“Que aprendan los nuestros a empeñarse en hacer buenas obras, a fin de que atiendan a lo que es realmente necesario y no lleven una vida inútil” (Tito 3:14 NVI).
Si eres un seguidor de Jesús, la forma en que abordas tu trabajo debe ser totalmente diferente de la forma en que otros lo hacen.
La Biblia dice en Tito 3:14, “Que aprendan los nuestros a empeñarse en hacer buenas obras, a fin de que atiendan a lo que es realmente necesario y no lleven una vida inútil” (NVI).
Para un cristiano, el trabajo tiene dos propósitos: hacer el bien (eso se llama ministerio) y satisfacer necesidades reales (eso se llama productividad). Dios quiere que seas productivo en tu trabajo, y él quiere que ministres a través de tu trabajo.
Hace años, uno de los libros más vendidos en Estados Unidos fue El principio de Dilbert, un libro de negocios creado en torno a una colección de dibujos animados de Dilbert. Se trata de un tipo que trabaja en una oficina pero que es básicamente inútil. El libro contiene sabiduría sobre temas como “Desestimar a tus compañeros de trabajo”, “Tomar el crédito por el trabajo de otros”, “Exagerar tus talentos” y “Usar la computadora para parecer ocupado”.
Lo que hace que las caricaturas de Dilbert sean tan divertidas (o no tan graciosas, cuando se piensa) es que realmente reflejan la verdad sobre muchos lugares de trabajo. Básicamente, muchas personas solo están marcando el tiempo en el trabajo. Están mirando el reloj, esperando que termine el día para que puedan irse a casa. No disfrutan su trabajo, y ciertamente no producen nada.
Por otro lado, hay un libro llamado la Biblia. La Biblia dice que en tu trabajo, Dios no quiere que marques el tiempo. Él quiere que marques vidas. Él quiere que hagas un impacto con tu vida. Él quiere que influyas en las personas para siempre.
“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.” (Efesios 2:10 NVI).
Somos salvos para servir. ¡Estamos hechos para el ministerio! No importa qué tipo de trabajo hagas, Dios quiere que uses tu trabajo para ayudar a otras personas. Servimos a Dios sirviendo a los demás.
Entonces, ¿cómo puede tu trabajo ser un ministerio? La Biblia dice: “Hagan todo con amor” (1 Corintios 16:14 NVI). La clave para convertir tu trabajo en un ministerio no es lo que haces, sino cómo lo haces. Cuando haces tu trabajo con una actitud de amor, conviertes un trabajo normal, de baja categoría, independientemente de lo que sea, en un ministerio.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Crees que Dios te dio tu trabajo como un regalo y una oportunidad para servirle? ¿Cómo se refleja esto en tu actitud sobre tu trabajo?
- ¿Por qué una actitud centrada en el ministerio hacia el trabajo atrae la atención? ¿Cómo te hace destacar en tu trabajo?
- ¿Cuáles son algunas formas prácticas en las que puedes mostrar amor en tu lugar de trabajo hoy?
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