Durante los próximos 30 años se espera que alrededor de 1 mil millones de personas se vean obligadas a salir de sus viviendas por las sequías, inundaciones, incendios y hambrunas provocadas por el descontrolado cambio climático. Y toda esta multitud tendrá que ir a alguna parte.
Este éxodo masivo global puede darse en dos escenarios: o esperamos a que se desate un desastre caótico que castigue a los más pobres del mundo, o planificamos un camino hacia un planeta más justo y sostenible.
En un reciente foro de políticas, cuyo informe fue publicado en la revista Science, tres científicos ambientales han argumentado que la única forma de evitar el primer escenario es empezar a planear desde ya el inevitable retiro de las ciudades costeras. Esto escribieron los autores del documento:
Ante el calentamiento global , el aumento del nivel del mar y las condiciones extremas relacionadas con el clima que se intensifican, la cuestión ya no es si algunas comunidades se retirarán (sacando a las personas y los bienes del peligro), sino cuándo, cómo y hacia dónde se trasladarán.
Un retiro climático estratégico y gestionado
En vez de lidiar con migraciones forzadas de manera reactiva, desastre por desastre (como se llevan a cabo muchas evacuaciones de emergencia en la actualidad), los científicos proponen tratar el problema de forma “administrada y estratégica”, estableciendo políticas e infraestructura para ayudar a los refugiados climáticos a hacer la transición a nuevos hogares y salir del peligro lo antes posible.
El camino para lograr este objetivo comienza por el sentido común. Por ejemplo, restringir el desarrollo de propiedades en las áreas de mayor riesgo (como las ciudades costeras) y, en su lugar, invertir en la construcción de viviendas asequibles en zonas interiores más seguras. Estas nuevas infraestructuras, según los científicos, deben mantener el patrimonio cultural de las comunidades marginadas que finalmente tendrán que abandonar sus hogares ancestrales.
La retirada puede exacerbar errores históricos si reubica o destruye a las comunidades marginadas a lo largo del tiempo. Las conversaciones sobre quién debe pagar el retiro casi con certeza necesitarán abordar las razones por las cuales ciertas comunidades se encuentran en riesgo.
De hecho, los autores del informe dicen que este retiro podría convertirse en una oportunidad para revitalizar a las comunidades y redistribuir los recursos de una manera más sostenible. También podría aprovecharse para subsidiar nuevas escuelas, hospitales y viviendas asequibles en regiones del interior más seguras en lugar de emplear recursos para hacer mejoras tardías en zonas de riesgo, como la construcción de costosos muros para proteger a las comunidades que ya han sufrido serios desastres y han sido abandonadas anteriormente. Esto escribieron los científicos al respecto:
Un proyecto en Bangladesh sugiere invertir en una docena de ciudades proporcionando infraestructura junto con oportunidades educativas y de empleo para alejar sucesivamente a generaciones de personas de las costas bajas. El retiro no es un objetivo en sí mismo, sino un medio para contribuir a los objetivos sociales.
Si bien la evacuación generalizada de las comunidades expuestas a los desastres climáticos no podrá hacerse durante una década o más, la única manera de prepararse para este desafío mundial sin precedentes es iniciar ya mismo una planificación. Nunca será fácil salir de casa; sin embargo, se pueden evitar muchos desastres si se adopta suficiente investigación, inversión y pensamiento estratégico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario