domingo, 23 de junio de 2019

La salud de las palabras: crecer a través de nuestra vibración en la voz


La sociedad se plantea en estos momentos cómo recuperar la naturalidad de la vida en todos los ámbitos de la vida humana y del Planeta. Curiosamente, estamos siendo llamados a volver a la vida natural, a la que está diseñada previamente para toda la historia en la Tierra.
Todos sentimos que estamos viviendo un momento crucial, como una gran oportunidad para aquilatar todos los potenciales que tenemos a nuestro alrededor y el que se haga posible poner en marcha, en una autopista de empatía y servicio acelerada, crear la comunidad y la convivencia que todos deseamos, profundamente, en nuestro interior.
Lo cierto es que constatamos una gran preocupación por los vertidos de las empresas, por ejemplo; asistimos a un enfoque más globalizado sobre la importancia de la calidad del agua que bebemos, los nutrientes, lo transgénico y la trazabilidad (el recorrido) de los alimentos que llegan hasta nuestra mesa. Podemos incluir también en esta descripción que la creciente insistencia por conseguir un medio ambiente más “respirable”.
Todos tenemos en mente que es urgente ya que la contaminación necesita ir desapareciendo lo más rápido posible, y que la polución de nuestras ciudades debe revertirse. La alarma puede reconvertirse en una victoria ascendente que consiga el buen uso de los materiales, de los recursos naturales y del disfrute de todos los seres humanos.

Hacia las palabras saludables

En este sentido, podemos hacer un análisis y una “apuesta” novedosa por las posibilidades que todas las personas pueden desarrollar en su propio universo: su vida personal. El nivel vibratorio de la persona es una suma de su rango de salud biológica, su capacidad expresiva en todos los ámbitos y su nivel de empatía y colaboración hacia misiones superiores en beneficio de la colectividad, esto es, de la Humanidad.
¿Podemos definir un concepto nuevo, sobre la salud de las palabras, relacionada con la vibración externa, la manifestación y la conexión de las secuencias vocálicas con las energías del corazón, por ejemplo? ¿Es factible para nosotros integrar conscientemente en nuestras palabras las vibraciones sutiles de lo que es esencial para llegar a seres humanos completos? ¿Qué papel juega la mente en todo esto?
Cada persona puede realizar una unificación en su mundo íntimo a través de conectar la respiración (la mejor integración del oxigeno, como gasolina elemental y la energía chi prana, que aporta vitalidad), la puesta a punto del vehículo, que yo prefiero llamar instrumento musical: el cuerpo humano como “violonchelo” armonizado en una orquesta más amplia que se va combinando constantemente en la interacción humana, y la firme decisión de utilizar el potencial de la sonoridad humana con las mismas sanas intenciones con las que estamos volcados en recuperar el pulso natural de la vida que fluye en el Planeta.
SI YO CAMBIO, ESTOY CAMBIANDO EL MUNDO
Esta frase tiene sentido en el momento presente, porque a través del buen uso de las vibraciones que emitimos, tanto en las palabras del lenguaje en la comunicación diaria, como con nuestra “presencia” ante los demás, tenemos la ocasión de poner en práctica los cambios que deseamos se plasmen en la nueva sociedad real en la que deseamos vivir.
¿Y cómo ponerlo en marcha? ¿A través de grandes pensamientos teóricos? ¿Forjando sólo en la mente estos grandes ideales?

Nuestra voz cambia, según modula nuestra energía

Igual que vemos a ciertos animales que mudan su piel completamente, cuando ya ha terminado “la temporada”, nuestra voz es susceptible de cambiar a expresiones vibracionales de mayor calidad en cada etapa. No se trata de la “muda” fisiológica de la voz en la adolescencia, que es más notable en las voces masculinas. Se trata de la “conquista” de la voz personal. Y llegamos a ella a través de cuidar las palabras, de cultivar y nutrir adecuadamente los segmentos interiores de lo que hemos denominado “el formato ondular”. ¡Son tan importantes las pequeñitas chispas de luz, de amor y de conciencia que se insertan en los parámetros de la voz que crece!
Es interesante observar que la voz puede expresar todos los rangos de la sensibilidad humana. Desde el sufrimiento más anclado en las profundidades de las experiencias vividas por la persona hasta las luminarias más bellas que transpiran a través de los sentimientos más elevados, desde la alegría más natural hasta llegar a la manifestación de los contactos íntimos con lo que denominamos Totalidad o Amor sin condiciones.
Cada emoción imprime una peculiar modulación, tono o sonoridad que manifiesta, como en un zumo recién exprimido, la actualización de miles de matices de las pulsiones humanas, desde las más primarias hasta las de mayor nobleza.

Ser auténticos

Es uno de los parámetros que están contenidos en el fenómeno vocal: La autenticidad. Con efectos secundarios muy positivos. Siempre existe un influjo benéfico desde la siembra o el desarrollo de un aspecto de la vida, si partimos de “lo que es”, de lo auténtico, de aquello que, se mire por donde se mire, no tiene trampa ni cartón. Aquello que no usurpa, que no se impone, que no rasga energía o expresión de los otros…
Lo que denominamos “presencia” vocal tiene que ver con esta madurez energética. Cuando las opciones personales desarrollan actitudes coherentes, la expresión individual manifiesta un perfil vibracional que comienza en la manifestación a través del lenguaje. Al mismo tiempo, “estar a gusto en el cuerpo” promueve llegar a “sentirse bien con uno mismo”. Cuanto más nos conocemos, más posibilidades aparecen para que la integración de estos elementos brillen en nuestra forma de comunicar.
El siguiente paso es que eso que nos nutre, desde lo vibracional, tiene un reflejo en la otra persona, en el que está enfrente, recogiendo información, actitudes, directrices o el cariño de la amistad verdadera. Se nos “reconoce” por este conjunto de características, que ofrecen la misma impresión que un ramo de flores. Estamos construyendo lo que denominamos la “identidad”. Si lo que transmitimos resuena con verdades profundas, la influencia o el perfume sonoro puede ser de gran valor, puede darse como algo permanente, como resonancia de ir hacia lo mejor de uno mismo. Somos fuentes de conocimiento y experiencia vital en ayuda de los que están a nuestro alrededor. ¡Y es tan importante!

Algunos datos científicos

Al banalizar el lenguaje por la aceleración de los medios de comunicación en las nuevas tecnologías, el nivel de vocabulario se ha visto afectado. La calidad vocal, también. La melodía de las frases y los matices para enfatizar o vincular una emoción a nuestras palabras están como “planos” o sin relieve. Y hay que hacer notar que esto incide incluso en la forma de pensamiento, en la elaboración de frases desde los conceptos. El cerebro necesita sentirse impulsado continuamente en su sistema eléctrico.
La sonoridad interior de las palabras, cuando estamos pensando, tienen una micro-actividad muscular. Es como si “moviéramos en pequeño” todos los elementos del sistema de emisión del lenguaje.
“PENSAR TIENE MOVIMIENTO PROPIO”
La neurociencia nos indica que hay una influencia muy grande entre los conceptos que generan nuestra forma de vida y la manera en la que integramos conceptos gracias al lenguaje. Las vibraciones que llegan a nuestro cerebro, en la actividad sináptica y neuronal organizan un “corpus” de pensamiento que serán el impulso de nuestras acciones, nuestra conducta e incluso de una determinada manifestación ética en la vida.
Al parecer, en la Universidad Case Western Reserve de Cleveland, Ohio, se ha descubierto una especie de comunicación neuronal “inhalámbrica”, no fisiológica, que se propaga a través del tejido cerebral, desplazándose de una zona a otra, incluso si las comunicaciones intra-hemisféricas se han cortado o no funcionan al cien por cien. Podríamos visualizarlo como una capacidad de la persona para generar un “wi-fi” o un “micro campo morfo-genético” que emana de la actividad neuronal, si se puede definir de esta forma.
¿Podríamos aventurar, entonces, que esos micro-campos de información pueden tener la capacidad de conectar con campos energéticos de mayor envergadura, con zonas del inconsciente colectivo en primera instancia? ¿Es esta una metodología que podemos utilizar para entablar relaciones más saludables, desde nuestras palabras, con campos vivos, sutiles, del Universo? En este sentido, cada nuevo avance que las investigaciones científicas apuntan como confirmadas, nos ofrecen apertura y certeza del valor de las palabras propias como manifestación y comunicación de verdades y sentimientos, cada vez de mayor pureza.
Están apareciendo más datos que nos acercan a la certeza de que la persona posee dentro del cerebro humano un hardware con un potencial impresionante para llegar a comunicarse a través de las vías electromagnéticas, como primer impulso, con todo el Universo. Se nos revela como algo apasionante ir avanzando en esta dirección.

El vínculo con la identidad

Una de las consecuencias de la salud de las vibraciones sonoras en el lenguaje es la de hacer “arte” en la palabra manifestada. Introducimos también el fluido de la belleza, que sabemos que es una manifestación del amor que puede llegar hasta los aspectos materiales de la vida física. La interrelación que crea vínculos tiene que ver con las mejores secuencias vocalizadas en palabras, con las más sentidas, con la esencia más profunda de una persona hacia otra persona. Así se construye en el lenguaje humano una escala vibracional: expresión personal, comunicación, nivel poético, nivel intuitivo, nivel creativo, etc.
Lo que somos, en la voz que crece puede contemplarse gráficamente así:
CONTACTOofreceReconocimiento
CONFIANZApromueveIntención
EMPATÍAmanifiestaCoincidencia
SINTONÍAdesarrollaAfinidad, perspectivas comunes

Lo científico va estudiando, cada vez con mayor interés, las características y la potencialidad de la vibración. La salud de nuestra identidad humana superior se apoya, con toda evidencia, en la salud holística de las palabras que ensamblan nuestra identidad con la Esencia de la Vida.
Macarena MiletichEspecialista en Técnicas Vocales. Terapias Energéticas. Asesoramiento vocal. Comunicación y Lenguaje. Escritora
https://www.facebook.com/macarena.miletich

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bukowski.......Un poeta?

Alguien escribió... Charles Bukowski era un alcohólico, un mujeriego, un jugador crónico, un patán, un tacaño, un vago, y en sus peores días...