Alfonso Saer Jr. | Prensa CBPC
Los Elefantes de Cienfuegos despidieron por todo lo alto una exitosa primera etapa para los equipos cubanos en Series del Caribe --ninguna expedición ganó más--, cuando en 1960, en la Ciudad de Panamá, arrasaron en seis juegos.
Aquella fue la última participación de Cuba en un clásico de febrero hasta el 2014, en Margarita, cuando en calidad de invitado (aún vigente) lograron su regreso a la cita de los campeones de la región beisbolera.
Cuba era un insoportable rival ante las escasas opciones que exhibieron en la época las divisas de Puerto Rico, Panamá y Venezuela. Ganaron cinco Series del Caribe consecutivas a partir de 1956, con la curiosidad de que en el año de inicio de la buena racha también se jugó en el Estadio Nacional de Panamá y el mismo Cienfuegos marcó el camino del éxito (5G-1P).
Esta vez, en el 60, los Elefantes eran dirigidos por Tony Castaño, un ex segunda base de Palma Soriano, Cuba, que conocía muy bien la pelota caribe por sus consecuentes participaciones en México y su país natal, como jugador y especialmente como dirigente. Al igual que en el 56, los históricos Camilo Pascual, “El Invencible”, y Pedro Ramos eran la carta de presentación de un pitcheo tradicionalmente superior a la media de sus contrincantes. En los departamentos ofensivos individuales no hubo un despunte en particular, pero la balanceada alineación cubana sí que sabía hacerse respetar.
La avalancha tuvo su primera manifestación en el juego 1, el 10 de febrero, con 13 hits para derrotar a los Rapiños, campeones de la Liga Occidental de Venezuela --la Liga Central se fue a huelga--, que más allá de Luis Aparicio (autor de un grand slam ante Marlboro), Luis “Camaleón” García y Teolindo Acosta, tenían poco de qué presumir.
Tras la única presentación discreta de Cuba en la Serie, con sólo dos hits e igualmente triunfo de 4 por 2 sobre los poderosos Criollos de Caguas de Puerto Rico, llegó la mejor versión del Cienfuegos.
El 12 de febrero, un jonrón de tres carreras de Rogelio Borrego en el cierre del noveno coronó una emocionante remontada, con cuatro carreras en la entrada, para vencer 6 por 4 al Marlboro de Panamá. Un día después, Elefantes volvió a reír de último, al voltear la pizarra con dos rayitas en el noveno para dejar en el campo a Venezuela, 4 por 3.
En lo sucesivo no hubo dudas. Camilo Pascual blanqueó (4 por 0) a Puerto Rico con apenas un infield hit permitido el día 14 y la serie terminó a la jornada siguiente con un 10 por 7 sobre Panamá, con Octavio Rojas y José Ascúe repartiéndose siete remolcadas.
Pasaron 55 años para que un equipo de Cuba volviera a reclamar el gallardete de la Serie del Caribe, luego del Cienfuegos, con Vegueros de Pinar del Río derrotando a los Tomateros de Culiacán de México en la final del 2015, en San Juan, Puerto Rico. Aun así, con ocho títulos, les basta para tener un palmarés más robusto que Venezuela (7) y poco menos que México (9), que ingresó en 1971.
Elefantes de Cienfuegos y los Leones de La Habana (1952) se han repartido los honores en las únicas tres ediciones anteriores en Panamá. Para mantener el yugo cubano en estas tierras, un debutante, Leñadores de Las Tunas, asume el compromiso en la edición 2019.
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