El el arzobispo alemán Georg Gänswein explica que ha visitado al piloto de Fórmula 1, que sufrió un grave accidente hace cinco años, y asegura que "siente que a su alrededor hay gente que lo ama"
Aunque han pasado casi cinco años del grave accidente que sufrió Michael Schumacher cuando esquiaba en los Alpes francés, su estado de salud aun sigue preocupando y conmoviendo a los aficionados a la Formula 1, y también a los admiradores del excampeón. Pero poco se sabe sobre su actual estado de salud y solo muy pocas personas han tenido acceso a su casa en Suiza, donde sigue siendo atendido por un grupo de médicos y especialistas.
Una de estas personas ha sido el arzobispo alemán Georg Gänswein, confidente del Papa emérito Benedicto XVI, quien visitó al excampeón en verano de 2016. Durante dos años, la presencia del Prefecto de la Casa Pontificia de la Santa Sede fue mantenida en secreto, pero ahora, por razones que aun se desconocen, el arzobispo ha decidido revelar algunos detalles a la revista Bunte, que dejan al desnudo el delicado estado de salud del siete veces campeón de Fórmula 1.
"Me senté frente a él, lo toqué con ambas manos y lo miré. Su cara, como todos sabemos, es la típica cara de Michael Schumacher; sólo se ha vuelto un poco más rellena", dice el arzobispo a la revista del corazón alemana, "Siente que a su alrededor hay gente que lo ama, que se preocupa por él y, gracias a Dios, mantiene alejado al público demasiado curioso. Una persona enferma necesita discreción y comprensión".
Por respeto a la esposa de Schumacher, Corinna, y a los hijos Mick y Gina-Maria, Gänswein no quiso revelar otros detalles de su encuentro, pero lo poco que ha contado a Bunte deja entrever que en el verano de 2016 Schumacher no estaba en condiciones de hablar, ni tampoco de moverse, como había afirmado la propia revista en diciembre de 2015.
En aquellos momentos, los editores de la publicación, conscientes de que tenían en sus manos una exclusiva que podía alegrarle a los millones de admiradores que tiene Schumacher en Alemania, decidieron acompañar la venta con una campaña publicitaria apropiada a las fiestas que se avecinan. "¡Un pequeño milagro navideño! El campeón mundial de Fórmula 1 está mejor", señalaba el anuncio.
La manager de Schumacher, Sabine Kehm, desmintió entonces de forma rotunda la primicia y poco después, la revista fue condenada a pagar una multa de 50.000 euros por haber publicado una información falsa y también por haber violado la privacidad de la familia del ex campeón.
Las declaraciones del arzobispo Gänswein difícilmente serán desmentidas por la familia, que al parecer ha entablado una peculiar una amistad con él. En el verano de 2017, por ejemplo, Gänswein hizo valer sus influencias e hizo arreglos para que Corinna Schumacher y los dos hijos del matrimonio tuvieran una audiencia con el papa Francisco en el Vaticano.
"La familia es el nido protector que Michael necesita desesperadamente. Su esposa es el alma de la familia", asegura ahora el arzobispo, quien admite que aun mantienen un estrecho contacto con la familia y que el estado de salud de Michael sigue preocupándole. "Por supuesto que incluyo a Michael Schumacher y a su familia en mis oraciones. La Navidad es la fiesta del nacimiento de Cristo, del amor divino hecho hombre. Sentirlo es bueno y necesario", dice Gänswein.
Michael Schumacher sufrió lesiones en la cabeza que pusieron en peligro su vida en un accidente de esquí en los Alpes franceses el 29 de diciembre de 2013, días antes de su cumpleaños. Schumacher cumple 50 años el 3 de enero de 2019.
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