“Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza”. Deuteronomio 8:18 (NVI)
La Biblia dice en Deuteronomio 8:18, “Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza” (NVI).
Cada economía, aún aquí en Norteamérica, tiene personas que dan riqueza y personas que toman riqueza. Hay productores de riqueza y usuarios de riquezas, contribuyentes y consumidores. La economía se desbarata cuando hay más consumidores que productores. Eso es lo que está pasando ahora mismo en Norteamérica.
Sin embargo, Dios nos creó para crear riqueza, para producir riqueza: nos diseñó para ser personas productivas. Dios quiere que seas productivo, y su plan para tu vida incluye creación de riqueza – no redistribución de riqueza.
Déjame explicarte la diferencia entre capitalismo, comunismo y cristianismo.
El capitalismo dice, “Lo que es mío, es mío, y voy a retenerlo”. El comunismo dice, “Lo que es tuyo es mío, y tengo el derecho de tomarlo”. A eso se le llama redistribución de la riqueza.
Pero el cristianismo dice, “Lo que es mío, realmente es de Dios, y estoy dispuesto a compartirlo”.
Dios quiere que proveamos beneficios, servicios, y protección a otros. Él quiere que creemos oportunidades para ayudar a otros.
Cuando alguien pone un impuesto para ayudar a los pobres, tu no recibes ningún crédito por ello. Pero cuando eres voluntariamente generoso y ayudas a otros, edifica tu carácter. Te ayuda a crecer. Transformarte en más productivo y generoso te ayuda a ser más como Cristo.
Reflexiona sobre esto:
- ¿De qué manera el trabajo que haces crea oportunidades para ayudar a otras personas?
- ¿Te es más fácil ser generoso con tu dinero o con tu tiempo? ¿Por qué te parece que es así?
- ¿Qué metas financieras se ha fijado tu familia? ¿En pos de qué estás trabajando?
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