El ecuatoriano conquista una gran vuelta por etapas en su tercera temporada como profesional, aunque ya el año pasado dejó ver su clase al acabar cuarto en el Giro.
El ecuatoriano Richard Carapaz (Movistar) rompió todos los pronósticos anteriores a la disputa del Giro de Italia al convertirse este domingo en Verona en el primer ciclista de su país en ganar una Gran Vuelta por etapas.
Al comienzo del Giro en Bolonia nadie había reparado en el menudo escalador carchense de 26 años, que había acudido a la carrera rosa con la intención de ayudar a su jefe de filas en el equipo Movistar, el español Mikel Landa, a lograr la victoria final.
Su 36ª plaza en la ‘crono’ final de Verona, ganada por el estadounidese Chad Haga, es anecdótica, ya que el ecuatoriano pudo conservar el liderato y escuchar el himno de su país en lo alto del podio vestido con la preciada ‘maglia’ rosa y el Trofeo Senza Fine en sus manos.
Carapaz, que pudo vivir los primeros días de la carrera alejado de los focos, que se centraban en los favoritos al triunfo final como el esloveno Primoz Roglic, el italiano Vincenzo Nibali, el británico Simon Yates, el colombiano Miguel Ángel López o el ya mencionado Landa, pasó de lugarteniente del ciclista vasco a jefe de filas del Movistar en la segunda parte de la prueba, una vez que comenzó la montaña.
El ecuatoriano conquista una gran vuelta por etapas en su tercera temporada como profesional, aunque ya el año pasado dejó ver su clase al acabar cuarto en el Giro.
«Sin duda, cometimos el error de dejarle demasiado espacio», admitió antes de afrontar las últimas etapas montañosas Nibali, que acabó segundo en la general a 1:05 del sudamericano.
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