Vista de la "Alcatraz de las Rocosas", donde permanece encarcelado "El Chapo". |
El Centro Penitenciario Administrativo de Máxima Seguridad en Florence, Colorado, es un lugar tenebroso del que se sabe muy poco. La instalación, en la que se encuentra Joaquín “El Chapo” Guzmán alberga a los criminales más peligrosos del sistema penitenciario y se le conoce como el Alcatraz de las Rocosas porque nadie escapa de este lugar inhóspito, pero ¿qué pasa con los internos que son liberados tras pasar años cumpliendo penas? Eso es quizás uno de los secretos mejor guardados, hasta ahora.
Una tarde en la ciudad de Norfolk, Virginia, una mujer salió a fumar un cigarro a un parque cercano a un hospital. Allí se encontró con un sujeto con una pulsera que lo identificaba como interno de la sala de emergencias del hospital. Ella vio que tenía dificultades para prender el cigarro así que le ofreció su encendedor, según un reportaje de la web informativa Vice News.
El tipo estaba tembloroso. Ella notó que no había nadie más en las cercanías, eran las 3 p.m. El sujeto se paró muy cerca de ella y le preguntó si lo conocía. Ella le dijo que no e intentó cortar la conversación. Dio un paso hacia atrás y el hombre se le acercó más. Entonces, pidió auxilio a una mujer que estaba saliendo del hospital.
El hombre se le abalanzó y le gritó repetidas veces: “Te voy a matar”. Ya sobre ella, le arrancó la ropa.
Ella forcejeó y alcanzó a zafarse. De inmediato llamó al 911 y la Policía arrestó al hombre tres minutos después, antes de que el violento episodio terminara en una tragedia irreparable.
Segúnn Vice News, el hombre era nada menos que un exconvicto de la prisión de Máxima Seguridad de Florence, también conocido como ADX, identificado como Jabbar Currence.
De acuerdo con los resultados de una búsqueda de Google, el hombre había estado inmiscuido en una demanda en contra de la prisión por las condiciones de su detención.
Los prisioneros en ADX sólo tienen una o dos horas diarias de recreo, el resto del tiempo lo pasan en celdas de confinamiento, donde no pueden hablar con nadie.
Unas 375 personas viven allí, sólo una fracción de la población total de 150,000 internos de las prisiones federales.
Allí van a parar los presos más peligrosos: infames terroristas, jefes de la mafia y poderosos narcotraficantes. Algunos de los internos, como Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, quien ingresó el mes pasado, nunca más verán el exterior de aquellas gruesas paredes.
Otros salen y tienen grandes dificultades para adaptarse a la vida fuera del entorno deshumanizado.
Vice News reporta que, a pesar de múltiples advertencias e incidentes violentos, el Buró de Prisiones federal ha liberado a varios internos con graves problemas mentales, Currence entre ellos, sin las suficientes precauciones ni apoyo para que se readapten a la sociedad.
“Ese día que estaba caminando en las calles de Norfolk (Virginia). Había estado en una celda solo los últimos 16 años de su vida”, dijo a Vice News el abogado de Currence cuando estuvo en ADX, Ed Aro, quien opinó que su antiguo cliente había sido liberado de una manera irresponsable.
El de Currence no es el único caso. Hay otros internos que han sido acusados de crímenes graves luego de ser dejados en libertad.
Ernest Shaifer, un hombre con una enfermedad mental, había estado 10 años en ADX. En 2015, un año después de que salió, casi mata a dos mujeres con una pala. Ahora cumple una sentencia de 30 años en una prisión estatal de Florida.
Antonie Bruce, quien estuvo libre por menos de seis meses antes de apuñalar a un hombre con un cuchillo en un albergue para personas sin hogar, se declaró no culpable tras argumentar que fue en defensa propia.
Mario Holmes, un hombre de 40 años con esquizofrenia que pasó ocho años en ADX por robar un banco, al salir en 2014 robó otro banco, fue arrestado y declarado no apto para ser juzgado. En 2018 volvió a robar el mismo banco. Actualmente se encuentra en una institución mental.
Dale Mitchell Lemoine, un hombre con un historial de enfermedades mentales, recibió un disparo por parte de la policía por robar un supermercado con un navaja tipo cutter en 2008.
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