Las autoridades alemanas investigan si el programa estaba en otros modelos, lo que podría afectar a 700.000 vehículos en Alemania
Un Mercedes GLK |
La Autoridad Federal de Transportes por Carretera de Alemania (Kraftfahrtbundesamt-KBA) ha obligado a Daimler AG, la matriz de Mercedes Benz, a retirar de la circulación a unos 60.000 vehículos del modelo GLK 220 CDI. La orden fue dictada el pasado viernes después de que las autoridades confirmaran que los todoterrenos diésel fabricados entre 2012 y 2015, estaba equipados con un software ilegal destinado a reducir las emisiones de gases tóxicos.
La medida, que sumerge nuevamente a Daimler en el fraude de las emisiones fraudulentas es el resultado de una investigación que inició la KBA el pasado abril, cuando anunció que el modelo GLK 220 CDI, con el estándar de emisión Euro 5, estaba bajo la lupa ante la sospecha que sus motores estaban estaban equipados con un programa informático ilegal que falseaba los datos de las emisiones.
La investigación se inició después de que en unas pruebas rutinarias realizadas en 2018, los técnicos detectaron unos valores ínfimos de óxido de nitrógeno, sin que se correspondieran con la carga de trabajo del motor. Según el periódico Bild am sonntag, que ha adelantado el resultado de la investigación, los técnicos descubrieron que la denominada "regulación de la temperatura de consigna del refrigerante", podía mantener el circuito de refrigeración artificialmente más frío, una acción que retrasa el calentamiento del aceite del motor y garantiza finalmente que el valor mínimo de los óxidos de nitrógeno en el ciclo de prueba legal se mantengan en un nivel más reducido artificialmente y por debajo del limite legal. El BKA también descubrió que la función se desactiva en carretera.
Según el mismo diario alemán, la KBA quiere ampliar sus investigaciones contra Daimler, ya que el software sospechoso de fraude puede encontrarse en otros modelos. Daimler niega haber hecho trampas y quiere defenderse legalmente contra la decisión de KBA.
Pero la KBA ya ha advertido de que pretende ampliar la investigación contra Daimler, ya que tiene la certeza de que el software ilegal se utilizó en otros dos motores (OM 642 y OM 651), lo que significa que varios modelos de Mercedes, incluidas las clases C y E, con un total de más de 700.000 vehículos podrían verse afectados.
El caso es delicado para el fabricante de coches alemán por las graves consecuencias que podría generar. Después de varias actualizaciones de software el año pasado, Daimler aseguró que no había otros trucos ocultos en el sistema de emisión de los gases procedentes de la combustión del motor de sus coches.
La medida que afecta a los todoterrenos GLK 220 no es la primera a la que se ha visto obligada a ejecutar Daimler. En junio de 2018, la empresa tuvo que retirar de la circulación 238.000 coches en Alemania a causa de la "regulación de la temperatura de consigna del refrigerante". En total, unos 774.000 vehículos se vieron afectados por este problema en Europa.
El escándalo del fraude de las emisiones estalló en septiembre de 2015, cuando se conoció que Volkswagen había instalado un software ilegal para manipular los valores de emisión de gases de escape en alrededor de once millones de coches diésel en varias marcas del grupo en todo el mundo.
Desde entonces, se investiga si otros fabricantes de automóviles también han manipulado los valores de escape de sus modelos diésel. Además de VW, también se han visto afectadas las filiales Audi, Škoda y Porsche. En febrero, BMW tuvo que pagar una multa de 8,5 millones de euros por sistemas de purificación de gases de escape defectuosos. La multa se impuso porque BMW había aplicado un control de calidad deficiente. Sin embargo, no se pudo probar que la compañía hubiera cometido fraude.
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