Investigadores de la Universidad de Massachusetts han descubierto que las fresas no sólo son deliciosas, ricas en vitaminas y bajas en calorías, sino que también pueden ayudar a combatir las enfermedades intestinales.
Millones de personas en todo el mundo sufren la enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa, es decir, una enfermedad inflamatoria intestinal ( EII). Sin embargo, este es un tema tabú ya que es muy privado y muy desagradable. Esto se debe a que la inflamación crónica de la mucosa intestinal viene acompañada de dolores y calambres abdominales, diarrea con sangre, nauseas y fatiga. Los síntomas pueden durar muchos años.
A pesar de las arduas investigaciones, todavía se desconoce la causa exacta de la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Los factores que la pueden desencadenar son: una predisposición genética, factores ambientales como fumar, hábitos de alimentación e higiene y una alteración de la mucosa intestinal.
EII: ¿un diagnóstico de por vida?
Los síntomas pueden aliviarse con medicamentos como cortisona, o con una terapia con anticuerpos o con cirugía. Mientras que la enfermedad de Crohn, por el momento, no se puede curar, la colitis ulcerosa se puede curar extirpando quirúrgicamente todo el intestino grueso.
Pero no hay que llegar a estas instancias ya que el estilo de vida y la alimentación del paciente juegan un rol muy importante. Los expertos indican que la vida sedentaria y una mala dieta, rica en azúcares, alta en grasas y baja en fibras, promueven la inflamación intestinal.
Por el otro lado, existen alimentos que son tolerables para personas con EII, como por ejemplo las frutas y los vegetales. Según un nuevo estudio, parece haber un súper alimento anti-EII: las fresas. Los investigadores de la Universidad de Massachusetts han investigado en detalle a las fresas y han descubierto que pueden aliviar los síntomas de la enfermedad Crohn y la colitis ulcerosa.
La dieta de la fresa
Un equipo de investigadores, liderado por el Doctor Hang Xiao, ha experimentado con ratones, algunos de los cuales sufrían de inflamación intestinal crónica. Algunos de los roedores fueron alimentados con fresas congeladas y deshidratadas. El resultado: a los ratones con EII que comieron fresas se le redujeron significadamente los síntomas de pérdida de peso, diarrea con sangre y inflamación intestinal.
La desinflamación no es el único beneficio de las fresas. Con EII el número de bacterias dañinas aumenta, mientras que las bacterias beneficiosas disminuyen en el colon. Los investigadores observaron un efecto inverso: las bacterias dañinas disminuyen en los ratones que comieron fresas. Tanto la flora intestinal como el metabolismo de los animales se normalizaron. El equipo de Hang Xiao presentó los resultados en la 256a Reunión & Exposición Nacional de la Sociedad de Química Americana (256 National Meeting & Exposition of the American Chemical Society, ACS).
Según los expertos, los humanos necesitan una dosis más alta de fresas que las que recibieron los ratones, que fue una pequeña taza de fresas al día.
Los pasos a seguir
Yanhui Han, un estudiante que participó en el estudio, señala que es importante estudiar los efectos de toda la fresa. Cuando sólo se consumen los componentes purificados o extractos se pierden muchos otros componentes muy importantes, como la fibra , o los compuestos fenólicos ligados a las fibras, que no se pueden extraer con solventes.
Por favor, no cambie su dieta por su cuenta
Al mismo tiempo, los investigadores advierten que los pacientes con la enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa no deben cambiar su dieta por su cuenta, sino que tienen que hablar con su médico.
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