Jesús “Chúo” Torrealba tiene claro que sus opiniones no dan rating en el mundo de las redes sociales, por eso se atreve a hacer un balance sobre la necesidad de una negociación como vía de salida a la crisis del país, un espacio en el que, asegura: “Hay factores de ambas partes que piensan que si no negocian les va mejor”.
Periodista y político vehemente en su verbo, fue secretario general de la Mesa de la Unidad Democrática durante 2 años y medio, arquitecto de la última victoria opositora en las urnas de votación, la que le dio la mayoría del Parlamento a la oposición. No se guarda críticas hacia unos y otros: “Hasta ahora el criterio de todo o nada el único resultado que ha ofrecido es la nada, para ambos sectores”.
Sigue de cerca la crisis del Zulia y se anota a la propuesta de que se consiga un acuerdo para abrirle las puertas a una solución a la dramática situación de la electricidad en la entidad.
“Existe un planteamiento sobre la mesa, que nació en el Grupo de Boston, para buscar soluciones parciales e inmediatas al drama eléctrico en cinco ciudades y la primera de ellas es Maracaibo (…) Eso tendría un financiamiento asegurado ya por el orden de los 350 millones de dólares, por parte de la Corporación Andina de Fomento (CAF)”, ¿por qué no se ha avanzado?, se pregunta. “Porque el Gobierno no ha presentado la propuesta y porque en la Asamblea Nacional eso no ha sido exigido”, se responde.
— ¿Qué es lo más difícil de negociar con el chavismo?
— Lo más difícil de una negociación con el chavismo y también lo más difícil de una negociación desde la oposición es la certeza que tengan los factores de la mesa de que negociando les va mejor que no negociando. Hasta ahora eso no está ocurriendo, hay factores de ambas partes que piensan que si no negocian les va mejor.
En el caso del Gobierno, no solo los factores extremos, Diosdado y compañía, sino incluso cercanos a Nicolás Maduro que creen que si no negocian, van a seguir siendo parte de la agenda geoestratégica mundial, si no negocian el ring donde se debate el tema venezolano va a ser el ring donde están presentes China, Cuba, Corea del Norte, etcétera y que eso para ellos son las grandes ligas.
Creen también que si no negocian no tienen que hacer alteraciones en su imaginario y su discurso que les ha servido para mantener cohesionado al 20% de población que aún les cree. Ese es un discurso confrontacional que no hace concesiones retóricas al adversario y, finalmente, creen que si no negocian al final les queda en último caso la leyenda romántica de la heroicidad revolucionaria y que eso les permitiría alguna posibilidad de retorno futuro al poder.
En el lado de la oposición tenemos algunos factores que no ven por ningún lado la posibilidad de acceso al poder por la vía democrática. En los factores más extremos de la oposición puedes establecer una relación matemática, mientras más extremista es el discurso menos votos tienen. Pueden tener un espacio comunicacional muy grande en las redes o un lobby internacional muy importante con ciertas instituciones y ciertas personalidades, pero votos no tienen.
Hay políticos de oposición que son muy radicales, pero que su única manera de tener algún puesto de elección popular es si twitter fuera un municipio, en ese caso ellos pudieran ser alcaldes de twitter, pero su impacto social real es muy limitado y más limitada aún es su estructura política y su capacidad para montar una red para la búsqueda y salvaguarda de los votos.
Esos sectores extremos de la oposición también ven que una negociación no les sería conveniente porque cualquier proceso de negociación tendría como resultado una solución política a la crisis y en el siglo XXI solución política equivale a situación electoral.
Hay sectores extremos en ambos lados del polarizado esquema político venezolano que consideran que si no negocian les va mejor. A ellos les importa muy poco la realidad del país, el único que sí se beneficiaría con una negociación seria y exitosa serían los venezolanos. En esto quiero ser muy claro porque la gente cree que cuando se habla de negociación es entorno al tema del poder y sí, hay que hacerlo, porque el chavismo tiene 20 años tratando de exterminar a la oposición y no lo ha podido hacer, pero también es verdad que la oposición tiene 20 años intentando sustituir a la hegemonía chavista del poder y tampoco ha podido por diversas vías, pero tampoco lo ha logrado, sobre todo por vías violentas y no lo ha logrado.
Desde el 11 de abril del año 2002 hasta el 30 de abril del 2019 hay un amplio repertorio del fracaso de las vías violentas por parte de sectores opositores, así que después de este historial de fracasos de lado y lado es evidente que el tema del poder para ser resuelto tiene que ser negociado, pero después, durante y antes de resolver el tema del poder, aquí hay temas urgentes cuya solución tiene que ser resultado de una negociación.
— ¡El Zulia, por ejemplo y su problema eléctrico?
— Existe un planteamiento sobre la mesa, que nació en el Grupo de Boston, para buscar soluciones parciales e inmediatas al drama eléctrico en cinco ciudades y la primera de ellas es Maracaibo.
Eso tendría un financiamiento asegurado ya por el orden de los 350 millones de dólares, por parte de la Corporación Andina de Fomento (CAF). Eso para ser desembolsado requiere de dos cosas: por un lado que el régimen del señor Maduro, vía Corpoelec, presente la validación técnica de cómo se va a hacer eso y la admisión de que todo sea dirigido, asistido y vigilado por técnicos internacionales; pero también se necesita el visto bueno de la Asamblea Nacional.
Eso, si llegara a aprobarse hoy, vendría generando una mejora en la generación termoeléctrica que a su vez incidiera en una mejora sensible de la distribución y del consumo dentro de unos seis meses, pero sino se hace esos seis meses serán de mayor deterioro del actual estado precario.
Hay cosas que es necesario resolver y hacerlo ya, ¿por qué eso no ha avanzado? Porque el Gobierno no ha presentado la propuesta y porque en la Asamblea Nacional eso no ha sido exigido.
— Los zulianos, de hecho, están exigiendo un consenso al menos en eso, pero el modelo que prima es el de o se acuerda todo o no se acuerda nada…
— Hasta ahora el criterio de todo o nada el único resultado que ha ofrecido es la nada, para ambos sectores. Es muy importante ese gesto de la sociedad zuliana de exigirle a Psuv y oposición en la Asamblea Nacional, que hoy nuevamente es plural, acuerdo y consenso para avanzar en esa dirección porque si no es así, sino hay una voz autónoma de la sociedad venezolana que le exija a los actores políticos que se pongan de acuerdo sobre temas sensibles, ellos van a seguir jugando a la confrontación en la creencia de que la confrontación es lo que da rating, cuando ellos se den cuenta que la confrontación es repudiada, independientemente de la quincalla ideológica, entonces van a reflexionar; pero es demasiado importante de que, como en Sudán, el pueblo venezolano tenga una voz autónoma ante la confrontación y les exija a los actores políticos que además de que se pongan de acuerdo para resolver el tema del poder, se pongan de acuerdo para estos temas que son claves.
Otro tema clave es el recurso hídrico, el agua, el tema eléctrico es agudo, pero el caso del agua es corrosivo. El agua escasea, después es racionada y, finalmente, no hay y nadie se da cuenta hasta que empezamos a morir por ello. Literalmente, la inmensa mayoría de las enfermedades que llevan a los niños a los hospitales son: dolencias gástricas por consumo de agua de baja calidad; o enfermedades de la piel por disposición inadecuada de las aguas servidas; eso está ocurriendo ante la mirada impávida del actor político opositor, que entonces dice: ‘Yo tengo el Plan Paí’, nosotros sabemos qué vamos a hacer el día después para resolver eso’, pero no nos están diciendo cómo vamos a sobrevivir hasta el día después, no nos dicen cómo sobrevivimos hasta el día antes y eso es indispensable, para que haya país para gobernar, ese país tiene que existir y eso no está siendo abordado de manera proactiva por la oposición.
En el caso del chavismo es peor, mucho peor. A la revolución no le importa que haya agua porque ellos se beben su güisqui con soda, ese es otro ejemplo de un tema crucial que debe ser abordado no en el momento en que empiece el nuevo período equis, no, eso tiene que ser abordado ya.
Un tercer elemento que también es crucial y toca de nuevo la entidad zuliana, es el tema de los alimentos. Ya hay en Venezuela dos municipios, y uno de ellos es zuliano: la Guajira, donde hay indicadores que certifican la existencia de la hambruna. Técnicamente hablando la hambruna tiene un conjunto de indicadores, entre ellos muertes recurrentes por desnutrición, ya en Tucupita y en Guajira hay esa realidad. ¿Qué vamos a esperar? Que esa cantidad de muertes por desnutrición crónica se dé en más de la mitad de los estados. ¿Qué vamos a esperar?
Hay propuestas concretas, el economista Francisco Rodríguez propuso lo que él llama un programa de petróleo por alimentos que podría multiplicar por diez la cantidad de alimentos en nuestro país. Tiene un solo defecto, los alimentos no los administraría Nicolás Maduro y que la oposición tampoco podría hacer propaganda política con ellos, como hicieron el 23 de febrero, tiene ese defecto para los políticos, pero tiene la virtud para los venezolanos de que multiplicaría por diez la cantidad de alimentos.
— Mientras llega “el día después” la situación del país sigue complicándose, ¿cuán gobernable puede llegar a ser el país si no hay acuerdo político?
— Te decía al principio que lo que más dificulta la negociación política es que en ambos lados hay actores que creen salir ganado si no hay negociación. La cultura del acuerdo pasa por empezar a reconocer que el chavismo, además de ser una mafia, es una cultura política y que han sido exitosos como mafia y como cultura política, porque han puesto a gran parte de la oposición a pensar como el chavismo.
Cuando sectores de la oposición piensan que la victoria sobre el chavismo significa exterminarlos, acabar al chavismo, agarrar a sus dirigentes y mandarlos a Guantánamo. Cuando parte de la oposición piensa eso, no se están dando cuenta de que piensan como chavistas. Chávez lo decía de otra manera: ‘Voy a freír la cabeza de los adecos, voy a volverlos polvo cósmico’. Los que hacen el chavismo azul dicen: ‘Vamos a ponerles bragas anaranjadas y los mandaremos a la prisión tal'. En esencia es el mismo planteamiento.
El que nadie tenga el coraje cívico para decir que el día después va a existir, sí y solo sí va a ser un día de todos, cuando todos van a tener las garantías necesarias para que sigan existiendo como fuerzas políticas y para que sigan buscando unos, afirmarse en el poder; y que otros puedan adquirir el poder con estrategias democráticas, pacíficas, constitucionales, pero que puedan seguir actuando, que no hayan execrados, que no sea un cambio en el elenco del poder chavista, vamos a sacar a Maduro, Diosdado, Delcy Rodríguez y compañía; y vamos a poner entonces a Leopoldo López, Juan Guaidó, Lilian Tintori y María Corina, por ejemplo; no se trata de cambiar elencos dentro de la misma concepción autoritaria del poder. Se trata de colocar en el corazón del poder una certeza: el poder es para atender a la sociedad y atenderla es posible sí y solo sí tenemos un conjunto de acuerdos básicos que garanticen la gobernabilidad. Si aquí no hay gobernabilidad no va a entrar un dólar (…)
Nosotros vamos a tener la posibilidad en Venezuela de vivir en democracia de verdad sí solo sí contruimos prosperidad y lo vamos a poder hacer si hay gobernabilidad y habrá no por la vía de la violencia, sino por la vía del acuerdo político.
— El cambio del CNE no tiene discusión, pero más allá de eso, ¡cómo rescatar la institución del voto en un contexto en el que el Gobierno y la oposición han hecho sus deberes para desmoronarlo?
— La recuperación de la institucionalidad electoral en el país y la recuperación del voto como institución pasa necesariamente por la reinvención de los actores políticos. Si no terminan de asumir que de cara al futuro su propia vigencia depende de su relación orgánica y estrecha con el elector; si lo que es hoy el oficialismo sigue pensando que la fuente de su poder es la ‘conchupancia’ de mafias civiles y militares, el control sobre palancas institucionales y la cooptación de la oficialidad, si ellos piensan que esa es la fuente primigenia de su poder jamás estarán interesados en activar al voto como institución.
Por otro lado, en ámbito opositor, mientras actores fundamentales de la oposición sigan pensando que las redes no son una expresión de la ciudadanía, sino que son una sustitución de la ciudadanía y sigan creyendo que la solución de los problemas venezolanos va a venir en forma de acorazados entrando por la barra del Lago o por el puerto de La Guaira; mientras sigan pensando eso van a seguir despreciando e, incluso, descalificando la institución del voto, tú tienes razón.
Cuando yo digo que el chavismo como cultura ha tenido victorias importantes el tema electoral es uno de ellos. Hoy actores de la oposición y del chavismo coinciden en deteriorar, vulnerar la institución del voto, desde distintas perspectivas, pero terminan en la misma conclusión: el voto no sirve para nada. Entonces yo tengo que recordar, de manera clara, que el voto es el arma del hombre libre.
Si se logra un proceso de reinvención de los actores políticos, por ejemplo, si en el chavismo hay gente que logra entender que las banderas redentoristas del año 99 de alguna manera están intactas, que quien se ponga a intentar de recuperar esas banderas se va a convertir en un actor con una fortaleza muy grande, mayor a la que hoy le puede dar el dinero mal habido de los negocios delincuenciales y que tienen la posibilidad de tratar de recontactar lo que alguna vez fue la esencia popular del proyecto chavista; y si en la oposición terminan de cobrar mayor fuerza y de tener mayor preponderancia en las decisiones aquellos actores que estén más preocupados en hacer política para la gente y no para twitter, si eso llega a suceder entonces se abre el camino para la recuperación del voto como institución y la recuperación de los órganos que tienen que ver con ello. Veámoslo desde esa perspectiva porque este no es un problema ni administrativo, ni organizacional, el tema no si es tres a dos o dos, dos y uno; eso es una trampa, en esa trampa hemos estado todos estos años.
Aquí el problema es de fondo, aquí el chavismo o se resigna a ser una mafia gansteril y se olvida de que alguna vez fue un movimiento popular y que pudiera volver a hacerlo en el futuro; o asume otra condición y sale a conquistar la calle, no chantajeando con alimentos, ni amenazando con el Faes.
Lo mismo con la oposición. Ellos tienen que definir de verdad si van a seguir haciendo política por y para los laboratorios de las redes, o si la van a hacer por y para las masas irredentas del país. Si la respuesta es la que da el sentido común, entonces se abrirán de manera expedita los caminos para la recuperación del voto como institución.
— ¿Por intuición, por información, cree que hay posibilidades de que de aquí a diciembre las partes vuelvan a una mesa de negociación?
— Vamos a retomar un viejo adagio del periodismo que dice que las opiniones son baratas y los hechos son caros. ¿Cuáles son los hechos?, Maduro regresa de Moscú regañado, diciendo que está dispuesto a regresar a Oslo, de donde él se había parado, apenas lo llamen. Ese es un hecho concreto, es decir, hubo un ‘recule’ por parte del oficialismo. No nos pongamos a especular sobre sus motivaciones, no somos psicoanalistas, ni espiritistas. Allí hubo un retroceso de Maduro.
¡Qué pasó en el ámbito opositor? El martes pasado, en sesión solemne del Parlamento, se aprueba un acuerdo donde textualmente se establece que la prioridad de la estrategia opositora es la búsqueda de una solución electoral negociada. En mi programa leí completico el documento, que horas después salga cualquier personaje en plan cantinflérico a decir: 'Yo no dije lo que dije, sino lo que decía antes’, es otra cosa.
La verdad es que en acto solemne, en votación del único poder público legítimo que hay en este país emanado del voto popular se aprobó un documento que implica un ajuste en la estrategia. Habría que ser muy necio para negar la necesidad de los ajustes, si la realidad cambia y tú no cambias, entonces eres un irresponsable o un loco.
Aquí se han producido cambios en la realidad interna, aquí se intentó salir del Gobierno de una determinada manera el 23 de febrero, aquí se le dijo al país: ‘Nosotros vamos sí o sí porque además para acompañar la entrada de la ayuda humanitaria van a venir tales dispositivos que van a abrir camino y ra, ra, ra’. Todo eso se dijo y el 23 de febrero pasó la desgracia que pasó, no solo en ‘Tienditas’, en Táchira; la masacre a los pemones que más nadie ha hablado más nunca.
¿El 30 de abril qué ocurrió? Ese día incluso se le mintió al país. En la madrugada del 30 de abril se dijo: ‘Aquí estamos en la base aérea’ y resulta que no, estaban unas cuadras más arriba montados en una autopista, esa vía se intentó y fracasó.
Ante el fracaso de esa vía hacer los ajustes necesarios para conservar el objetivo es lo serio y responsable. ¿Cuál es el objetivo? El cambio político. Se planteaba que primero era el cese de la usurpación, luego el Gobierno de transición y luego las elecciones libres, en este momento, después de esos intentos, y sobre todo después de los cambios que se han producido a nivel internacional, hoy es claro, especialmente después de la salida del embajador Bolton (John, asesor de seguridad nacional de Trump), que todos los actores que son solidarios con la lucha del pueblo democrático venezolano están a favor de una solución política, negociada y electoral.
Después de todos esos cambios, lo lógico, lo serio, lo responsable es ajustar la estrategia y eso es lo que textualmente el documento aprobado el pasado martes. No hablemos de informaciones, ni de intuiciones, hablemos de los hechos: ambos actores del polarizado esquema político venezolano han iniciado un proceso de rectificación que los puede conducir a la mesa de negociación, entonces digo lo siguiente, habría que modificar el estribillo del himno nacional: ‘Hay que seguir el ejemplo que Maracaibo dio’. Si Maracaibo le exige a la Asamblea Nacional que se ponga de acuerdo para resolver el problema eléctrico, Gobierno y oposición, bueno, a nivel nacional el país, la sociedad civil con una voz autónoma tiene que exigirle a los autores políticos que aceleren el paso de sus vergonzantes rectificaciones actuales y se sienten de una vez en la mesa y resuelvan no solamente el tema del poder, sino que produzcan los acuerdos inmediatos que alivien el sufrimiento de la gente y yo creo que de esto último los maracuchos lo están entendiendo correctamente.
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