lunes, 10 de junio de 2019

La mala suerte de los abridores latinos de Chunichi

Claudio Rodríguez Otero 
 
Romero tiene 6 aperturas de calidad en 9 salidas, pero su récord está en 3-5

   El dominicano Enny Romero se ha convertido en la víctima más reciente de una irritante mala suerte que suele afectar, en un número cada vez mayor, a los abridores latinos de los Dragones de Chunichi.

   El zurdo caribeño, que llegó este año al béisbol japonés después de pasar 5 temporadas en las Grandes Ligas, comenzó la campaña de una manera muy prometedora luego de sumar 2 victorias en 2 aperturas de calidad.

   En la primera de ellas, permitió sólo 3 hits sin anotaciones en 6 episodios completos para anotarse su primer triunfo, mientras que en la segunda concedió 2 carreras y 6 hits en otros 6 sólidos capítulos para cosechar su segunda victoria.

   Su tercera apertura fue incluso mejor, luego de limitar al conjunto rival a apenas 4 hits sin carreras en 7 entradas completas, pero no pudo anotarse el triunfo debido a la falta de apoyo ofensivo de sus compañeros de equipo.

   En principio, pareció ser sólo un toque de mala suerte, pero en realidad fue el inicio de una tendencia negativa que no ha dejado de afectarlo desde entonces y que promete sabotear sus esfuerzos tal como lo hizo en el pasado con otros lanzadores hispanos del club.

   Las 6 aperturas que ha realizado desde ese momento así lo confirman, luego de que 5 de ellas culminasen en derrotas a pesar de su buen desempeño sobre el montículo en la mayoría de esas ocasiones.

   Su salida de este sábado representa un ejemplo perfecto de la mala suerte que lo está acompañando. Permitió apenas 2 carreras y 4 hits en 7 episodios completos, además de ponchar a 10 rivales y otorgar sólo un boleto, pero aún así salió derrotado debido a la falta de apoyo ofensivo de sus compañeros.

   Después de las 9 aperturas que ha realizado hasta ahora, se récord de la campaña está en 3-5 a pesar de que 6 de esas aperturas han sido de calidad, su total de ponches está en 45 y su efectividad en 3.00.

   Esperemos que la tendencia cambie en algún momento y pueda comenzar a ganar partidos otra vez, pero si nos guiamos por ejemplos anteriores esta mala suerte no sólo podría extenderse por toda la temporada sino también por la carrera entera del lanzador en la NPB.

La mala suerte acompañó a Valdés durante los 3 años que pasó en la NPB

   Así ocurrió con el cubano Raúl Valdés, quien llegó al club en 2015 y a pesar de su buen desempeño sobre el montículo terminó todas y cada una de las 3 campañas que pasó en el circuito con un récord perdedor.

   En la primera de ellas, realizó 5 aperturas de calidad para comenzar el calendario, pero se fue sin decisión en las primeras 4 y cayó derrotado en la última, a pesar de registrar una efectividad de 1.59 en ese período.

   Después de eso, tuvo que realizar 5 aperturas más para poder cosechar su primera victoria, no sin antes perder otros 3 encuentros para dejar su marca en 1-4 después de 10 salidas, 7 de las cuales fueron de calidad.

   Lamentablemente para él, esa situación se mantuvo igual durante el resto de la temporada, por lo que cerró su debut en la NPB con récord de 5-8 y una efectividad de 3.18 en 22 apariciones sobre el montículo.

   En 2016, el panorama mejoró un poco, pero no dejó de ser igual de frustrante. Realizó 14 aperturas de calidad en 20 salidas, pero su efectividad subió a 3.51 y su marca de la campaña quedó en 6-7.

   La historia se repitió en 2017, en la que fue su última temporada en la liga. En esa ocasión, sólo 13 de sus 23 aperturas fueron de calidad y su efectividad ascendió a 3.76 para terminar el año otra vez con una marca perdedora: 6-9.

Nelson tuvo la peor mala suerte que ha afectado a un lanzador latino en la NPB

   A pesar de todo, la mala suerte que sufrió el antillano durante esos 3 años nunca se equiparó al viacrucis que tuvo que atravesar el dominicano Máximo Nelson en la campaña 2011, quien se mantiene como el abridor latino con peor fortuna en la historia de Chunichi y del béisbol japonés en general.

   Entre el 12 de julio y el 6 de septiembre de ese año, el espigado derecho perdió 9 aperturas consecutivas, a pesar de que 6 de ellas fueron de calidad y de que en 2 de esos juegos apenas permitió una carrera.

   Es decir, perdió 2 de esos partidos con marcador de 1-0 porque sus compañeros de equipo fueron incapaces de producir al menos una carrera que le permitiese salir del terreno sin decisión.

   En la séptima de esas derrotas, por citar otro ejemplo que roza en lo morboso, permitió sólo 2 carreras en un esfuerzo completo, pero perdió con marcador de 2-0 porque sus compañeros no pudieron anotar ni siquiera cuando él mismo intentó remolcarlos.

   En la apertura del quinto episodio, con la pizarra igualada a cero carreras y un corredor en segunda, el propio lanzador conectó un largo doble al jardín central que hubiese remolcado con facilidad al hombre de segunda de no ser porque éste se detuvo en tercera creyendo que el coach le estaba ordenando pararse.

   En total, Nelson realizó 23 aperturas de calidad en 31 salidas esa campaña y concedió no más de 2 carreras en 20 de ellas, además de quedar noveno en efectividad en la Liga Central con un registro de 2.54 y cuarto en ponches con 149.

   Sin embargo, su récord final fue de 10 victorias y 14 derrotas debido a esa espantosa racha de 9 partidos perdidos de manera consecutiva que, para colmo, no le impidieron a su equipo coronarse campeón de liga a finales de año.

   Chunichi ha contado con un buen número de abridores latinos a lo largo de su historia como franquicia. A algunos les ha ido bien, a otros mal y otros, como en los casos de Romero, Valdés y Nelson, han lanzado bien pero han terminado con malos resultados.

García ha sido la excepción que confirma la regla para Chunichi

   El cubano Onelki García se convirtió el año pasado en la excepción que confirma la regla luego de completar una excelente campaña con el club en la que registró un impresionante récord de 13 victorias y 9 derrotas.

   El zurdo antillano no sólo fue tercero en victorias (13), cuarto en promedio (2.99) y sexto en ponches (132) en la Liga Central, sino que además se mantuvo consistente todo el año y nunca pasó por una de esas malas rachas que tanto afectaron a Romero, Valdés y Nelson.

   Durante el descanso invernal decidió salir de Chunichi y firmar con los Tigres de Hanshin, por lo que no tuvo la oportunidad de prolongar su buena suerte dentro de esa organización y así contagiársela al resto de los abridores latinos del conjunto.

   Todavía queda mucho camino por recorrer en el calendario y no es que Romero esté destinado a hacerle compañía a Nelson y Valdés en esa categoría de abridores latinos de Chunichi que siempre pierden a pesar de lanzar bien.

   No obstante, después de perder 5 de sus últimas 7 aperturas por no haber recibido el apoyo ofensivo de sus compañeros no podemos sino recordar los frustrantes casos de Nelson y Valdés y sorprendernos por lo parecidos que son al del dominicano.

   Esperemos que todo cambie y que Romero pueda cerrar la temporada con una marca ganadora, pero si algo suele caracterizar a esta mala suerte que lo está acompañando es que una vez que se contagia es muy difícil deshacerse de ella.

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