El Emergente
Ignacio Serrano
El quincuagésimo cumpleaños de Omar Vizquel nos puso frente al desafío que afrontará el venezolano a finales de año, cuando se repartan las planillas de votación para el Salón de la Fama y los periodistas habilitados para seleccionar a los próximos integrantes de Cooperstown escriban los nombres de sus favoritos.
El anuncio con los resultados será hecho en enero. Entonces sabremos si el caraqueño, como esperan sus más fieles seguidores, consigue su cupo al primer intento.
La historia sugiere moderar las expectativas. Como se ha dicho en varios espacios, el caso de Luis Aparicio es una lección que da pistas sobre lo que puede pasar. Al único nativo con placa entre los inmortales le tomó un lustro hasta finalmente alcanzar su consagración.
Aparicio fue un campocorto de reputadísima defensa, maestro en el robo de bases, con una ofensiva por debajo de sus contemporáneos, incluyendo torpederos como Luke Appling y Lou Boudreau, que jugaron justo antes, o Ernie Banks.
El bateo cautiva mucho más que el guante. Por eso son menos los paracortos y los camareros, en comparación con los jardineros. Al zuliano le tocó compartir planilla de votación con estrellas del madero y algunos ases del montículo, hasta que en 1984 se encontró solamente con otros postergados: Harmon Killebrew y Don Drysdale. Entraron los tres.
Vizquel también sobresalió en su tiempo: el mejor guante sin discusión, como lo fue su compatriota. Pero también hubo otros shortstops que batearon más, aunque se supiera luego que algunos lo hicieron con la ayuda de sustancias prohibidas: Alex Rodríguez, Nomar Garciaparra, Miguel Tejada, Derek Jeter...
El venezolano elevó los números de Aparicio. Consiguió mejores promedios y superiores totales en casi todos los departamentos, aunque esos logros quedaron parcialmente ocultos por los guarismos inflados de sus colegas en la Era de los Esteroides.
Desde sus últimos tiempos en Toronto hemos ido acumulando notas a favor y en contra de su candidatura en la prensa estadounidense. Hay dos tendencias, casi equilibradas: los que le consideran un caso seguro y los que le ven como un gran pelotero, pero no inmortal.
Así que muy posiblemente le tocará esperar a que la planilla se despeje, como pasó con Aparicio, y que el debate sobre sus merecimientos, que va a darse, cause un efecto semejante al que vimos con Jeff Bagwell, Tim Raines o Jim Rice.
En la planilla aguardan Trevor Hoffman y Vladimir Guerrero, que se quedaron cortos por muy poco esta última vez. Volverán a sacar muchos votos Edgar Martínez, Roger Clemens, Barry Bonds, Mike Mussina y Curt Schilling. Y entran por primera oportunidad Chipper Jones y Jim Thome, dos predestinados, además de Andruw Jones, Scott Rolen y Vizquel.
Son 12 grandes nombres, además de todos los otros elegibles, casi una veintena, que se llevarán parte de las preferencias, poniéndoselo más difícil a la docena principal.
Ese es el panorama que enfrenta hoy Vizquel.
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