La inventiva del marabino y su “viveza criolla” han dado paso al abuso con una nueva modalidad de cobro en el comercio de la ciudad: un precio se fija para los pagos con dinero en efectivo y otro más elevado si se va a cancelar usando punto de venta o, en su defecto, transferencias bancarias.
En algunos negocios ya es común aceptar a los clientes pagos a través de tarjetas de débito o transferencias cobrando entre 5% y hasta un 25% más sobre el valor del producto.
La escasez de efectivo, que se ha agravado el último mes, hace imposible a los compradores adquirir los productos y no queda más opción el uso del “plástico” o del sistema que ofrece la banca “móvil” para realizar las transacciones.
Usuarios aseguraron que ahora son pocos los comercios que ofrecen avances de efectivo, acción que está siendo penada por la Ley, pero le dieron la “vuelta” al negocio para obtener más ganancias cobrándoles “comisiones”.
“Me parece muy injusto que un comercio cobre hasta 25% por un producto porque no tengo efectivo. Y lo peor es que los negocios ofrecen a los clientes una cartera de hasta cinco opciones de banco para recibir las transferencias (...) todo es una maraña para quitarle más dinero a las personas”, aseguró Ramón Márquez, residente en la urbanización San Jacinto.
Similar queja dio Alexandra Sánchez, enfermera. “Una salsa de tomate te la ofrecen en 10.000 bolívares si pagas con billetes, pero si la cancelas por punto o por transferencia te la quieren cobrar hasta en Bs. 15.000. Eso es un grosería y nadie hace nada. Se aprovechan de la necesidad de las personas”, dijo.
En el terminal de pasajeros de Maracaibo una agencia ofrece doble tarifa. Un pasaje para la rut Maracaibo-Caracas puede costar 50 mil bolívares en efectivo y 55 mil si es cancelada con tarjeta de débito. Al preguntar por la diferencia de costos, la encargada, alterada, respondió que “así como la gente cobra por avances de efectivo nosotros también cobramos porque puedan cancelar usando el punto”.
Vendedores se escudan con que es la única manera que tienen para vender sus productos. “Si no hacemos así no vendemos nada, la gente no tiene dinero en mano. Alquilamos los puntos y nos cobran un porcentaje que se refleja en el precio del artículo”, dijo Reina Gómez, comerciante del casco central.
El cobro de algún tipo de comisión por el servicio de pago es una operación ilegal en el país, calificada así, en Gaceta oficial del año pasado por la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de Venezuela (Sudeban).
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