En la punta superior de Little Italy en Manhattan, a una cuadra de la antigua sede de la policía, se encuentra la Plaza Petrosino. Es más bien un triángulo, con un puñado de bancos de parque, contenedores de basura y macetas con flores colocadas con tacto. Una valla de hierro rodea a este modesto "cuadrado" y en esa cerca cuelga un cartel antiguo con un toque de vandalismo bien colocado que pregunta: "¿Quién era Petrosino?" Si no está familiarizado con el nombre, es realmente un honor presentarle al teniente Joe. Petrosino ; un súper policía que derrota a la mafia y se ganó esa distinción más rara entre los hombres de ser un badass de buena fe. Llamado, " El hombrecito en el jugador de bolos.”Dijeron que rara vez sonreía, pero había sacado más dientes que cualquier dentista en Nueva York. Le gustaba pararse en su escalón por la noche, no lejos de la plaza que ahora lleva su nombre, tocando el violín y burlándose de los personajes del inframundo que merodeaban las calles de la Pequeña Italia. Y aunque su camino tomó un giro muy diferente de esos tipos del inframundo, no comenzó de manera diferente a como lo hacen muchas de sus historias.
Giuseppe Petrosino nació el 30 de agosto de 1860 cerca de Salerno, Italia. Creyendo que tendría más oportunidades en los Estados Unidos, sus padres lo embarcaron en un barco y, en 1873, Joe llegó a la ciudad de Nueva York, donde lo criaría su abuelo. Trágicamente, su abuelo sería asesinado en un accidente y el joven Joe fue empujado al sistema judicial de sustitutos de Nueva York. Su caso se presentó ante un amable juez irlandés que decidió llevar al joven hasta que su familia pudiera permitirse unírsele en Estados Unidos. Los Petrosinos no harían ese viaje hasta que Joe fuera un hombre adulto y fue criado por un juez conectado políticamente.
Armado con una educación que otros inmigrantes italianos de la época nunca podrían esperar, el 19 de octubre de 1983, Joe se convirtió en el primer oficial de habla italiana en el predominantemente irlandés, NYPD. Construido de forma cuadrada y de pie cinco pies y tres pulgadas de alto, no cumplió con el requisito de altura mínima y se vio obligado a buscar una exención. La concesión de esa excepción resultaría ser la mejor decisión que haya tomado el departamento, y la insignia de la policía de Nueva York # 285 comenzó lo que se convertiría en una carrera legendaria de técnicas pioneras de lucha contra el crimen que todavía se utilizan en la actualidad.
Petrosino salió a la calle, a veces con uniforme, a veces vestido abruptamente con abrigo y bombín, y otras veces vestido pobremente con harapos. Capaz de hablar muchos dialectos del italiano, tenía una habilidad especial para resolver casos que otros oficiales no podían; En particular, los casos relacionados con la mafia. Tan exitoso fue él, cuando alguna vez llegó una llamada que se sospechaba que estaba relacionada con la mafia, los oficiales se pusieron a gritar: "¡Envía al dago!"
Durante el transcurso de sus casi veinticinco años de carrera , envió a más de quinientos criminales a prisión y descubrió un complot para asesinar al presidente en el estado de Nueva York. Desafortunadamente, sus advertencias no fueron escuchadas y el 14 de septiembre de 1901, el presidente William McKinley murió a causa de una herida de bala que recibió una semana antes en Buffalo. Quizás el más famoso de sus casos involucró a Enrico Caruso.. La temida Mano Negra intentó extorsionar lo que era entonces una suma exorbitante de $ 5,000 del tenor célebre, pero Petrosino convenció a Caruso de no pagar. Se puso en marcha una operación encubierta y los aspirantes a extorsión fueron a la cárcel. Un oficial inteligente y con vocación de carrera, no estaba por encima de hablar con la prensa en casos de alto perfil para reforzar su ya creciente reputación. Sus tácticas dieron sus frutos, y en 1895, Theodore Roosevelt ascendió a Joe a detective. Para 1909, había ascendido al rango de teniente, supervisando a veinticinco hombres en lo que se conocía como el " Escuadrón italiano ".
En ese momento, el juego había cambiado en los EE. UU., Y ahora era posible deportar a alguien que había sido condenado por un delito en otro país. Petrosino confiaba en que podría reunir pruebas suficientes para enviar a más de unos pocos mafiosos a la patria, y regresó a su Italia natal en una misión especial. Su comisionado, sin embargo, dejó que esta información se filtrara a la prensa y la noticia se extendió rápidamente por el Atlántico.
El 12 de marzo de 1909, siguiendo una propina, Petrosino llegó a la Piazza Marina en Palermo para encontrarse con un hombre que afirmaba que tenía información. De hecho, fue una emboscada, y el teniente fue derribado en el atestado puerto deportivo por hombres armados desconocidos. En 2014, su caso de asesinato fue reabierto brevemente, pero desde entonces ha sido clasificado como no resuelto una vez más. Él sigue siendo el único oficial de la policía de Nueva York que está en el cumplimiento de su deber en el extranjero .
El cuerpo de Joe llegó a Nueva York a bordo de la SS Slavonia el 9 de abril de 1909. Los funcionarios de la ciudad declararon su funeral un día festivo para que los ciudadanos pudieran presentar sus respetos, y lo hicieron. 250,000 personas se alinearon en la calle para su funeral en la Catedral Vieja de San Patricio y fue sepultado en el Cementerio de Caballería en Queens.
Dejó atrás a una esposa e hija, ambas bautizadas como Adelina, y todavía hay miembros de la familia Petrosino en la policía hoy.
Petrosino solo tenía cuarenta y ocho años cuando murió. Si hubiera vivido, se habría encontrado con una nueva generación de " Jóvenes Turcos " que pronto comenzarían a hacerse un nombre en el lado opuesto de la ley. No puedo evitar preguntarme qué tipo de historias estaríamos contando si él sobreviviera, pero me imagino a un joven Frank Costello arrojado a la calle con una ráfaga de billetes de un teniente escarpado, y eso me hace sonreír.
La historia de la mafia dice que hay agujeros de bala en un edificio de una pelea de armas en la que Petrosino estuvo involucrado hace mucho tiempo. Se dice que están en el mismo bloque que el hito de la mafia infame, Sparks Steak House . Este escritor intentó sin éxito encontrarlos, pero espero que la historia sea cierta.
Entonces, si te encuentras en Manhattan, asegúrate de buscar esos agujeros de bala. Realmente me gustaría verlos algún día. Y visite esa plaza que es realmente un triángulo donde se cruzan Cleveland Pl y Lafayette St. Luego, tómese un momento para presentarle sus respetos al "hombrecito en el jugador de bolos", o como me gusta llamarlo, " el prototipo de RoboCop ", el teniente Joe Petrosino.
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