El tirador de Jacksonville, de 24 años y originario de Baltimore, ganó en 2017 uno de los torneos de un simulador de fútbol americano, competición que acabó tiñendo de sangre
Imagen de un vídeo de un partido de David Katz en 2017. |
Un joven de gesto serio, reconcentrado en la pantalla, inexpresivo. Es el aspecto que ofrece David Katz en vídeos e imágenes de su carrera como jugador profesional de Madden NFL, un popular simulador de fútbol americano del que hay competiciones con premios sustanciales y grandes audiencias en línea. En uno de estos torneos, una eliminatoria regional, Katz mató ayer en Jacksonville (estado de Florida) a otros dos jugadores e hirió a 11 personas. A continuación se suicidió allí mismo, en el restaurante donde se hacía el evento.
Katz tenía 24 años y era de Baltimore (estado de Maryland), unos 1.200 kilómetros al norte de Jacksonville. La policía ha aportado todavía escasos detalles sobre él y está investigándolo. Ayer agentes del FBI revisaron la casa donde supuestamente vivía en un barrio acomodado de Baltimore y la policía de Jacksonville estuvo escrutando cada rincón del vehículo en el que llegó al centro comercial de esta ciudad, donde provocó la tragedia con una pistola semiautomática.
Distintos testimonios de jugadores apuntan a que Katz pudo tener una reacción descontrolada a la derrota. Steven Javaruski y Javaris Long le dijeron respectivamente a Los Angeles Times y al Tampa Bay Times que Katz perdió, salió del restaurante y al cabo de un rato volvió y disparó. No está claro si su intención era matar a algunas personas en concreto o a quien fuera. Javaruski dijo que "apuntó [y disparó] hacia varios" y luego se pegó un tiro, y Long, que Katz –"un tipo raro", lo definió– "se puso a disparar contra todo el mundo". En el vídeo de la retransmisión en línea del torneo se distingue un punto láser sobre el pecho de Eli Clayton, de 22 años, uno de los dos que asesinó. El breve movimiento del láser es errático y nervioso, pero da la impresión de que iba a por él. En ese instante, Clayton jugaba y reía con sus auriculares puestos. El otro asesinado fue Taylor Robertson, de 27 años, casado, con un hijo y ganador de una competición el año pasado.
En la competición de este domingo, el premio al ganador eran 5.000 dólares. Y quien ganase pasaba a otra fase del torneo de Madden NFL que se jugaría en Las Vegas y tendría un botín de 165.000 dólares. Según le dijo otro jugador a la cadena WJAX-TV, Katz perdió dos partidos este fin de semana, uno el sábado y el otro el domingo, antes de perpetrar su escabechina. Uno de los jugadores que le ganaron dijo que tras perder Katz no le dio la mano y lo miró seco.
Katz logró un triunfo en 2017. En febrero de aquel año ganó una competición en Búfalo (estado de Nueva York), y los Buffalo Bills lo felicitaron en Twitter. Los 32 equipos de la NFL real tienen jugadores que los representan en la NFL virtual del juego Madden y hacen sus propios torneos. Aquel, organizado por los Bills, lo ganó Katz y se embolsó 10.000 dólares. Ese mismo año, más adelante, perdió en otra competición en California, según cuenta The Washington Post. Katz, que jugaba con el sobrenombre Bread (pan en inglés) perdió en un partido igualado ante otro que llevaba el alias Misery (miseria en inglés). Al inicio del choque –que se puede ver en YouTube–, la cámara hizo un primer plano de Katz, con la mirada fija y abstraída, y un comentarista avisó a la audiencia: "No vais a ver muchas emociones en nuestro chico Bread. Está en lo suyo. Es un hombre de negocios. No está aquí para hacer amigos". Finalmente, Miseria lo venció.
Aquel jugador de pocas palabras acabó este domingo tiñendo de sangre su competición, quitándose la vida y pasando a engrosar la funesta lista de tiradores solitarios americanos. El motivo o el contexto en el que Katz explotó sigue en la bruma. Su imagen matando, sin embargo, se ha quedado clavada en la mente de testigos como Taylor Poindexter, que lo describió horas después del tiroteo: "Con las dos manos en la pistola, simplemente soltando balas".
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