Nosotros invertimos en el fondo de inversiones de Dios cuando usamos algo de nuestro dinero para alabarlo. No existe nada que le podamos dar a Dios que él necesite, y ciertamente Dios no necesita nuestro dinero.
Pero cuando le damos una ofrenda a Dios – una ofrenda no designada, planeada, y proporcional donde y cuando alabamos – estamos diciendo, “Dios te amo”. Ese es el primer propósito de la vida: conocer y amar a Dios. Fuiste planeado para Su deleite.
La Biblia dice, “Honra al Señor con tus riquezas y con lo mejor de todo lo que produces”(Proverbios 3:9 NTV). Honramos a Dios cuando diezmamos. Es un acto de adoración.
Dios quiere que inviertas en este fondo antes de que inviertas en cualquier otro fondo. ¿Por qué? Porque quiere nuestro corazón más que cualquier otra cosa. No quiere nuestro dinero; quiere lo que representa.
Ahí donde pongo mi dinero muestra mis prioridades y valores.
Esta semana, mira tus estados de cuenta de tu chequera y tarjeta de crédito. ¿Qué te dicen a cerca de donde está tu corazón el día de hoy?
¿Dónde quieres que esté tu corazón? ¡Pon tu dinero ahí!
Reflexiona sobre esto:
- Si la gente viera en detalle el reporte de tus gastos, ¿esos detalles revelarían un corazón completamente devoto a Dios? ¿Por qué o por qué no?
- ¿Encuentras fácil o difícil ver el diezmo como acto de adoración? ¿Por qué?
- ¿Cómo estás profundizando en el amor y el conocimiento de Dios?
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