El representantes de Juan Guaidó en Washington no descarta una intervención militar si la crisis se deteriora
Carlos Vecchio, representantes de Guaidó en Washington, el pasado viernes. |
Amanda Mars / El País
El venezolano Carlos Vecchio (Caripe, 1969), número dos de Voluntad Popular, lleva exiliado en Estados Unidos desde 2014, con una orden de busca y captura en su país al acecho. El pasado 23 de enero, cuando Juan Guaidó fue reconocido como presidente interino por una larga lista de países, su horizonte cambió. El opositor al régimen de Nicolás Maduro es ahora el representante de Guaidó en Washington. Un embajador oficioso y a la espera de instalarse en una embajada. Cree que este sábado las fuerzas armadas se verán obligadas a desobedecer a Maduro y dejar pasar la ayuda humanitaria.
Pregunta. ¿Qué espera de los contactos que se han conocido entre el canciller de Maduro y el enviado especial de EE UU para Venezuela?
Respuesta. La salida de Maduro y el retorno de la democracia, para mí no hay otro punto de discusión y eso lo hemos hablado con todos los Gobiernos. El primer punto de nuestra agenda, para poder resolver la profunda crisis, es poner un fin a la dictadura. Eso lo hemos dicho en Venezuela y para eso hemos pedido apoyo a la comunidad internacional y a todos con los que hemos hablado, incluyendo Estados Unidos. Lo único de lo que se puede hablar es la salida de Maduro, de cómo y cuándo sale.
P. En el escenario de que Maduro sale, ¿las fuerzas políticas chavistas deben participar en la transición y en las elecciones posteriores?
R. Uno de los fines que tiene que tener este Gobierno de transición de Juan Guaidó es darle estabilidad política al país y debemos dar soporte a esa transición en nuestra Asamblea Nacional. En ella hay 53 espacios para congresistas del chavismo y ellos pueden allí discutir lo que va a ser la transición. Eso se va a dar allí, todas las leyes se van a aprobar allí, todos los mecanismos de apoyo deben darse allí, y la construcción del proceso electoral, también. Entonces, nosotros tenemos que rescatar el sistema democrático, lo que pasa por el reconocimiento del pluralismo político, y hacer un proceso electoral libre y transparente, donde perfectamente la fuerza del chavismo puede participar.
P. ¿Ese Gobierno de transición tiene necesariamente que estar liderado por Juan Guaidó? ¿O podría ser una persona de consenso con las fuerzas chavistas que forman parte de la Asamblea?
R. No, tenemos que basarnos en el mecanismo constitucional del Artículo 233, según el cual, frente a la ausencia de poder Ejecutivo, tiene que ser el presidente de la Asamblea quien asuma la presidencia encargada hasta que se convoquen las elecciones.
P. Sí, pero precisamente en esa Asamblea Nacional en la que están más de 50 chavistas representados se podría llegar al acuerdo de optar por a otra persona más del consenso de todos [para esa transición]. ¿Sería una vía que explorar?
R. Ponerse a inventar en este momento algo distinto de lo que marca la Constitución me parece que no ayuda, más bien complica el juego. Ese camino constitucional es muy claro y el respaldo que ha tenido Juan Guaidó como presidente interino en Venezuela es obvio. Políticamente hablando, lo más constitucional es mantener la ruta constitucional que hemos mencionado, que es la presidencia de Juan Guaidó y el llamamiento a elecciones libres y transparentes a corto plazo.
P. ¿Qué cree que va a pasar el 23 de febrero?
R. Yo creo que el 23 de febrero va a transmitir varios mensajes. Primero, el de la fortaleza de un pueblo que está buscando cómo aliviar el dolor bajo el liderazgo de Juan Guaidó. Nosotros estamos abriendo varios puntos para que llegue la ayuda humanitaria a Venezuela, no solo por Cúcuta, sino también por Brasil y por mar, principalmente de Curazao. Va a ser algo masivo, vamos a tener el respaldo de la gente buscándolo y va a generar tensión en nuestra fuerza armada, que va a tener que decidir de qué lado se ponen, si del lado de la gente que quiere comida y medicinas, que incluye a sus familiares, o del lado de la dictadura que está llevándose al caos y no le importa el dolor de la gente.
P. ¿No teme un estallido violento?
R. Si la fuerza armada actúa como tiene que actuar, no.
P. Hasta ahora han actuado del lado de Maduro
R. Pero fíjese en que hay unas señales distintas. En las últimas dos manifestaciones de las últimas dos semanas no ha estado involucrada la fuerza armada, no han reprimido, no han detenido, que era la práctica desde hace mucho tiempo. Y en otras circunstancias, Juan Guaidó estaría preso, pero no lo está. Es una dictadura que está muy débil, vemos de nuestro lado una organización social importante de calle, una presión institucional desde la Asamblea, y una presión internacional que también manda un mensaje. Creo que nuestras fuerzas armadas saben que con Maduro, no.
P. ¿Cree que el papel tan protagónico de Estados Unidos puede ser un problema ante el grueso de la sociedad venezolana? ¿Que lo vean como una intromisión del país poderoso con su historial en la región de todo el siglo pasado?
R. Esto es un proceso de los venezolanos, hecho por los venezolanos, y con una agenda para los venezolanos. El tema internacional por sí solo no va a producir el cambio. Son los venezolanos quienes están allá poniendo en riesgo su vida y son capaces de morir con tal de conquistar su libertad. Quien está movilizando a la gente, quien está llevando la agenda son los venezolanos y el liderazgo de Juan, ningún otro país. Ahora, hemos reconocido que el proceso venezolano es tan complejo que requiere del apoyo internacional porque no podemos solos. Indudablemente Estados Unidos ha tenido un protagonismo, pero yo también destaco el protagonismo que ha tenido los países latinoamericanos como nunca lo habíamos tenido.
P. ¿Cuál es ese punto en el que se quiebra todo este proceso y puede ser posible una intervención militar?
R. Nadie tiene una bola de cristal para saber cómo van a evolucionar las cosas, sí le puedo decir a qué aspiramos nosotros y cuál es la agenda que estamos llevando. Nosotros hemos puesto la agenda de terminar la dictadura, montar este Gobierno de transición y celebrar elecciones y esa es la agenda que hemos puesto. Hemos puesto tres niveles de presión, de calle en Venezuela, institucional desde la Asamblea e internacional, y esta fuerza de presión debe facilitar una salida pacífica, esa es nuestra apuesta. Yo creo que no se debe olvidar que estamos también enfrentando una dictadura que es criminal, cuando digo criminal me refiero a que trafica con drogas, que está vinculado con grupos terroristas como el ELN que está lavando dinero, entonces que están dispuestos a todo, y que tiene a Rusia y a Cuba en ese punto de decisiones. Frente a eso indudablemente que ellos estarían dispuestos a hacer cualquier cosa. A medida que evolucionan esos hechos debe tenerse en cuenta el principio de responsabilidad de proteger, que está aprobado incluso por la ONU, donde los países tienen la obligación no solo legal sino moral de evitar que un grupo criminal como lo representa ahora esta dictadura termine aniquilando a su población.
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