Aunque resulta un tema poco popular, quería aclarar algunas dudas relacionadas con la naranja y su relación con el hígado, en especial de si es buena o mala para él.
Evidentemente, antes de empezar, digo ya de antemano que no es mala ni mucho menos para el hígado, pero al igual que cualquier cítrico. Si que es cierto que en algunos individuos puede ser perjudicial, pero veremos a continuación que no es nada grave.
¿Por qué dicen que la naranja es mala para el hígado?
La naranja y otros cítricos como el limón y el pomelo, tienen efectos purgantes en nuestro organismo. Esto quiere decir que favorecen la eliminación de tóxicos en el cuerpo, estimulando para ello el trabajo de hígado y riñones principalmente.
El caso de la naranja es especial, ya que tiene propiedades coleréticas. Estas propiedades tienen efecto sobre los conductos que conectan la vesícula con el hígado. Al estimular el movimiento de la bilis y colesterol, se previene de manera natural la formación de cálculos biliares o de colesterol. Ahora bien, algunas personas, tienen piedras en la vesícula biliar o en algunos de los conductos que salen del hígado, como el colédoco o el conducto pancreático. Al tomar la naranja, éstos cálculos se verán incitados a salir al exterior para ser eliminados, provocando ligeras molestias abdominales y digestivas.
El abuso de alimentos refinados y el sedentarismo han aumentado el número de personas con cálculos biliares, en la mayoría de las ocasiones sin saberlo. La gran cantidad de hidratos de carbono, proteínas de mala calidad y grasas saturadas, hacen que el hígado produzca mucha bilis, necesaria para la digestión y asimilación de nutrientes. La bilis se almacena en la vesícula. Con frecuencia, parte de esta bilis se queda atascada en los conductos biliares favoreciendo la aparición de cálculos o piedras.
Al consumir naranja, se producirá una excitación de la vesícula, que liberará pequeñas cantidades de bilis al exterior. Los cálculos pasarán por el colédoco y si son grandes chocarán con él, causando molestias leves.
El consumo de naranjas o mandarinas, que son prácticamente similares, puede perjudicar el trabajo del hígado en personas que llevan hábitos dietéticos inadecuados. El hígado además está conectado con varios grupos musculares importantes, como la fascia toracolumbar y las aponeurosis que constituyen los trapecios medio y superior. De ahí que muchas torticolis del lado derecho sean provocadas por un hígado sobrecargado de trabajo o intoxicado. Los puntos gatillo en el elevador de la escápula o las fibras superiores del trapecio pueden guardar estrecha relación con el hígado, por lo que para eliminarlos será necesario limpiar antes nuestro hígado.
¿Cómo saber si la naranja puede hacerme daño?
Normalmente es raro que nos siente mal la naranja, pero existen algunos síntomas que pueden indicar que su ingesta es contraproducente.
- Aumento de la secreción gástrica de manera excesiva después de su consumo
- Dolores abdominales en horas posteriores a su consumo.
- Molestias musculares en el cuello y espalda que se alivian cuando evitamos la naranja o el jugo de la misma.
- Reflujo gastroesofágico
- Pirosis
Como he dicho al principio, no es por culpa de la naranja, sino de nuestro hígado, y especialmente de la vesícula, que puede estar albergando varios cálculos de meses o años atrás.
Lo más aconsejable es consumir las naranjas de temporada. Si las tomamos en zumo, exprimirlo nosotros en casa y evitar los envasados, que llevan azúcares de rápida absorción que implican peores problemas. En adición a esto, quiero decir que me parece desproporcionado lo que algunos artículos han achacado al jugo de naranja, catalogándolo de perjudicial para la salud. Es importante aclarar que esas críticas hacen referencia al jugo envasado, que está cargado de azúcar.
No obstante, en la mayor parte de los casos, a pesar de que muchas personas llevan una alimentación horrible, no notan los efectos que hemos comentado al consumir naranjas. Como siempre, la susceptibilidad y las características de cada persona marcarán la gravedad o sensibilidad de los mismos.
En resumen, la naranja no es perjudicial para la salud, pero por sus propiedades coleréticas, deberemos evitarla en caso de tener piedras en la vesícula. Si al tomarlas sentimos molestias, deberemos mejorar nuestra alimentación, en pro de un mayor consumo de vegetales frescos, agua de calidad y grasas saludables, que repondrán la salud hepática en cuestión de semanas. Si existen puntos gatillo o torticolis frecuentes en el lado derecho del cuello, como tratamiento conservador, es recomendable evitar la naranja y las mandarinas, obviando que la terapia de masaje fisioterapeutico no ha resultado eficaz. Evidentemente ésto último tendrá una etiología mucho más amplia que el profesional, instruido en las artes de la salud holística, deberá considerar.
Espero que os sirva de ayuda compañer@s. Cualquier duda al respecto, dejadla en los comentarios.
¡A seguid san@s, no lo olvidéis!
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