Bañarse con agua caliente puede ser una delicia al final de un día cargado de trabajo. Ayuda a que te relajes y olvides todo el estrés y las molestias residuales de malas posturas en la oficina o la universidad.
Pero investigadores descubrieron recientemente que bañarse con agua caliente podría aumentar el riesgo de paro cardiaco, sobre todo en zonas o ambientes con mucho frío o que presenten estación de invierno.
Un nuevo estudio advierte sobre los peligros de bañarse con agua caliente, ya que hacerlo multiplica hasta por diez la probabilidad de sufrir algún paro cardiaco.
Científicos japoneses detallaron para la revista especializada Resuscitation Journal que el problema radica cuando la persona, rodeada de vapor caliente, sale a la temperatura ambiente, reseñó el portal López-Dóriga.
El súbito cambio provoca una caída brusca de la presión arterial y desata arritmias cardiacas porque el sistema circulatorio se ve en la necesidad de gestionar temperaturas muy altas, dilatándose los vasos sanguíneos.
Algunos síntomas menores de esto son los desmayos, sensación de fatiga e intensos dolores de cabeza. También se debe tomar en cuenta que al sudar con el vapor del agua caliente, el cuerpo pierde líquidos.
Las personas mayores de 40 años son las más propensas a sufrir daños por bañarse con agua caliente, siendo en temporada de invierno cuando las probabilidades de afectaciones se incrementan en general.
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