La estrella del pop no se prodiga mucho en la prensa, y mucho menos habla con tanta sinceridad como aquí, en vísperas de su único concierto en España
MADRID
Una noche de hace dos semanas, Enrique Iglesias aprovechó que sus hijos mellizos estaban dormidos para ponerse una película. Quería relajarse. Se sirvió un vodka solo con hielo y se sentó en el sofá de su casa de Miami. No se acuerda del título de la película, pero la historia le conmovió y le impulsó a coger el teléfono. Necesitaba hablar con su padre, Julio Iglesias. “Enseguida cogió el teléfono. Tuvimos una conversación muy bonita. Estaba bien de ánimo. Fue una conversación de esas en las que eres consciente de que es especial. Me reconfortó mucho”, cuenta el cantante a ICON.
Aquí se cerró un círculo, se cortó una hemorragia y va probablemente a obligar a clausurar decenas de reportajes, tertulias y conversaciones que empiezan con un: Julio Iglesias y su hijo Enrique no se hablan. Si la cultura pop española tiene un capítulo especialmente morboso ese es la guerra de las dos estrellas del pop más importantes a nivel internacional de este país en las últimas décadas, Julio y Enrique Iglesias. Al menos en números: venta de discos y premios internacionales. Julio, con 76 años, 300 millones de discos despachados; Enrique, con 44, 180 millones.
"A los 18 años me separé de mi familia por completo. Me fui y durante diez años no tuve absolutamente ningún contacto con mi padre"
Antes, era habitual que en las entrevistas con Enrique Iglesias (Madrid, 1975) el periodista se topase con un muro: nada de preguntas sobre su padre. El trauma parece superado. Al menos hoy, el cantante habla sin apenas insistir sobre lo que antes era un tema tabú: “A los 18 años me separé de mi familia por completo. Y fue difícil. Me fui y durante diez años no tuve absolutamente ningún contacto con mi padre. No empecé a tener contacto con él hasta que falleció mi abuelo [2005, cuando Enrique Iglesias ya tenía 30]. Son muchos años. Sufrí mucho. Pero lo que sentía por mi música me daba fuerza. Y, sobre todo, perseguía el objetivo hacerlo a mi manera”.
La conversación con el cantante la mantenemos por vídeo. Él está en su casa de Miami, nosotros en Madrid. Al terminar la reflexión anterior se levanta la visera de la gorra y respira hondo, como aliviado. La historia es la siguiente. Julio Iglesias e Isabel Preysler se divorcian en 1978. Sus tres hijos (Chábeli, Julio José y Enrique) se quedan en Madrid con ella. El cantante vive en Miami. En diciembre de 1981, ETA secuestra al padre de Julio Iglesias y abuelo de Enrique. Lo libera 20 días después. Julio e Isabel deciden que los tres niños se alejen de España, por temor a otro secuestro y a la exposición mediática. Se van a vivir a Miami con el padre. Enrique tenía solo seis años. Ya no volvería a vivir más en España.
Con 18 años, Enrique Iglesias se va de casa porque intuye que su decisión de dedicarse a la música no va a gustar a su padre. “Hice las maletas y me fui a vivir a Canadá. Sin pensarlo mucho. Me fui allí porque sabía que era como vivir en Estados Unidos, pero no conocía absolutamente a nadie. Como no conocía a nadie me podía concentrar en mi música y trabajar”, recuerda hoy.
Con 18 años, Enrique Iglesias se va de casa porque intuye que su decisión de dedicarse a la música no va a gustar a su padre. “Hice las maletas y me fui a vivir a Canadá. Sin pensarlo mucho. Me fui allí porque sabía que era como vivir en Estados Unidos, pero no conocía absolutamente a nadie. Como no conocía a nadie me podía concentrar en mi música y trabajar”, recuerda hoy.
Graba unas canciones con 500 dólares (unos 800 euros actuales teniendo en cuenta la inflación), dinero que le presta Elvira Olivares, La Seño, la persona que cuidaba de él y de sus dos hermanos. Envía las composiciones a una compañía con el nombre de Enrique Martínez, ocultando así que es el hijo de Julio Iglesias. Incluso dice que es guatemalteco. La compañía ve potencial y le firma un contrato. Hablamos en este punto con Alfredo Fraile, el que fuera mánager de Julio Iglesias durante 15 años, de 1969 a 1984, cuando el cantante se convirtió en una estrella. “Enrique le envió el disco a su padre y este dijo que era una porquería, que no iba a llegar a nada. Que el que sabía de música era él y que debería apoyarse en él. Creo que ahí se equivocó Julio”, señala Fraile, de 76 años, por teléfono desde Miami. Esta versión es la misma que se sostiene en el libro Julio. La biografía, editado en 2019 por Aguilar y escrito por Óscar García Blesa.
"Cuando ahora estoy un poco deprimido voy a ver a mis hijos y me digo: ' Pero cómo puedo ser tan egoísta de estar de bajón por tal o cual cosa teniendo esto aquí’. Mientras mis dos bebés estén felices y yo sea buen padre, el resto es secundario"
Después de 30 años sin hablarse, Fraile contactó hace unos meses con Julio Iglesias. Le quería informar de que está preparando para Netflix una serie sobre la vida del cantante. “Se mostró muy cariñoso, como si hubiésemos estado sin hablar solo una semana. Me envió una canción por el 70 cumpleaños de mi mujer, algo que le agradeceré toda la vida”, señala Fraile. El exmanager de Julio Iglesias conoce bien a Enrique. Le vio crecer. Las dos familias vivían en Miami y Fraile tiene hijos de la edad de Enrique. “Ahora que estoy revisando material para la serie veo un montón de fotos donde aparece Enrique jugando con mis hijos y sentado en mis rodillas”, explica. Y añade: “Enrique es un buen chaval, generoso. Siempre ha intentado tender puentes con su padre. Es un chico bueno y talentoso. El problema fue que quiso hacer su propio camino y su padre consideraba que debía hacerlo asesorado por él. Pero no tengo ninguna duda de que Julio se siente orgullosísimo del éxito de Enrique”.
Después de aquel encuentro de 2005 tras una década sin hablarse, la relación padre-hijo ha sido, digamos, peculiar. Se veían poco, hablaban de vez en cuando. “Nos queremos mucho”, decía siempre Enrique. Julio nunca ha ido a un concierto de Enrique; Enrique dice haber asistido a alguno de Julio, cuando era pequeño. La relación, sin llegar a ser de uña y carne, se ha ablandado en los últimos tiempos, sobre todo desde la paternidad de Enrique.
“Mi padre es un tío muy competitivo. Y yo, en cierta manera, también”, nos comenta el artista. Durante la charla, el cantante sigue tendiendo puentes: “Nos tenemos un respeto mutuo, más ahora que hace 25 años. Es mi padre y lo quiero con toda mi alma. Lo respeto y lo admiro y hasta en parte entiendo las cosas que ha hecho en su carrera y en su vida personal”.
Enrique Iglesias y la extenista Anna Kournikova llevan juntos 18 años. Cada dos meses se publican supuestas crisis de pareja que nunca se confirman. Ahora se insiste menos: desde hace justo dos años, cuando nacieron sus dos mellizos, Nicholas y Lucy. La pareja llevó tan en secreto el embarazo de ella que la prensa se enteró casi el mismo día que ella ingresaba en el hospital para dar a luz. Desde entonces, las cuentas de Twitter e Instagram del cantante están llenas de tiernos vídeos con los críos. "Cuando ahora estoy un poco deprimido voy a ver a mis hijos y me digo: 'Pero cómo puedo ser tan egoísta de estar de bajón por tal o cual cosa teniendo esto aquí’. Mientras mis dos bebés estén felices y yo sea buen padre, el resto es secundario".
"Es imposible triunfar en este negocio si no tienes canciones que conectan con el público. Es imposible que alguien triunfe porque su padre diga: ‘Quiero que mi hijo sea un cantante famoso”
Le preguntamos sobre cómo es criarse sin la figura paterna, ahora que tiene la perspectiva de padre. “Ahora lo pienso más. Lloré mucho en el inicio. Hubo un momento en particular. Me fui a San Francisco a mezclar mi primer disco. Estuve un mes allí. Recuerdo regresar al hotel, estar ahí solo y ponerme a llorar. Y pensar: ‘Qué estoy haciendo: he perdido el contacto con mi familia por completo’. Porque afectó a todo. Sobre todo con mi padre, pero también con el resto de la familia”.
Ese debut (Enrique Iglesias, 1995), donde se incluye su primer éxito, Experiencia religiosa, está dedicado a Elvira Olivares, La Seño, la persona que le prestó el dinero y le cuidó. Después llegaría los millones de discos vendidos, premios Grammy, los estadios llenos, la estrella musical española con más fama en todo el mundo… Y en su país, España, ¿qué? Todavía hay un sector receloso: “Me hace gracia, porque lo he escuchado mil veces: ‘Ese es un chaval que se ha criado en una familia conocida, con un padre famoso y seguro que lo tenía todo hecho y el mundo a sus pies’. ¿Que he tenido oportunidades que quizá no hayan tenido otros artistas? Por supuesto. Pero hasta cierto punto, que la gente diga que yo lo he conseguido todo por mi padre me parece de ignorantes. Es imposible triunfar en este negocio si no tienes canciones que conectan con el público. Es imposible que alguien triunfe porque su padre diga: ‘Quiero que mi hijo sea un cantante famoso”.
“Lo que ha conseguido Rosalía es espectacular. Es una artista que está explotando ahora mismo en todo el mundo. Me encantaría colaborar con ella”
Con unos cimientos diferentes, a Rosalía le está pasando algo parecido: sus haters españoles son tremendamente ruidosos. Hay una corriente muy activa que advierte incluso de que el triunfo de la catalana en Estados Unidos es un invento de cierta prensa. Enrique aporta información de primera mano: “Lo que ha conseguido Rosalía es realmente espectacular. Rosalía es una artista que está explotando ahora mismo en todo el mundo. Me encantaría colaborar con ella”. No cree que esta tendencia a desconfiar del vecino sea solo española: “Pasa en todo el mundo. En cuanto consigues cierto nivel de éxito tienes a gente metiéndote caña”.
Hoy es de justicia apuntar que el boom latino que vivimos en la actualidad le debe mucho a Enrique Iglesias. Él fue de las primeras estrellas en colaborar con el ahora solicitadísimo artista puertorriqueño Bad Bunny. También con el estadounidense de padres cubanos Pitbull. “En 2008 me cambió mucho todo eso. Gracias a las colaboraciones que he hecho en mi carrera he ido evolucionando. Porque tú tienes tu estilo y si quieres evolucionar tienes que colaborar y escribir con otros artistas”, comenta.
Hasta ahora, Enrique Iglesias ha hablado con franqueza de su familia, de música, de su experiencia como padre, de Rosalía… Cuando llegamos a las preguntas sobre política sucede lo que sigue:
¿A pesar de llevar viviendo casi toda su vida en Miami usted mantiene la nacionalidad española? Sí, de hecho, solo tengo la nacionalidad española. Estoy en EE UU con visa de trabajo.
¿Votó en las últimas elecciones en España, las de noviembre? Sí, voté en las últimas elecciones.
¿A quién votó? No, lo siento, no se lo voy a decir [lo dice con un tono de amabilidad].
Vale, pero, ¿qué le parecen los resultados, el auge de un partido de extrema derecha como Vox? Mire, las cosas en España están muy revueltas. Yo lo que quiero es que las cosas salgan bien. Ojalá todo salga bien.
¿Qué le parece el pacto entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias? No me pregunte por política, por favor. Más música y menos política.
Lo decía por tener de primera mano una visión de alguien que vive fuera de España. A veces una visión desde la distancia es más certera. Eeeeeehhh. Las cosas están revueltas, pero no solo en España. También en Estados Unidos y en algunos países de Latinoamérica…
¿Cómo ve la situación en Cataluña? A Cataluña le tengo mucho cariño. Tengo muchos amigos catalanes y siempre me han recibido con muchísimo cariño. Y me da pena que esté pasando lo que está pasando.
Durante toda la entrevista el cantante ha estado amable, cordial, se ha interesado por aspectos personales del entrevistador ("¿Tiene hijos? ¡dos, y uno tiene de dos años!, ¡como los míos! Es increíble, ¿a que sí?") y ha destilado un sentido del humor que se constata en estas respuestas.
Si le pregunto cuántos hermanos tiene, ¿lo tiene que pensar? Somos diez. Espere, espere [y piensa dos segundos]. Somos diez, sí. O supuestamente 11 [risas].
Durante toda la entrevista el cantante ha estado amable, cordial, se ha interesado por aspectos personales del entrevistador ("¿Tiene hijos? ¡dos, y uno tiene de dos años!, ¡como los míos! Es increíble, ¿a que sí?") y ha destilado un sentido del humor que se constata en estas respuestas.
Si le pregunto cuántos hermanos tiene, ¿lo tiene que pensar? Somos diez. Espere, espere [y piensa dos segundos]. Somos diez, sí. O supuestamente 11 [risas].
(Se refiere a la reciente resolución de un juez valenciano que señala que Javier Sánchez Santos, de 42 años, es hijo de Julio Iglesias. El artista ha recurrido la sentencia, que probablemente se resolverá durante 2020).
¿Cómo le sienta lo del nuevo hermano? No me preocupa. Esto llama más la atención porque mi padre es muy famoso, pero eso son cosas que pasan en las familias. ¿A usted no le ha pasado?
Enrique Iglesias actúa el sábado en Madrid, en su único concierto en España de una gira en la que presenta su disco Greatest hits, un resumen de una carrera que ya cuenta una decena de álbumes.
Visitará a su familia de Madrid (la de su madre), pero no pasará en la capital la Navidad. También sacará tiempo para acercarse a Cuenca, donde vive la persona que más confió en él, La Seño.
El concierto de Enrique Iglesias es el sábado 7 de diciembre en el WiZink de Madrid.
El concierto de Enrique Iglesias es el sábado 7 de diciembre en el WiZink de Madrid.
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