Mike Scioscia dejará su puesto como manager de los Angelinos, el veterano capitán anunció a los medios de comunicación (incluidos Bill Shaikin de Los Angeles Times y Maria I. Guardado de MLB.com ) después de que los Halos concluyeran su último partido de la temporada. Habían rumores desde agosto de que este sería el último año de Scioscia como mánager de Los Angeles, y si bien había indicios de que Scioscia se retiraría del béisbol por completo, dijo hoy que estaría abierto a otro trabajo directivo con otro club.
Según el presidente del equipo John Carpino (a través de Shaikin y otros reporteros), fue la decisión de Scioscia de no regresar a los Ángeles. Esto no coincide exactamente con las noticias de la semana pasada de que Scioscia quería permanecer en el club, ya que dijo que tomaría su decisión final después de hablar con el dueño Arte Moreno y el gerente general Billy Eppler. Esta fue la última temporada del contrato de diez años de Scioscia / $ 50MM, por lo que los Angelinos podrían haber sentido que el cambio era necesario a raíz de tres temporadas perdedoras consecutivas.
Aún así, el período de 19 años de Scioscia como jefe de los Angelinos ha sido fácilmente el tramo más exitoso en la historia de la franquicia. Scioscia fue gerente por primera vez cuando fue contratado originalmente antes de la temporada 2000, y terminó administrando el quinto juego con una franquicia de capitán en la historia del béisbol. Actualmente ocupa el lugar 18 en la lista de victorias gerenciales de todos los tiempos con 1650 victorias (contra 1428 derrotas). El currículum de Scioscia con los Halos incluyó 11 temporadas ganadoras, seis títulos de la División Oeste de la Liga Americana y la joya más importante del campeonato de la Serie Mundial de 2002, la primera y única ocasión en que los Angelinos levantaron el Trofeo del Comisionado.
Durante las últimas nueve temporadas, sin embargo, los Angelinos llegaron a la postemporada solo una vez, un viaje que resultó en una ignominiosa barrida de tres juegos para los Reales en el 2014 ALDS. Dado que el mejor jugador del juego ( Mike Trout ) estuvo en la lista durante gran parte de este tramo y los Angelinos han publicado constantemente grandes nóminas bajo la titularidad de Moreno, en los últimos años ha habido rumores de que Scioscia no volvería en 2019. , si no antes. Para ser justos con Scioscia, sin embargo, es difícil culparlo por las recientes luchas de los Angelinos dado que el equipo ha sido golpeado por una cantidad asombrosa de lesiones por pitcheo en los últimos tres años.
No está claro si Scioscia (que cumplirá 60 años en noviembre) ejercerá inmediatamente un cargo directivo, o si podría tomarse un año para recargar sus baterías y probar el mercado. Los Rojos, los Rangers y los Azulejos son los únicos tres equipos que se sabe que están buscando nuevos administradores este invierno, y ha habido fuertes especulaciones de que los Orioles también podrían estar buscando reemplazar a Buck Showalter. Es posible que se creen más puestos de trabajo en los próximos días o incluso semanas, dependiendo de si algún equipo de playoffs decide realizar un cambio en el dugout.
Los Ángeles ahora se embarcarán en su primera búsqueda gerencial del siglo XXI. Como Ken Rosenthal inicialmente señaló en agosto pasado en su informe sobre la inminente partida de Scioscia, los mejores candidatos internos para el puesto incluyen al entrenador en jefe Josh Paul , el asistente especial Brad Ausmus y el gerente de Triple-A Eric Chávez . Jon Heyman de Fancred escribió a principios de esta semanaque Chávez podría ser el favorito, ya que solo asumió el cargo de Triple-A (pasando de su propio rol de asistente especial bajo Eppler) a principios de agosto, alrededor del momento del informe de Rosenthal. Es justo suponer que podría tener lugar una búsqueda más amplia, ya que es probable que los candidatos externos tengan un gran interés en administrar una lista que incluya gente como Trout, Shohei Ohtani, Justin Upton y otras piezas intrigantes, aunque obviamente el frente la oficina tiene algo de trabajo que hacer este invierno para que los Ángeles vuelvan a estar en una posición competitiva.
Este viernes, el músico argentino tocará por primera vez en el Carnegie Hall de Nueva York, una de las salas más emblemáticas del mundo. Con más de veinte discos grabados y dos nominaciones a los Grammy Latino por el último de ellos, Páez habla de su disciplina, su aprendizaje permanente y la vocación política.
Fito Páez dice que le gustan los problemas hermosos, las complicaciones creativas que lo llevan a experimentar y a enjaularse durante semanas o meses en las salas de ensayo o en los estudios de grabación, hasta que emerge con la música que —luego de más de tres décadas de carrera— es su lenguaje predilecto para entender al mundo.
“Los ensayos son una instancia fundamental y son momentos de mucha intensidad, mucha tensión y extrema concentración”, explica el rosarino sobre una de sus rutinas más obsesivas. “La música tiene que ser interpretada de una manera correcta, que es como queremos y como suena en mi cabeza”.
A sus 55 años ha protagonizado conciertos históricos, como cuando se presentó ante cientos de miles de personas por el Bicentenario argentino o cuando los cubanos gritaron hasta el delirio en su recital en el teatro Karl Marx. Llenar teatros y estadios ha sido parte de su carrera desde la aparición de El amor después del amor, el disco que en 1992 lo consagró internacionalmente, con el que colmó diez veces seguidas el Gran Rex de Buenos Aires y el que se convirtió en el álbum más vendido del rock argentino.
Sin embargo, Páez está emocionado por el concierto de mañana. Dice que no es lo mismo: que es especial. Que es un honor. Y se ha preparado como un demonio para demostrarlo ante las personas que asistan al recital que dará este viernes en el Carnegie Hall en Nueva York.
“Es un teatro que carga con gran parte de la historia musical de la ciudad de Nueva York. Por ahí han pasado todas las estrellas de Estados Unidos”, dice. “En ese país surgió una de las grandes músicas populares que se inventaron en el siglo XX y el Carnegie es un lugar donde la música todavía es una cosa seria. Me siento muy honrado”.
Además de girar constantemente y grabar más de veinte discos, el argentino también ha incursionado en otros oficios como el de guionista, cineasta y novelista. Fito Páez es, como él mismo suele decir, muchas personas: “Todos somos mucha gente que convive en nuestro interior y lo más difícil es lidiar con todas esas partes. Que todos se puedan expresar a la vez, porque todos tienen que hablar en esa mesa”.
Aunque ya ha ganado cinco Grammy Latinos y este año está nominado en dos categorías, Fito Páez dice que no permite que el éxito cosechado lo despegue de la realidad que lo rodea. “Dejo hablar a todas las voces de mi interior, incluso a las más incorrectas. Siempre existe un 30 por ciento del mundo al que le va a encantar lo que hagas, a otro 30 por ciento no le va a gustar y el resto es totalmente indiferente ante lo que cantas. Entonces hay que tener un poco de humor”.
¿Puedes hablar del repertorio que se va a escuchar en el Carnegie Hall?
No te puedo contar nada pero sí te puedo decir que van a escuchar temas de casi todos los álbumes y va a ser en este formato especialísimo que utilicé en Euforia, mi disco de 1996, que es muy exótico. Se trata de mi banda electroacústica tocando con una orquesta de veintiún músicos con cuerdas, maderas, metales y vientos, y me parece que va a ser una noche totalmente extraordinaria para los que estemos tocando. Además, como no se va a filmar o grabar, también va a ser una velada alucinante y única para las 2800 personas que asistan esa noche.
Es un momento político complejo para la comunidad latina en Estados Unidos. ¿Cuál es el mensaje que te gustaría llevar a las personas que asistan a este concierto?
Creo que lo importante sería hacer foco en que la comunidad latina piense sobre su situación real, porque muchos votaron por Trump y creo que eso es un elemento de reflexión ineludible que debe convocar a intelectuales, artistas y filósofos de todos los países. Habría que preguntarse por qué se vota a un presidente que después nos desprecia.
Ya casi nadie hace discos de dieciocho canciones como La ciudad liberada. ¿Sientes que fue una apuesta arriesgada?
La verdad es que no fue una decisión arriesgada. Tampoco fue una provocación. Este álbum tuvo un recorrido muy intrincado porque mientras yo tenía mi experiencia personal con las vivencias musicales y las palabras, el mundo ardía allá afuera, estaba pasando de todo. Entonces se transformó en una especie de pequeño universo paeciano, una cosmogonía personal.
La crítica y el público lo han alabado como uno de tus mejores discos de los últimos años y se percibe como una producción muy anclada a la realidad con canciones como “Aleluya al sol”, que es una suerte de himno feminista.
Claro, yo tenía que reflejar lo que vivía durante la hechura del disco. En Argentina se produjo la primera marcha por los derechos de las mujeres en 2014 y fue muy importante porque se formó un movimiento fortísimo y las chicas están dando unas peleas impresionantes en el Congreso. Aunque se perdió la ley del aborto creo que se ganó una batalla cultural porque ya es un tema instalado en la sociedad y se va a aprobar el próximo año. Pero el objetivo principal es evitar que las chicas sigan muriendo por practicarse abortos clandestinos. Eso es una locura.
¿Crees que la escena roquera es especialmente machista?
Es una pregunta difícil de responder porque el talento y la dedicación a la música no tienen género. No haces buenas o malas canciones porque eres hombre o mujer o trans o gay o lo que sea. Las personas que se dedican hacen la diferencia. Conozco a infinidad de mujeres con obras extraordinarias en todas las músicas del mundo como Violeta Parra, Chabuca Granda, Mercedes Sosa, Liliana Herrero, Lola Flores, Joni Mitchell e infinidad de cantantes y compositoras alucinantes. Me parece que hay algo maniqueo en eso de que las mujeres no tienen lugar en la música. Creo que han tenido lugar, lo tienen y lo tendrán.
“Islamabad” podría ser una de las canciones más políticas del rock latino de los últimos años. ¿Cómo fue su proceso de composición?
Pienso que es una canción de observación y de mirada. Creo que ese tema intenta revelar las dos caras de la realidad y le pregunta al oyente si escuchó hablar de los desaparecidos, si sabe de los muertos en Argelia o si oyó hablar de cosas delicadas y graves que pasan en el mundo de hoy contra los discursos oficialistas que siempre son biempensantes, pero nunca se aplican en la realidad. La canción revela la doble moral del poder.
En tu carrera has experimentado con ambos mundos, pero ¿te sientes más cómodo con la producción análoga o con la digital?
Entiendo que ambos tienen sus virtudes y defectos pero, si me preguntas íntimamente, sí prefiero el análogo, definitivamente. Es más caro y más difícil porque siempre hay que volver a empezar; sin embargo, tiene una especie de alma que es difícil de replicar. Con lo digital puedes tener mucho más tiempo en la producción y te puedes dedicar a experimentar más. Pero son mundos distintos.
¿Sientes que todavía te queda mucho por aprender en la música?
He tenido una vida muy gozosa, pero sigo aprendiendo de todos los oficios que me interesan. La música es un lenguaje infinito por eso siempre puedes aprender algo. Creo que de ahí sale un poco la curiosidad y esta vitalidad por querer afrontar varios frentes y divertirme de diferentes maneras. Se trata de generarme nuevos y hermosos problemas.
¿Cómo te gustaría envejecer?
¡Sin ninguna dignidad! Feliz y con humor. Quiero ver a mis hijos felices y todavía sueño con un mundo que respira amor, solidaridad y fraternidad. Así me gustaría envejecer.
¿Qué piensas de quienes te critican porque te vinculan al kirchnerismo?
Yo solo apoyé ciertas políticas de los gobiernos kirchneristas, pero nunca pertenecí a ese movimiento político. Comparto un montón de decisiones que ellos impulsaron como el matrimonio igualitario, la asignación universal por hijos y la creación de universidades públicas, porque todas esas cosas no existían en el país.
El kirchnerismo se inicia en el 2000, y en ese entonces yo ya había grabado quince discos y tenía una carrera muy sólida. Soy un hombre de las artes, de las humanidades, pero me gusta reflexionar y activarme por las causas sociales. Es bueno recordar que escribí “Al lado del camino” en 1999 y ahí digo que “yo ya no pertenezco a ningún -ismo”.
Argentina atraviesa una profunda crisis económica en este momento. ¿Crees que este tipo de coyunturas son cíclicas en la historia de tu país?
La crisis es terrible pero después de tantos años aciagos vividos en la dictadura, tenemos un montón de tiempo votando en presidenciales y legislativas. Por eso cuando el pueblo toma una decisión incorrecta tiene la posibilidad de arreglarlo inmediatamente o apoyar esa gestión y eso tiene un valor enorme. Pienso que la crisis coyuntural que estamos viviendo puede ser resuelta en las próximas elecciones y eso, para los que hemos atravesado periodos dictatoriales, es un logro fundamental. Confiemos en el voto popular y en la inteligencia de los pueblos.
Ya para terminar, ¿podemos mencionar algunos nombres y nos cuentas qué significan en tu vida?
Claro, por supuesto.
Charly García.
Charly es la historia de mi vida.
Gustavo Cerati.
Una de las personas más sofisticadas que conocí en la música popular en lo que llevo en este mundo.
Fabiana Cantilo.
Fabi es un todo mío porque es mi hermana, fue mi novia, mi amante y mi mujer. Es como tener en una sola persona a toda tu familia.
El foco de la comunidad internacional se centra en la frontera colombiana. El Banco Mundial prepara un estudio para afrontar la emergencia
El vicepresidente del Banco Mundial, Jorge Familiar (segundo por la izquierda), durante su visita a Cúcuta.SCHNEYDER
FRANCESCO MANETTO
Livia Herrera cruzó la frontera colombiana cuando estaba embarazada de seis meses. Cuenta que viajó desde Barinas, el Estado donde nació Hugo Chávez, y hace 25 días dio a luz en Cúcuta. Es una de los más de 5.100 venezolanos que han pasado por el centro de atención de Villa del Rosario, el municipio en el que desemboca el Puente Internacional Simón Bolívar, principal vía de acceso al país. Allí recibe ahora los cuidados de Cruz Roja y tiene el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Su objetivo es reunir el dinero suficiente para atravesar Los Andes y llegar a Ecuador, como René Añasco, de 62 años, que tras una vida en Isla Margarita decidió abandonar su trabajo de pescador y dejarlo todo en busca de oportunidades, relata a media voz.
La inmensa mayoría de los que huyen de la gravísima crisis social y económica que golpea a Venezuela –al menos 2,3 millones de personas, según Naciones Unidas– lo hacen a través de la frontera de Colombia. En el país hay alrededor de un millón de refugiados. En el hospital universitario de Cúcuta se han atendido en los últimos tres meses más partos de migrantes que de mujeres locales. El éxodo, cuyas evidencias Nicolás Maduro volvió a negar esta semana ante la Asamblea General de la ONU, continúa. Y, aunque su intensidad es variable, la crisis, sin precedentes en América Latina, se ha convertido en una prioridad de la llamada comunidad internacional. Es decir, ya no es solo una emergencia que compete a las autoridades colombianas. Ni siquiera se trata exclusivamente de un asunto regional. Esa respuesta queda de alguna manera reflejada en la fotografía actual de esa zona, donde ya se ha multiplicado el trabajo de asistencia y la presencia de organismos multilaterales. Pero no es suficiente.
El siguiente paso consiste en actuar y unir fuerzas. "Este es un tema que ha ido en aumento, que se ha ido incrementando de manera exponencial y creo que se requiere una respuesta importante", señala Jorge Familiar, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. "Tenemos que buscar cerrar filas y ver cómo podemos apoyar a Colombia y al resto de la región para atender esta situación", defiende. Familiar se reunió el viernes con el presidente colombiano, Iván Duque, y después viajó a la frontera para conocer de primera mano la situación. Su institución prepara un informe sobre el impacto del éxodo, con un diagnóstico y unas recomendaciones que pueden respaldar a los Gobiernos de la región. La repercusión en el país andino supera, de momento, los 1.500 millones de dólares, un 0,5% del PIB, según adelantó el propio mandatario.
En cualquier caso, son las historias detrás de esas cifras las que ayudan a comprender qué está pasando. "Mi hijo no tiene pasaporte, sigue en San Antonio", explica a un funcionario Leonardo Enrique Fernández, de Valencia, mientras tramita un Permiso Especial de Permanencia (PEP), un documento que da acceso a los servicios básicos durante dos años. En Venezuela es cada día más complicado lograr un pasaporte, cuya expedición puede tardar más de dos años y alienta la corrupción.
El Gobierno de Maduro niega la emergencia migratoria y ha organizado algunas repatriaciones colectivas de decenas, quizá cientos de personas, con puesta en escena televisiva para tratar de rebajar la presión internacional. Sin embargo, el propio Consejo de Derechos Humanos de la ONU denunció el jueves en una resolución que "cientos de miles de ciudadanos de la República Bolivariana de Venezuela, incluidos hombres, mujeres y niños, se ven obligados a abandonar el país, entre otras cosas, en razón de una crisis política, económica, social y humanitaria que afecta gravemente a sus derechos humanos". También hay una comunidad del pueblo indígena yukpa, que tradicionalmente vive entre los dos países, que decidió vadear el río Táchira e instalarse en Cúcuta, cerca el puente Francisco de Paula Santander, uno de los más transitados después del Simón Bolívar. Los líderes de las 23 familias, Dionisio Finol y Reynaldo Ramírez, cuentan las dificultades a las que enfrentan, de la lucha contra la desnutrición a un reciente brote de varicela.
"Hay cosas que se saben, porque uno lee reportes, obtiene información y ve datos, pero no hay nada cómo verlas de primera mano", continúa Familiar, que estuvo acompañado en su visita por el gerente de frontera, Felipe Muñoz, y responsables de Acnur y la OIM. "Lo que se corrobora es una situación que genera una presión muy grande, una migración que tiene enormes impactos sobre la vida de las personas, empezando por los migrantes mismos, pero también las poblaciones que los acogen". En su opinión, "en estos procesos no solo se están atendiendo las necesidades de los migrantes, sino que se están generando bienes públicos regionales y globales".
"El servicio que está dando el Estado colombiano al atender por ejemplo las necesidades de salud de unos migrantes que requieren de atención es claramente un bien público global", considera. En cualquier caso, la experiencia del Banco Mundial en otras crisis migratorias puede ayudar a ver el vaso medio lleno. "Además de la ayuda humanitaria hay un mediano y largo plazo. La migración implica retos, pero también trae beneficios. Una población que migra, lo que ha sucedido en el mundo lo muestra, es una población que es emprendedora y a la vez contribuye a las comunidades a las que migra", razona. Este es hoy uno de los principales desafíos de Colombia, de la región y, en buena medida, de América Latina.
Este mes de octubre se cumplen 50 años de la primera medalla de oro olímpica para Venezuela, gesta alcanzada por el boxeador Francisco "Morochito" Rodríguez en la cita de México 1968, y aún hoy el pugilista recuerda lo único que tenía en su mente en ese momento: "El orgullo de representar a Venezuela".
En una entrevista con Efe, Rodríguez señaló que el "Morochito" de entonces, con solo 23 años, se quedó "con la mente en blanco" cuando el juez levantó su brazo para declararlo ganador de la pelea.
"Solo tenía ganas de llorar", confesó.
"Una señora me lanzó la bandera y ahí fue que comencé a llorar, porque es un orgullo muy grande representar a Venezuela. Cuando oí 'ganó Venezuela' me puse a llorar", recordó.
Ahora, a sus 73 años, cree que también fue presa de los nervios: "Cuando uno va a pelear una medalla de oro olímpica siempre está nervioso, me pesaba a cada rato y eso eran los nervios, yo pensaba en mi mamá".
Rodríguez, que un año antes ya había sido campeón panamericano, llegó a la final en la categoría peso mosca júnior (-48 kg) de la cita olímpica al derrotar al estadounidense Harlan Marbley. En la pelea definitiva se enfrentó con el surcoreano Yong-Ju Jee, un contrincante ante el que tuvo que prodigarse hasta convencer a tres de los cinco jueces.
Sin dudar dijo que el combate más complicado que vivió en México fue precisamente ante el surcoreano, a quien le ganó el oro: "Tenía mi mismo tamaño y era muy incómodo", explicó.
Oriundo de Cumaná, capital del estado Sucre (noreste), lamentó no haber podido disfrutar de México por la "sensación" en la que acababa de convertirse, lo que le quitó todo el tiempo que hubiera podido usar como turista.
"Quería conocer, más que todo, dónde hacían las películas de Pedro Infante. Pero no me dio tiempo porque me estaban llamando cada momento y no pude disfrutar bien, conocer más México", expresó.
Medio siglo después sigue viviendo en Casalta, una populosa zona en el oeste de la capital venezolana, y en su casa guarda su medalla "en una parte donde nadie sabe que está, porque eso vale una fortuna".
Dijo que cuando sale de su casa caminando lo reconocen y todo el mundo lo saluda.
"Voy a tener que cobrar por cada saludo, porque sí me saludan, pero me tratan igual que al resto porque soy el mismo. No estoy con esa mística, no soy aquella persona a la que se le suben los humos, soy humilde y humilde seré", comentó.
Para contar sus recuerdos de México'68 "Morochito" caminó 5,5 kilómetros hasta llegar al Instituto Nacional de Deporte (IND) en Caracas, donde hay un salón con su nombre en el que reposa otra réplica de su presea, rodeada de fotografías que resumen sus logros sobre el cuadrilátero.
"No quería seguir esperando (por transporte público), si no iba a llegar muy tarde y no alcanzaba hablar con el viceministro (Arnaldo Sánchez)", dijo.
El ex campeón aseguró que su relación con las autoridades deportivas nacionales ha mejorado luego de que hace dos años sufrió un leve derrame cerebral y el IND le brindase su apoyo.
"Gracias a Dios me ayudó mucha gente y me recuperé rapidísimo porque hago ejercicio. Ahora estoy bien, tengo el mismo peso que cuando gané en México", celebró.
Rodríguez se crió junto a sus catorce hermanos, una de ellas su gemela, lo que le valió el mote de "Morochito", y trabajó como vendedor de periódicos y pescados. Comenzó a boxear a los once años, influido por quien a la postre se convertiría en su entrenador, Pedro Gómez.
"Yo entrenaba con alpargatas cuando llegué a Caracas", recordó, "pero nunca quise pasar a profesional. Ellos están más pendientes de cuánto ganarán que de la pelea. Yo soy humilde y humilde seré", sentenció.
Solo otro deportista venezolano se han proclamado campeón olímpico en toda la historia de los Juegos: el esgrimista Rubén Limardo en Londres 2012.
En Barcelona 92 Arlindo Gouveia ganó un oro en taekwondo, pero este deporte era de exhibición. EFE
Clasifican los Dodgers, 25 criollos en total festejaron el pase a los playoffs
Los Dodgers de Los Ángeles se convirtieron este sábado en el décimo y último clasificado esta temporada para los playoffs de las Grandes Ligas, dejando en 25 el total de peloteros venezolalos que celebraron el pase de sus equipos a la postemporada.
Aunque los esquivadores lograron el ticket restante en la Liga Nacional, gracias a una victoria contra los Gigantes de San Francisco, eliminando a los Cardenales de San Luis, todavía deben definir con los Rockies al campeón divisional, algo con importancia plena, pues el otro deberá jugarse la vida en octubre a un solo juego con el otro comodín. También los Cachorros de Chicago y los Cerveceros de Milwaukee terminaron el sábado empatados en el primer lugar de su división.
No todos los 25 criollos que celebraron tienen garantizado su cupo en los rosters de octubre, por haber sido subidos a partir del 1° de septiembre.
El listado está encabezado por José Altuve (en la foto), cuyos Astros de Houston impusieron un récord de 103 victorias en una zafra gracias al lauro obtenido en la jornada sabatina.
Estos son los venezolanos que han celebrado el pase de sus escuadras a los playoffs:
Liga Americana c-Medias Rojas: Eduardo Rodríguez, Sandy León y William Cuevas (*).
w-Yanquis: Gleyber Torres y Ronald Torreyes.
c-Indios: Carlos Carrasco.
c-Astros: José Altuve, Marwin González y Héctor Rondón.
w-Atléticos: Yusmeiro Petit y Franklin Barreto (*).
Liga Nacional c-Bravos: Aníbal Sánchez, Ender Inciarte y Ronald Acuña Jr.
Cachorros: Willson Contreras.
Cerveceros: Jesús Aguilar, Hernán Pérez, Jhoulys Chacín, Junior Guerra, Orlando Arcia y Manuel Piña.
Dodgers: sin jugadores venezolanos
Rockies: Germán Márquez, Antonio Senzatela, Carlos González y Gerardo Parra.
(*) Fue subido por última vez con la expansión de los rosters, en septiembre.
Uno de mis himnos favoritos es “Para Andar con Jesús”, sobre la confianza y la obediencia, porque resume el propósito de Dios para nuestra vida. Cuando practicamos estos dos mandamientos, comienza un ciclo hermoso. Confiar en el Señor hace que la obediencia sea más fácil, y la obediencia produce una confianza cada vez mayor. ¿Recuerda haber enfrentado un desafío difícil o desconcertante? Si es así, sabe lo importantes que son estos dos mandamientos.
Cuando el Señor le llame a una tarea que parezca sin sentido, tiene dos opciones: puede obedecerlo, aunque no entienda lo que sucederá o puede atemorizarse y tratar de encontrar una salida. Josué eligió la primera opción. Porque confió en el Señor, hizo caso omiso de toda su experiencia militar y adoptó el extraño plan de batalla de Dios. Él había aprendido con los años que el Señor era digno de confianza por completo.
La manera en que reaccionamos ante las tareas desafiantes de Dios, revela lo que creemos acerca de Él. Podemos sentir que estamos en sintonía con el Señor, hasta que nos propone un cambio de dirección. Es entonces cuando nuestra resistencia se activa, junto con la comprensión de que no estamos tan cerca de Él como pensamos. En ese momento, nuestra decisión determina si el Señor podrá usarnos como desea. Josué decidió que el camino del Señor era mejor que el suyo, y le sirvió por el resto de su vida.
A veces, nos resulta difícil obedecer, ya que la mente considera todas las razones por las que el camino de Dios no es lógico. Pero la obediencia es siempre la mejor opción, porque podemos confiar en nuestro amoroso y omnisciente Padre celestial.