Un metaanálisis de diversos estudios longitudinales miden el desarrollo de la autoestima en edades comprendidas de los 4 a los 94 años revela cuál es el punto de la vida en el que tenemos un pico más alto de autoestima.
La autoestima se trata del aprecio o consideración que una persona tiene de sí misma, algo fundamental para permanecer motivado, experimentar una sensación de bienestar y relacionarse de forma más sana con los demás, cuidando la salud mental. Es interesante comprobar cómo, lejos de ser una constante inamovible a lo largo de la existencia, la autoestima sufre numerosos cambios a lo largo de la vida y estadísticamente tiene etapas y picos más elevados que otros.
De este modo, una reciente investigación que ha visto la luz en la revista Psychological Bulletin tras recoger los resultados de una investigación realizada por expertos de la Universidad de Barna en Alemania aporta interesantes datos sobre la evaluación de la consideración y valor que tenemos sobre nosotros mismos. El punto máximo de autoestima lo experimentamos, según muestra el estudio, a los sesenta años, manteniéndose de forma prolongada durante esa década.
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En cuanto a las etapas de aumento y estabilidad de la autoestima, los niveles promedio de este valor crecen desde los 4 a los 11 años, se mantienen estables desde los 11 a los 15, se incrementan de forma potente hasta los 30, siguen creciendo hasta el pico álgido de los 70 y desde los setenta disminuyen ligeramente hasta los 90, cayendo de forma más pronunciada a partir de esa edad. El mayor grado de aceptación, autoconocimiento, perspectiva y sabiduría ganados con el transcurso de la edad y el avance del tiempo estarían detrás del resultado.
Tal y como apuntan desde la Fundación Imagen y Autoestima, la autoestima está intrínsecamente relacionada con el autoconcepto: todos los pensamientos y creencias que la persona cree que son ciertas sobre sí misma y que parten del análisis, valoración e interpretación sobre la propia persona, así como las emociones, sentimientos y sensaciones dirigidos uno mismo. Tal y como señalan desde la OMS mediante diversos informes, una autoestima elevada es fundamental para tener una salud mental positiva y prevenir el riesgo de padecer problemas como el TCA (Trastorno de la Conducta Alimentaria) o depresión.
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