domingo, 2 de diciembre de 2018

Argentina con viento en contra

El estadio Santiago Bernabéu recibirá a los hinchas de River y Boca el 9 de diciembre


“Y despreciare a quien te desprecie y bendeciré a quien te respete”, esta es una interpretación más del Génesis 12:3.
Por alguna razón los hebreos siguen vibrando por casi 6 mil años. Sí, ellos mismos, el pueblo del libro, los hermanos mayores.
No sé si es un tema de Cábala, o “de que vuelan, vuelan”, lo cierto es que el fútbol argentino, literalmente “no da pie con bola”. 
La historia comienza antes del mundial de fútbol, cuando la banda de Messi, en componenda con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA ) y la FIFA -esta última una pandilla de canallas, con casi todos sus directivos presos-, decidieron suspender un partido amistoso que se disputaría entre las selecciones de Israel y Argentina, en Tierra Santa, rompiendo la tradición de muchos años que dio tanta suerte al fútbol argentino. En ese momento y para suspender el juego alegaron razones de seguridad, es decir cuestionaban al “papá de los helados de la seguridad”.
Posteriormente a eso, Argentina tuvo un pésimo mundial, con un Messi adormecido y nulo. 
Ahora, paradójicamente, desde hace una semana se hace imposible en Argentina disputar la final de la Copa Libertadores de América en la que han quedado como finalistas, nada más y nada menos que los equipos de River Plate y Boca Juniors, por razones de seguridad. Argentina no pude brindar la seguridad necesaria para que este evento se dé, entonces lo harán fuera de ese país. 
Independientemente de que se sabrán qué motivaciones,  y quiénes están detrás de ésto, para mí, una ex presidenta de ese país, con su gente que quieren sabotear el juego, la reunión del G-20 y a un gobierno que está tratando de llevar a un país tan importante y hermoso al retorno de la decencia.
Definitivamente aquí hay un mensaje de fondo y esta situación no es una casualidad: para muchos existe un tema del “más allá”, pues todos los que rechacen a Israel estarán condenados a una especie de mala suerte, de mal presagio y para muestra “sobran los botones”.
Como afirma el periodista Giuse Costantini: “Lo ocurrido en Argentina es tristeza. Vergüenza. Bochorno. Papelón. Sobran los adjetivos para describirlo. Una gota que rebalsó el vaso y que terminó de destruir al fútbol argentino". ¡Y para mí, en definitiva, un tema de Cábala!

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