Con pocos “signos vitales”, así permanece la mayoría de los pabellones de los centros de salud públicos del Zulia y del resto del país. Una pequeña porción presenta “pulsaciones”, pero muy débiles. El diagnóstico es extenso: falta de agua, acondicionadores de aire fuera de servicio, esterilización inadecuada, escasez de insumos, material quirúrgico y medicamentos, equipos dañados... Gremio de salud coincide en que el pronóstico es desalentador.
Un viacrucis selló el destino de Graciela Paz, de 69 años, tras caer de una moto en el municipio Mara, a primera hora de la mañana del 6 de junio pasado. Sufrió un politraumatismo general leve y un traumatismo craneoencefálico grave que debía ser operado de inmediato. El tiempo se le escapaba hora tras hora, mientras sus familiares suplicaban, de hospital en hospital, que la atendieran.
“Del ambulatorio La Sierrita la refirieron al ‘Adolfo Pons’. Allá la intubaron a las 10:00 am y nos dijeron que no podían operarla por la falta de pabellones. La llevamos al ‘Universitario’, pero no la aceptaron porque estaban en las mismas condiciones. En el ‘General del Sur’ fue lo mismo. Al final, a las 9:00 de la noche, volvimos al ‘Pons’ y tuvimos que permitir que la conectaran a un ventilador de una paciente que murió, que no habían descontaminado. A todo riesgo de una neumonía o infección”, es la historia que les roba el sueño a sus allegados.
Las secuelas de no haber sido atendida de manera oportuna no dieron espacio a un milagro, la abuela falleció tres días después.
“Nacionalmente, los quirófanos de los hospitales no están aptos para cirugías (...) No cumplen con los requisitos establecidos en la legislación venezolana: la sepsia y antisepsia, los lavados, las lámparas cialíticas, las camas quirúrgicas, los equipos de anestesiología. En muchas salas de operación no hay agua, ni plantas eléctricas”, explicó a PANORAMA el presidente de la Sociedad Venezolana de Cirugía, Alfonso Socorro.
Precisó que “las salas operativas en la entidad alcanza solo el 10 %” y con importantes deficiencias. El Servicio Autónomo Hospital Universitario de Maracaibo (Sahum) es el ejemplo más alarmante: de 17 quirófanos, solo están activos dos, “a media máquina”; así lo denunció la secretaria de organización del Colegio de Médicos del Zulia, Dora Colmenares. El autoclave (esterilizador de instrumentos) está dañado, al igual que las luminarias.
Además de peregrinar y “enredarse” en las redes del bachaqueo para adquirir la extensa lista de insumos (compresas, guantes, yelcos, suturas, botas, gorros, inyectadoras, soluciones, jabón antiséptico…) y fármacos que les piden, a los enfermos que aspiran a ser operados en este centro –el más importante de la región– les toca bregar con garrafas de agua mineral para que los cirujanos puedan lavarse las manos, pues el bombeo en pabellón se convirtió casi en un espejismo.
“Trabajamos con ‘las uñas’, tratando de hacerlo todo por el paciente. Quien no lleve material médico quirúrgico, anestésicos, algunos trenes, el equipo de laparotomía, no se puede operar. En casos de emergencia, brincamos y saltamos. Nos ha tocado hacer las cosas ‘a mano’ y a la buena de Dios”, manifestó Socorro, quien también se desempeña como jefe del Servicio de Cirugía del ‘Noriega Trigo’, donde funcionan dos, de las siete salas de intervención: una para procedimientos electivos y otra para urgencias.
Las fallas en la descontaminación de estas áreas multiplica la aparición de infecciones posoperatorias “por bacterias como pseudomonas y acinetobacter”. Un especialista del equipo de Cirugía del Hospital Adolfo Pons reportó la presencia de zancudos en los quirófanos y salas de parto. “Están contaminados porque no hay aire. Entre el 80 y 90 % de los operados se infecta y se complica. Entonces, en lugar de permanecer dos o tres días, se quedan un mes recibiendo antibióticos que deben comprar a precios millonarios”, reclamó.
Entre las deficiencias trasciende que los equipos de laparoscopia son insuficientes, algunas máquinas de anestesia no están aptas, las lámparas no funcionan y no hay dispositivos de aspiración. En esta institución, únicamente operan las emergencias obstétricas complicadas.
La diáspora de profesionales de la salud es otro factor que les juega en contra a quienes requieren ser intervenidos. Los cirujanos de tórax y de urología renunciaron al ‘Pons’. Mientras que en el Hospital General del Sur perdieron a la mitad del personal de enfermería de cirugía; disponen solo de 17 enfermeros, antes había 35.
Una supervisora que se mantuvo en el anonimato expuso que “los seis quirófanos que entregó la Gobernación en mayo están fuera de servicio porque los están pintando”. Sostuvo que los dos de Emergencia están operativos y en buenas condiciones, pese a “la escasez de material”.
En contraste, a través de una nota de prensa se conoció que 430 personas han sido beneficiadas, desde abril, con intervenciones de mediana y baja complejidad, como parte del Plan Quirúrgico Nacional.
El coordinador regional de la jornada, Daniel Piñango, enfatizó que utilizaron los quirófanos del Sahum y del CDI de San Francisco para abordar áreas como la cirugía digestiva. Puntualizó que, mediante el Programa de Pared Abdominal, atendieron diagnósticos de hernias inguinales, umbilicales, epigástricas y eventraciones abdominales.
Igualmente, realizaron hernioplastías inguinales, umbilicales, epigástricas y cura de eventraciones. También practicaron histerectomías abdominales simples, mastectomías radicales, esterilizaciones y exceresis de lesiones epidermoides de piel.
Este rotativo se intentó comunicar, de forma insistente y por varias vías, con la secretaria de Salud del Zulia, Omaira Prieto. En dos oportunidades atendió las llamadas, pero no rindió declaraciones.
Entretanto, los médicos claman que el Gobierno realice las inversiones necesarias para superar la crisis de este sector. “Nos dicen que no hay dinero, todo se va complicando y los pacientes siguen muriendo”, repudió el presidente de la Sociedad Venezolana de Cirugía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario