“Cuando se acabó la gasolina las personas se desquitaron contra la estación de servicio, cortaron tres mangueras afectando dos dispensadores. Uno trata de organizar la cola pero esta crisis se ha salido de control”, así lo denunció Samir Soler, dueño de la bomba de la carrera 19 con calle 12 cuando su negocio fue víctima de la furia de conductores buscando gasolina.
Los dueños de gasolineras se defienden de las denuncias hechas por ciudadanos que le atribuyen la responsabilidad de propiciar retrasos en el servicio y de manejar el negocio cobrando alta sumas de dinero en las colas VIP. Miguel Pichardo, presidente de la Asociación de Gasolineras del estado Lara (Asogas Lara), denunció que los ataques contra bombas son continuos, “En la estación de servicio de Quibor la gente le reventó el portón y le dañó toda la fachada, y hace un mes me cortaron una manguera en la bomba El Terminal, sustituirla esta por el orden de 300 mil bolívares“, expresó.
Pichardo alertó que las gasolineras están en quiebra por varias razones, como la disminución de la frecuencia del despacho de cisternas, “Una bomba debería recibir 24 gandolas de combustible al mes, y estamos recibiendo menos de 11, porque la Empresa Nacional de Transporte cuenta con 32 cisternas para cubrir la demanda de Lara, Portuguesa y parte de Barinas“, indicó, eso genera que las estaciones no tengan flujo de caja para gastos operativos.
Habló también de la deuda que mantiene PDVSA con los prestadores del servicio, tarda hasta tres meses para cancelarles el despacho de combustible. “Deberíamos recibir 37 mil litros de combustible diariamente y PDVSA pagarnos alrededor de un millón de bolívares al mes, pero cuando recibimos gasolina sólo 11 días en un mes, la ganancia disminuye a 400 mil bolívares, eso no es nada para mantener una gasolinera”, expresó.
Pero lo que más preocupa a los dueños de estaciones de servicio es que la estatal petrolera dejó de realizar mantenimiento a los equipos para garantizar la venta de combustible desde hace dos años. “Los equipos dañados los tenemos que reponer nosotros e importarlos desde Estados Unidos“, dijo Pichardo.
Detalló que si se les quema una bomba sumergible que lleva la gasolina del tanque al dispensador deben pagar 1500 dólares; los filtros de 91 y 95 octanos deben ser cambiados cada dos meses y cuestan 316 mil bolívares cada uno; las pistolas para gasolina y gasoil, valen entre 85 y 120 dólares. “Como tenemos exceso de trabajo duran menos, porque ahorita prácticamente las maquinas dispensadoras no se apagan, cuando hay despacho de PDVSA“, precisó.
Colas en aumento
Pichardo comunicó que en Lara sólo el 40% de las bombas reciben combustible, por eso las kilométricas colas que se hacen, de 104 estaciones de servicio menos de 40 trabajan al día y la mayor demanda se centra en Iribarren, “Bombas de Sanare, Siquisique, Carora, Quíbor, Duaca están en paro técnico porque sólo reciben despacho de gasolina una vez a la semana“, aseguró que esa demanda la están atendiendo ciudades como Barquisimeto. Los propietarios de gasolineras también solicitan al gobierno un ajuste del precio de la gasolina que les permita tener ingresos para gastos operativos.
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