“Todos los que están aquí reunidos sabrán que el Señor rescata a su pueblo, pero no con espada ni con lanza. ¡Esta es la batalla del Señor, y los entregará a ustedes en nuestras manos!” 1 Samuel 17:47 (NTV)
En la historia de David en 1 Samuel, él tuvo que luchar con otros gigantes antes de enfrentarse a Goliat. No fueron gigantes físicamente, pero fueron gigantes en su mente.
Es mucho más probable tener que enfrentar esos gigantes que a un Goliat, pero ellos pueden ser tan grandes e intimidantes como Goliat, y evitan que te conviertas en quien Dios quiere que seas, que cumplas el sueño que Dios ha puesto en tu corazón.
El primer gigante que enfrentar en tus sueños es el retraso. Ningún sueño se cumple de forma inmediata. Dios te da el sueño en un día, pero él no lo cumple el siguiente día. Puede tardar años antes de que veas el cumplimiento del sueño de tu vida. Siempre hay un periodo de espera.
En el caso de David, su papá le retuvo el sueño. Después de que Samuel ungiera a David como Rey, ¡Isaí le dijo a David que regresara a cuidar las ovejas!
Cuando los planes de Dios contradicen el plan de alguien más, habrá un retraso, y las personas van a intentar retenerte –algunas veces aún las personas que te aman más. Pero Dios es fiel, y él cumplirá su trabajo en ti a su tiempo.
El Segundo gigante que podrás enfrentar es el desánimo. Goliat creó un clima de miedo en Israel, y todos estaban convencidos que iba a perder la batalla.
¿A quién estás escuchando que dice que no se puede hacer? ¿Quién está tirando tus sueños diciendo que no sucederá?
Algunas veces necesitas una voz fresca –un niño de un pueblo con ojos frescos que dice, “¡Este tipo no es nada, podemos vencerlo!”
El tercer gigante en tu camino es la desaprobación. En el caso de David, sus propios hermanos cuestionaban sus motivos y desaprobaban que fuera a buscar a Goliat.
Cuando otras personas están temerosas de tu sueño dado por Dios, pero tienes que buscarlo de todas formas, serás juzgado, difamado y mal entendido. Tienes que decidir qué es lo que más importa para ti: La aprobación de otras personas o la aprobación de Dios.
El cuarto gigante que podrás enfrentar es la duda.
Nadie fue más grande experto en la guerra que el Rey Saul, y él le dijo a David que estaba loco por pensar que un chico podía pelear con un guerrero como Goliat.
Tal vez el experto está diciéndote que tampoco puedes hacerlo. Eso es suficiente para hacer que comiences a dudar.
Cuando estaba escribiendo Una vida con propósito, recibí una carta del editor (la cual después enmarqué) que decía: “Este libro nunca va a funcionar. Nadie va a leer cuarenta capítulos”. Los expertos a menudo se equivocan.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Qué has aprendido sobre tú mismo y sobre Dios cuando un sueño se ha postergado?
- ¿Cuáles voces de desánimo te han detenido? ¿Cuáles voces necesitas escuchar en su lugar?
- ¿Cuáles son las promesas de Dios que puedes usar para animarte cuando comienzas a dudar de ti mismo o de tu sueño?
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