“No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás.” (Filipenses 2:4 NTV).
Hay un viejo proverbio que dice: “No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás.” (Filipenses 2:4 NTV).
Ese es un versículo contracultural. Todo en nuestra sociedad nos condiciona a pensar primero en nosotros mismos. No pensamos naturalmente en otras personas. Eso es algo que tenemos que aprender a hacer. Naturalmente, pensamos en nuestras necesidades, nuestros deseos, nuestras metas y nuestras ambiciones. Como resultado, tenemos millones de personas desconectadas porque solo piensan en sí mismas y no en las necesidades de nadie más.
Durante un período de casi dos horas cuando estaba viendo televisión, vi tres anuncios con el mismo lema: “Te lo mereces”. “¡Compra este champú! Te lo mereces”. “¡Compra este costoso auto, porque te lo mereces!” Nos enseñan que somos el valor supremo en la vida.
Permítanme compartir dos verdades muy básicas sobre la vida. Primero, el mundo no gira a tu alrededor. Eres increíblemente especial a los ojos de Dios, y fuiste creado con un propósito, pero el mundo no gira alrededor tuyo. Si quieres saber cuánto te extrañaremos, mete la mano en un cubo de agua y sácalo, y observa qué tipo de agujero dejas. ¡Se llena con bastante rapidez!
La segunda verdad es esta: Dios ha prometido que cuando te concentres en satisfacer las necesidades de otras personas, él satisfará tus necesidades. ¿Por qué? Porque quiere que aprendas a ser desinteresado. Él quiere que aprendas a ser amoroso y generoso como él. Cuando consideramos las necesidades de otras personas, no esperamos que sean perfectas. “Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda…” (Colosenses 3:13 NTV). No eres perfecto, entonces ¿por qué deberías exigírselo a alguien más?
Proverbios 17:9 dice: “Cuando se perdona una falta, el amor florece…” (NTV). Cuando intentas establecer una conexión con alguien, no tienes que permanecer ciego ante las faltas de esa persona. Solo eliges pasarlos por alto. Los grandes amigos son buenos olvidadizos. Están más preocupados por las necesidades de la otra persona.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Qué distracciones te mantienen enfocado en ti mismo y no en los demás?
- ¿Por qué es parecerse más a Jesús una parte tan importante de nuestro viaje espiritual?
- ¿Cuál es la diferencia entre pasar por alto las faltas de alguien y responsabilizar a alguien?
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