el jueves a Bogotá tras lanzar graves acusaciones de corrupción contra el gobierno de Nicolás Maduro en Brasilia.
Ortega arribó “en un vuelo comercial en compañía de su esposo, el diputado Germán Ferrer”, dijo Migración Colombia en un escueto comunicado.
La exfuncionaria y chavista disidente está bajo protección del gobierno colombiano, que le ofreció asilo tras huir de Venezuela donde según ella enfrenta el asedio de las autoridades.
Ortega llegó a Bogotá el viernes procedente de Aruba y el jueves participó en Brasilia en un encuentro de fiscales del grupo de países del Mercado Común del Sur (Mercosur).
Allí, la exfiscal aseguró que disponía de pruebas que vinculan a Maduro y altos dirigentes del oficialismo en la trama de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht.
El nuevo fiscal Tarek William Saab restó “validez” a los dichos de la exfuncionaria. Ortega fue destituida el 5 de agosto por la Asamblea Constituyente de plenos poderes que rige en Venezuela.
La justicia venezolana la investiga por presuntamente mentir en el ejercicio de sus funciones, y acusa a su marido de encabezar una red de corrupción en el Ministerio Público.
Ortega, una chavista de 59 años, se rebeló contra Maduro por decisiones contra el Parlamento de mayoría opositora, cuyas funciones fueron asumidas por la Asamblea Constituyente.
El divorcio definitivo vino con la instalación del órgano que redactará una nueva Constitución, y que desconocen gobiernos como el de Colombia y Estados Unidos.
Desde su llegada a Bogotá, Ortega no ha hablado con la prensa ni se ha referido a un eventual asilo.
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